Reflexiones sobre la guerra y la conexión entre militarismo y patriarcado, desde el feminismo pacifista
No es fácil reflexionar de manera conjunta acerca de qué hacer ante la situación que atraviesa Ucrania. Todo presiona para que, irremediablemente, nos veamos obligadas a posicionarnos en uno u otro “bando”. Las posturas son defendidas con vehemencia en esa caja de resonancia que son las redes y los medios de comunicación, a la par que se descalifica y se degrada a quienes no coinciden con la opinión propia. No encontramos matices, sino intereses camuflados. No hay dudas y preguntas, pero sí mucha afirmación e incoherencia. En medio de tanto ruido, potenciado por el hecho de que la lucha se está llevando a cabo con la violencia de las armas en el terreno, pero también con la manipulación de la información, en medio de tanto atropello, algunas personas tratan de levantar la mirada y tomar perspectiva para reflexionar acerca de qué hacer para dirigirse hacia la paz. Porque si nos dejamos arrastrar por la espiral de violencia y sin sentido, iremos hacia el desastre generalizado. Y “las semillas no deben molerse”.
Ucrania expresa una situación compleja. “Hablamos de un escenario de grave impacto sobre la población civil, de crisis humanitaria. A la vez, el elemento nuclear está en el contexto y también observamos impactos y mandatos de género”, advierte Ana Villellas (@ana_villellas), investigadora de la Escola de Cultura de Pau. Ella es una de las expertas que reflexionó sobre la guerra desde pacifismo, en un encuentro propuesto por WILPF España (Liga Internacional de Mujeres por la Paz y la Libertad) (@WILPF_Espana) el pasado jueves. “Como mínimo podríamos preguntarnos qué otros caminos no explorados se pueden poner sobre la mesa”, argumenta.
“Hay dos ejes de tensión de disputas político-militares que nos han traído hasta aquí: un eje formado por Rusia y Ucrania, y otro por Rusia, Estados Unidos, Europa y la OTAN”. En todo caso, estos actores “no han apostado por posibilidades en términos de construcción de paz”. Desde el fin de la Guerra Fría, la Unión Europea y la OTAN “no han tenido la generosidad de diseñar una construcción de seguridad al margen del militarismo y de la imagen del enemigo”. Rusia, a su vez, ha tratado de mantener un “tutelaje forzado sobre los países ex soviéticos”.
Al mismo tiempo que las balas, se han disparado los precios de las fuentes de energía (petróleo y gas). Y la OTAN, la Unión Europea y Estados Unidos han apostado por un incremento de las fuerzas militares y, en una decisión sin precedentes, por el envío de armamento letal a Ucrania. Estados Unidos aprobó el mayor presupuesto de defensa en la historia del país, China lo va a ampliar en un 7% y Alemania se ha comprometido a duplicar el suyo. La lógica belicista y militar gana terreno mientras “se convierte a la población ucraniana en un campo de batalla”. Desde el feminismo pacifista estas decisiones se desentienden del contexto de fondo y pueden agravar la dinámica antagonista y el impacto en la sociedad civil. El reto, según Villellas, es “recuperar y poner en el centro esas vidas por encima de los conceptos abstractos que llevan al inmovilismo”.
Tica Font (@ticafont), compañera de WILPF España y experta en economía de defensa del Centre Delàs d’Estudis per la Pau, asegura que invertir las argumentaciones militaristas y patriarcales no es fácil, entre otras cosas, por el tratamiento de la guerra por parte de los medios y las dificultades a la hora de promover un diálogo y de poder expresar posturas que no siguen las lógicas de enfrentamiento y de simplificación. “Tenemos que evitar que se nos manipule” pide Tica Font, subrayando la necesidad de contrarrestar el discurso belicista. La experta lamenta las palabras de Josep Borrell ante el Parlamento Europeo, cuando señaló que “cuando un potente agresor agrede sin justificación alguna a un vecino mucho más débil, nadie puede invocar la resolución pacífica de los conflictos” y denuncia que por mostrar su pacifismo se le ha insultado, “a las pacifistas se nos llama blandas o demagogas. ¿Cómo contrarrestar estos discursos tan viscerales? ¿Con qué discurso salimos ante la sociedad, la gente sencilla?”
Si bien es cierto que las dinámicas de los medios y de la misma sociedad no facilitan la comunicación con matices y profundidad, hay periodistas trabajando desde Ucrania y desde las fronteras que la rodean, documentando con rigor la situación, desde la perspectiva de la defensa de los derechos humanos. Hay numerosos ejemplos. Y quizás por primera vez en un conflicto bélico hay muchas periodistas en el terreno, haciendo muy bien su trabajo. Recomendamos seguir la cobertura que está haciendo Ebbaba Hameida (@Ebbaba_H) para RTVE. Y, sin duda, las crónicas de Patricia Simón (@patriciasimon) para La Marea (@lamarea_com). Aquí todas recogidas.
Impacto de género
“Las guerras implican mayor violencia, pobreza, inseguridad, vidas rotas para varias generaciones forzadas a abandonar sus hogares y redes familiares, quedando en una situación de vulnerabilidad a la precariedad, la desigualdad, la explotación y la violencia sexual, entre otros, que afecta de manera desproporcionada a mujeres, menores, Tercera Edad, minorías diversas, y personas con discapacidad”, advierte la Plataforma Cedaw-Estambul- Beijing Sombra España en un comunicado en el que condenan la guerra en Ucrania.
Esta guerra y los procesos que de ella se derivan también tienen un fuerte impacto de género. Tras la aplicación de la Ley Marcial, los hombres ucranianos de entre 18 y 60 años deben quedarse en Ucrania y combatir. Así pues, las mujeres son las que mayoritariamente están huyendo, con los niños y las niñas en brazos, a países vecinos. Según Naciones Unidas, más de un millón de personas ha cruzado ya las fronteras para escapar de la violencia en Ucrania y la mayoría son mujeres y niñas.
Estas mujeres y niñas que huyen buscando refugio están más expuestas a situaciones de peligro durante conflictos y emergencias, en los cuales se disparan los casos de violencia de género y explotación. El conflicto en el área del Donbás, que se inició en 2014, ya ha tenido terribles consecuencias sobre las mujeres, tal como denunciaba un informe de Naciones Unidas en 2017, que recogía, entre otros datos, cómo miles de mujeres han sufrido violencia sexual, como método para torturar, maltratar, castigar, humillar o extraer confesiones. Además, a las supervivientes de las terribles agresiones sexuales cometidas en el contexto del conflicto armado de Ucrania, frecuentemente se les ha denegado la justicia y reparación, lo que ha fomentado la impunidad generalizada de los responsables de las agresiones.
Cristina?Muñoz, directora de Alianza por la Solidaridad-ActionAid España, ha manifestado su solidaridad con la población de Ucrania y con todas las personas forzadas a huir de la violencia y ha subrayado que “como organización feminista, nos preocupa bastante el impacto que el conflicto tendrá en mujeres que se enfrentan a un mayor riesgo de sufrir violencia, incluida violencia sexual, en medio de las duras condiciones del desplazamiento que está viviendo toda la población”.
Además, el Fondo Monetario Internacional ha asegurado que la crisis económica que golpea la zona y que se recrudecerá y expandirá como consecuencia de la guerra tiene mayor impacto sobre las mujeres.
Explorar vías no violentas
Carmen Magallón, presidenta de la Fundación Seminario de Investigación para la Paz y presidenta de honor de la Liga Internacional de Mujeres por la Paz y la Libertad España, apela a dos fuentes de inspiración para posicionarse en esta escalada de violencia. Las mujeres que en 1915, nueve meses después del comienzo de la I Guerra Mundial, se posicionaron a favor de la paz, lo que fue el origen de la Liga Internacional de Mujeres por la Paz y la Libertad (WILPF). Y la frase “las semillas no deben molerse,” que es una forma muy bella de “alentar a la deserción”.
“Están alentando a alistarse y a combatir”, denuncia la feminista pacifista, pero “las armas no nos salvarán”, sino que “volverán a sumergirnos en la espiral de muerte en la que gana el que tiene más armas pero perdemos todos”. Magallón advierte que no se trata de juzgar a quienes se defienden en Ucrania, sino de “visibilizar y unir voces pacifistas”. “No tenemos respuestas con la misma inmediatez que las armas”, pero “tenemos que manifestar y dar visibilidad” a esas “voces disidentes”: a quienes optan por la deserción, a las protestas no violentas, a las iniciativas de unión entre personas rusas y ucranianas, a la diplomacia de otro nivel, a la población que dice no a la guerra. “Podemos reclamar la participación de mujeres en las negociaciones de paz, de acuerdo con las resoluciones de la ONU, y organizar un encuentro internacional de sociedad civil para que se oiga la voz por la paz”, concluye.
En ese sentido es destacable la valentía que está demostrando la población rusa, manifestando su rechazo a la invasión de Ucrania, y el papel que las feministas están teniendo en la articulación de esas protestas no violentas. “Destacamos el papel clave de las mujeres rusas en la Resistencia feminista contra la guerra y respaldamos su Manifiesto”, enfatizan desde la Plataforma Cedaw-Estambul- Beijing Sombra España.
Manuela Mesa, vicepresidenta de WILPF España, plantea “muchas dudas” y lamenta que “cuando un conflicto estalla todas las salidas son malas”, aunque asegura que “hemos llegado aquí porque la comunidad internacional ha aceptado hechos gravísimos”. Mesa recuerda que “llevamos años alarmando sobre las armas nucleares, pero a los institutos de la paz no se les escucha” y advierte que, con todas las dudas y asimetrías, una de las preguntas claves en el análisis de la situación es “¿quién se beneficia de esta guerra?: Rusia, OTAN, EEUU, industria militar…”.
Las feministas no solo denuncian y se oponen a la violencia que asola Ucrania. “Nuestro apoyo a los millones de víctimas de otros conflictos “olvidados”: Malí, Congo, Etiopía, Níger, Sahara, Yemen, Siria, Libia, Palestina, Afganistán, y un largo etc.”, recuerda el comunicado de la Plataforma Cedaw-Estambul- Beijing Sombra España.
Las organizaciones también advierten del trato diferenciado que se da a las personas que huyen de las guerras y de la violencia y que llegan a Europa buscando refugio, según sean de una u otra nacionalidad, de uno u otro color. Alianza-ActionAid se muestra muy preocupada por el aumento de informaciones sobre casos de racismo contra la población negra de Ucrania, solicitantes de asilo procedentes de oriente próximo o migrantes indocumentados a quienes se les habría negado el acceso a ayuda y el derecho a cruzar la frontera en busca de seguridad. La organización recuerda que todas las personas que huyen de una situación de conflicto tienen el mismo derecho de tránsito, de acuerdo con la convención de la ONU, y exige a todos los países que respeten la ley internacional y los principios humanitarios.
Algunas organizaciones denuncian también la presencia de redes de trata de explotación y tráfico de personas actuando a sus anchas sin ningún control, y recuerdan que los estados europeos y la Unión Europea tienen en deber de proteger a las mujeres y menores que huyen de Ucrania.
Participación de las mujeres en los procesos de negociación y de paz
Hasta ahora “la comisión negociadora la componen actores armados”, advierte Tica Font, antes de defender que “los acuerdos deben negociarlos la sociedad civil y las mujeres”.
Efectivamente, en esta situación de conflicto “se deben implementar en su totalidad los marcos normativos de protección como CEDAW, el Convenio de Estambul y la Resolución 1325 sobre “Mujeres, Paz y Seguridad” y también, incrementar la participación de las mujeres en los espacios de decisión sobre la resolución de los conflictos y misiones diplomáticas”, exponen las organizaciones que forman parte de la Plataforma Cedaw-Estambul- Beijing Sombra España.
También para Alianza-ActionAid, es fundamental tener en cuenta que cualquier solución diplomática al conflicto debe incluir a mujeres y jóvenes, y que el apoyo a los movimientos liderados por mujeres también es necesario para cualquier solución sostenible a la crisis. Las mujeres deben ser incluidas en los procesos de paz, que además deberían orientarse con perspectiva de género.
Se trata de revertir una situación que viene siendo señalada desde organismos como la Organización de las Naciones Unidas (ONU): la participación de las mujeres en los procesos de paz sigue siendo escasa y con la emergencia del coronavirus su presencia ha continuado menguando. Entre 1992 y 2019 solo el 13% de las personas negociadoras, un 6% de las mediadoras y un 6% de quienes firman los acuerdos de paz importantes en el mundo fueron mujeres.
Sin embargo, no es que las mujeres no hayan estado como parte activa en la solución de conflictos. María Villellas, del Institut Català Internacional per la Pau, expone que las mujeres “han sido capaces de liderar experiencias de diálogo en muchos contextos de conflicto armado, así como posbélicos, pero ha habido una falta de esfuerzos deliberada para integrarlas en los procesos de paz formales”.
Si alguien quiere conocer más acerca de la acción de mujeres pacifistas, recomendamos esta actividad.
Editatona virtual de mujeres pacifistas #9M
Una editatona o maratón de edición es una actividad en la que varias personas se juntan para crear contenido nuevo en Wikipedia, combatiendo la brecha de género de la enciclopedia libre y haciendo visible la ausencia de artículos relacionados con mujeres. Con este objetivo y participando como uno de los eventos organizados alrededor del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora, desde Wikiesfera os proponemos participar en una editatona virtual para publicar biografías de mujeres pacifistas y activistas por la paz en Wikipedia. Este evento nos servirá, además, para celebrar los 7 años de la primera editatona que organizamos en Medialab Prado: «Editando juntas para visibilizarnos en Wikipedia».
Qui hi pot participar?
Aquesta activitat està dirigida a qualsevol persona interessada en visibilitzar a Wikipedia les vides i les contribucions de les dones a la Història.
Información: Escriu a info@wikiesfera.org
Foto: arxiuvo de AmecoPress i cedides per AI.
Pie de foto: 1) logo de pacifisme; 2) WILPF; 3) Ucraïna, 2022, Fotografia de Pierre Crom_Getty Images AI; 4) Persones en un centre d’acollida a Mariupol AP Photo_Evgeniy Maloletka 5) Foto de les dues delegacions de negociació, la russa i la ucraïnesa.