La Unión Europea es una abanderada de los derechos igualitarios de la mujer, a pesar de esto, el inicio de la campana “Mee too”, “Yo también”, ha sacado a la luz pública casos de acoso sexual hasta ahora desconocidos en establecimientos públicos de la UE.
Bastó con que una sola mujer rompiera el silencio en Hollywood, tras la denuncia al poderoso Productor Harvey Weinstein, para se conociera el acoso sexual a que se ven sometidas las mujeres en su vida diaria.
No se trata solamente del maltrato físico, verbal o psicológico, sino de otras formas de violencia, algunas más disimuladas, que se producen por personajes con poder en ámbitos privados de las que casi nadie habla. Parece que existiera un pacto oscuro y secreto de la sociedad que prohíbe hablar del tema por vergüenza o miedo.
De estos comportamientos generadores de violencia, recurrentes en la sociedad a través de la historia, aceptados y considerados naturales en otras épocas, no se escapa ninguna, de ningún lugar ni espacio aún en estos tiempos. A pesar de las campanas contra el acoso, el temor a denunciar sigue marcando tendencia.
Así, refugiados en el silencio de testigos y víctimas, los acosadores siguen campantes pavoneándose por las instituciones, amparados en la inmunidad y arguyendo que “a algunas mujeres les gusta que las acosen” comentario del eurodiputado polaco, Janusz Korwin-Mikke; o el silencio cómplice de una postura generalizada de los hombres, machista por demás, reflejada en la frase del Ministro de Economía francés Bruno Le Maire, cuando admitió que “no denunciaría a un colega si supiera que es un acosador activo”.
Las denuncias presentadas por las víctimas de acoso en las Instituciones europeas han dado pie a que se solicite la mejora en los procedimientos internos para denunciar a los acosadores y a que se abran investigaciones que lleguen a buen puerto. Este jueves el Pleno del Parlamento Europeo, votará una resolución para combatir el abuso sexual.
Las eurodiputadas que no se salvan, entre ellas algunas víctimas de acoso, exigirán que se formulen medidas y se mejoren las herramientas existentes para poner fin al acoso sexual en los lugares de trabajo, que resulte útil a las víctimas y que ponga en cintura a los acosadores. Ayer en una entrevista por Euro News, Sofhie In’t Vel, vicepresidenta del Grupo de la Alianza de los Demócratas y Liberales por Europa, decía que había vivido el acoso y no se sentía orgullosa, “es denigrante, te sientes humillada”.