El desinterés y la desidia del Gobierno Valenciano por las políticas de igualdad es fácil de demostrar.
Por ejemplo, con la falta de recursos económicos para prevención y asistencia de violencia machista, el cierre del emblemático Centro Reina Sofía para el Estudio de la Violencia o la proliferación descarada de mujeres y niñas explotadas sexualmente y la permisividad que mantiene el Ejecutivo valenciano con esta esclavitud, que además anuncia en ciudades, carreteras e incluso en transporte de concesión pública.
Estos días además estamos asistiendo al intento de cierre de la Biblioteca y Centro de Documentación de la Mujer por parte de la Conselleria de Bienestar Social. Una biblioteca especializada en temática de mujer y género y que lleva funcionando 25 años con independencia de los cambios políticos operados y que es un centro documental de referencia con una orientación general y pluralista, abierta a cualquier persona o institución y con una base documental importante en temas de mujer y género.
La Biblioteca -con más de once mil volúmenes que recogen casi todas las publicaciones realizadas sobre mujer y género desde los años 80 hasta el 2010- ha contribuido a visibilizar la aportación de las mujeres en la literatura y la historia, base para la implantación y desarrollo de las políticas de igualdad en todas las administraciones públicas.
Profesorado y alumnado universitario de todas las universidades, profesorado de infantil, primaria y secundaria y particulares han acudido a lo largo de los años a la biblioteca, los fondos de la cual han servido para informes o tesis, para enseñar en coeducación, todo constituyéndose en una referencia también para personal profesional de los ámbitos jurídico, sanitario o asistencial que trabajan en la lucha contra el maltrato y violencia contra las mujeres. Referente también para organizaciones diferentes y agentes sociales: sindicatos, ayuntamientos, fundaciones, ONGs o medios de comunicación.
La política del Partido Popular siempre ha sido el deterioro de los servicios públicos para poder después privatizarlos con la excusa de su mal funcionamiento, de su falta de rentabilidad (como si un servicio público debiera ser rentable). Así lo ha hecho con el Reina Sofía, el personal del que llevaba meses sin cobrar y trabajando de forma altruista. El centro ha funcionado sin ninguna asignación presupuestaria durante casi un año. Hace unos meses se cerró por no ser operativo. Ningún otro centro, ni a nivel autonómico ni estatal, suplirá la valiosa labor que realizaba.
Ahora le ha tocado el turno a la biblioteca. Si en Castelló se amortizó la plaza de bibliotecaria en 2008, hace poco le ha tocado a la de Valencia. La Dirección General de Familia y Mujer amortiza la plaza y comunica a la persona que la está ocupando desde hace cinco años que el 31 de diciembre finaliza su contrato. El malestar del movimiento feminista valenciano y de diversas ramas profesionales es enorme y se moviliza rápidamente para crear una red para recogida de firmas de apoyo, escritos, comunicados y actos diversos que provocan una reacción de la Directora General –Celia Ortega– desmintiendo el proyectado cierre de la biblioteca.
A pesar de estas declaraciones, el movimiento de apoyo continúa con las acciones. El martes 13 de diciembre se convoca a una acción en los locales de la Biblioteca, donde casi doscientas personas hacen cola pacientemente mientras esperan ser atendidas para hacerse socias o sacar algún libro. En suma, para hacer ver la necesidad de que continúe con sus puertas abiertas. Celia Ortega acude y ante este público manifiesta que “La actual encargada será sustituida por una profesional con dedicación exclusiva, documentalista acreditada y no se dará ni un paso atrás”. Alegar a no dar pasos atrás es -como mínimo- una forma demagoga de copiar las reivindicaciones feministas en unos momentos en que el Partido Popular en todo el territorio del Estado Español está desmantelando los servicios públicos asistenciales para las mujeres y cargando a las políticas de igualdad.
Pero además, lo que no explica la señora Ortega es por qué se sustituye una persona que ya es documentalista acreditada, ni cómo se puede contratar una bibliotecaria si la plaza ya está amortizada.
Muchas preguntas que le hacemos y que recoge el Manifiesto conjunto que leeremos en la próxima concentración a las puertas de la biblioteca. Que, por cierto, ha cerrado desde el día 21 de diciembre hasta el 15 de enero, y ha dejado sin servicio a todas las personas usuarias. Qué pasará a partir de ese día de reapertura es un misterio. Pero lo que está claro es que el movimiento feminista seguirá defendiendo que la Biblioteca funcione con la misma calidad que hasta ahora, lo que conlleva que pueda ser atendida por el suficiente personal cualificado.
