OPINIÓN
El año de su jubilación se le dedicó un acto de reconocimiento en elCol.legi Oficial de Psicologia de Catalunya. En el mismo acto, Victoria presentó su libro “El vacío de la maternidad”.
Profesora de psicología diferencial
Victoria Sau fue profesora de Psicología diferencial en la Universidad de Barcelona, psicoterapeuta, investigadora y divulgadora excepcional de la psicología diferencial y de género.
Como profesora en la Universidad de Barcelona, allá por los ochenta, ya enseñaba su asignatura desde una perspectiva diferente: la perspectiva de género.
Iniciaba la enseñanza de la signatura con una bibliografía básica: “El hecho femenino” de Evelyne Sullerot y las primeras lecciones trataban de las diferencias físicas entre los sexos. Hablaba de la menarquía(la gran olvidada),de la menopausia (la gran divulgada, principalmente, en sus connotaciones negativas),del ciclo menstrual y su relación con el comportamiento psicológico, del malestar del síndrome premenstrual. Aspectos todos ellos que investigó profundamente en su tesis doctoral, leída en la UB en 1988.
En sus clases se refería efectivamente a hechos, a trabajar con los datos empíricos, con los hechos de la vida de las mujeres, sujetos, y a la vez diferenciados, de los hechos de la vida de los varones. Señalaba, y hacía ver a su alumnado,que en los libros de psicología aparece mucha información y que no toda se explica en clase;de manera que si no se explica, no se piensa, no se analiza y prevalece como conocimiento tácito aunque, muchas veces, se trate de mitos, estereotipos o creencias. Así, desde planteamientos aparentemente sencillos,la profesora tenía la capacidad de hacer llegar la profundidad de sus ideas, explicadas de manera clara y llana y siempre con ejemplos comprensibles.No en vano,en la facultadtenía fama de ser muy formal, seria y didáctica.
Sus aportaciones a la psicología diferencial las encontramos diseminadas en gran parte de su obra. No obstante, están recogidas en un libro editado en 1996, escrito con la profesora, también de psicología diferencial, María Jayme.
Principal mención merece, por su sencillez y profundidad, su estudio diferencial por géneros de los rasgos de personalidad en el que deja al descubierto la agresividad como un rasgo de personalidad típicamente masculino, un dato de importancia básica en el estudio de la violencia machista.
La Psicología Diferencial impartida por Victoria Sau, ha sido muy importante en la enseñanza de la psicología. Ha contribuido, desde una posición avanzada, a introducir el estudio de las mujeres como sujetos diferenciados.
La investigación y el sesgo de género
Victoria Sau insistió en la importancia de localizar en las investigaciones el “conocimiento tácito”, los mitos y las creencias, ya que si son compartidos por la comunidad científica, las investigaciones que se repliquen seguirán compartiendo ese equívoco. Enfatizó la subjetividad como otro factor de sesgo que afecta no solo a la teoría, sino también a la metodología empleada, a la interpretación de resultados y, en fin, a todas las fases de una investigación.
La salud mental, los roles de género y el trabajo psicológico
El rol de género femenino induce a las mujeres a una serie de malestares que, con mucha frecuencia, desembocan en malestares mayores o patologías como el estrés, la depresión, pasando por la indefensión aprendida (precursora de la depresión).
Su labor como terapeuta fue quizás su actividad menos conocida, aunque muy importante. Desde este espacio de su práctica como psicóloga, ayudó a muchas mujeres (y a algunos hombres) a orientarse en la vida.
Victoria no hablaba de psicoterapia, sino de Trabajo psicológico, que a la vez es un trabajo a dos, consistente principalmente en ayudar a las mujeres a pensar, a elaborar pensamientos propios que desmonten aquellas creencias que sustentan su malestar. Parte de la base que la salud y la enfermedad se mueve en dos planos (el individual y el social) y que la salud mental (y la salud en general) está representada por el modelo del grupo dominante en el orden jerárquico establecido por el patriarcado, de manera que el modelo al que el grupo dominado aspira o se adapta es el que viene diseñado desde arriba como el modelo a desear e intentar seguir. Este punto de partida nos lleva a la evidencia de que el fracaso en la adaptación a los roles designados para la mujer en el modelo patriarcal, le origina trastornos mentales tales como la depresión en la menopausia, pero también afecta en determinadas situaciones a los hombres (en la jubilación, en el paro), y tiene mucho que ver con la identidad ya que en tales situaciones desaparecen los rasgos de identidad, tanto femenina (la sangre menstrual) como masculina (el trabajo como seña de identidad social viril).
La mujer que enferma se ve invadida, además de por la enfermedad física, por un sentimiento de culpa al no poder cumplir con sus obligaciones asignadas. Así, en la etiología del malestar psíquico y posible posterior enfermedad, se halla el rol de género. Este fue el punto central de su trabajo terapéutico.
Victoria reconocíala falta de neutralidad en la psicoterapia, informaba a las mujeres que acudían a su consulta de que, en el trabajo psicológico, sería “lo más neutral posible”. Admitía que sus “tratamientos”, en algunas sesiones, toman el aspecto de una clase y esto lo hacía guiada por el convencimiento de que la mujer que viene a consulta tiene derecho a saber sobre aquello que se pregunta y pregunta. Así, entiende el trabajo psicológico como un proceso de desconstrucción y construcción, de desmontar tópicos, de obtener más información para poder valorar, criticar, pensar las creencias y la información sesgada que nos impone la sociedad patriarcal, incorporando también los conocimientos del pasado, importantes porque son el pasado desde el que nos hemos construido.
Tenía sentido del humor y fue defensora de utilizarlo como herramienta para trascender situaciones muy dramáticas y optimizar el trabajo psicológico. Aunque reconocía haber aprendido mucho en el trabajo psicológico con mujeres, en los últimos años activos de su vida, se dedicó más a dirigir trabajos de investigación, a escribir y a participar en conferencias y seminarios.
En su Diccionario ideológico feminista II, describió un concepto que considero poco divulgado,aunque muy útil para ayudar a las mujeres que se encuentran atrapadas, psicológicamente, en las trampas del patriarcado. Se trata de la Velocidad de Poder, concepto que nos muestra representado por el mito de Atlanta corredora. En una entrevista en 2005,nos comunica que está planeando un libro que tiene que ver con los personajes de ciertas obras griegas que le sirven para explicarse el presente. Desgraciadamente, no pudo concluirlo. Nos ha dejado, sin embargo, suficiente reflexión, conocimiento y herramientas para continuar en el objetivo de crear un mundo libre del yugo del patriarcado.
Decía Victoria en los últimos años de su vida, que ella sentía que ya lo sabía todo, porque sabía lo esencial y una vez que sabemos lo esencial, podemos hablar de todo, entonces,lo más importante es transmitir las ideas. Para transmitirlas hay que tenerlas claras y para tenerlas claras hay que pensar. Ella pensó, tenía las ideas muy claras y las transmitió de una manera ejemplarmente lúcida, dejándonos sus enseñanzas para ayudarnos a remediar aquellos problemas que sufren mujeres y hombres como consecuencia de vivir en una sociedad patriarcal.
