jueves 18 abril 2024

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Sanitarias ante la pandemia: entrevista a Rosa Coll Jordà

 

 

Rosa Coll

 

Serie de entrevistas 

Hoy, 25 de febrero, cuando hace justo un año del primer caso de Covid-19 declarado en Barcelona, iniciamos esta serie de entrevistas con el fin de visibilizar el papel que las mujeres trabajadoras de la sanidad, en toda su amplitud, han tenido y tienen ante esta pandemia.

 

A nivel profesional y personal las vidas de todas han cambiado pero vivir, como ellas, en primera línea la COVID19 es una experiencia que ha cambiado la organización de la propia vida y la dedicación a su trabajo. Con estas entrevistas queremos recoger su testimonio y vivencias y hacer un humilde pero sonoro reconocimiento

 

Sanitarias ante la Pandemia. Serie de entrevistas

Rosa Coll Jordá es médica especialista en hematología y hemoterapia, desde 2010 trabaja en el Instituto Catalán de Oncología, actualmente en la unidad de Hospitalización de ICO-GIRONA (Hospital Josep Trueta). Es la responsable del tratamiento de la leucemia aguda y el trasplante hematopoyético del servicio. Desde septiembre de 2010 es profesora asociada en la facultad de Medicina de la Universidad de Girona. Es madre de una niña de un año y medio.

 

¿Cuál es tu trabajo actualmente?

Dentro de mi especialidad hay diferentes subespecialidades, yo soy hematóloga clínica, me dedico al cuidado directo de los pacientes con enfermedades hematológicas, actualmente trabajo en la unidad de hospitalización donde tratamos a los pacientes de alta complejidad sobre todo pacientes con linfoma de alto grado, leucemias agudas y coordino la unidad de trasplante autólogo de progenitores hematopoyéticos. Por lo tanto podríamos decir que me dedico al cuidado de los enfermos hematológicos que precisan ingreso, en una población de referencia de toda la provincia de Girona. A parte de mi tarea asistencial también me dedico a la formación en médicina interna residente (MIR) de hematología que están en nuestro servicio así como la formación de estudiantes de medicina. También participo en múltiples grupos de trabajo autonómicos, nacional e internacionales de leucemia aguda y Trasplante de progenitores hematopoyeticos.

 

Como vivisteis en el hospital la primera ola de la pandemia?

La primera ola nos “enganchó” poco preparados, a nivel científico nadie tenía ninguna información del virus, por más que salían publicaciones de China no estaban en revistas de primer impacto por tanto nadie nos había formado o preparado para lo que veríamos. Los hospitales no estaban preparados para cubrir las EPI necesarias para prevenir del COVID. Tampoco teníamos claro cómo de rápido empeorarían estos pacientes y como era de necesario tener respiradores y equipos de intensivos y lo más importante no estábamos nada preparados para el diagnóstico, hacer una PCR era misión imposible no sólo no había “bastoncillos” PCR sino que sólo se hacían en casos muy concretos. En las comarcas de Girona además nos encontramos que nuestro Hospital era de referencia en la provincia y el único que tenía camas de UCI (sólo 16 !) por lo tanto se “saturó” muy rápido y la necesidad de mover y drenar estos pacientes fue realmente muy complicado, tuvimos la sensación inicialmente que nadie miraba más allá de Barcelona y fueron los gerentes y supervisores quienes se movieron para intentar conseguir EPI y posibilidad de hacer PCR. Y donde fue más y más caótico la primera ola era en la protección del personal,  nadie tenía claro cuando era necesario aislar el personal, con qué EPI se debía ver a los pacientes, como nos moveríamos por el hospital … No estábamos nada preparados para lo que se nos venía encima.

 

Estuviste confinada y tienes compañeros y compañeras que se han infectado, como te ha afectado?

El día 22 de marzo 2020, cuando llevábamos sólo unos 10 días con el estado de alarma, una compañera de trabajo salió PCR COVID positiva y nos hicieron una PCR de control dando yo también positiva. La PCR fue positiva en mi caso durante 42 días, por lo tanto tuve que pasarlos aislada en casa con la familia. Todo ello, además, con la niña que aún no había hecho un año que tenía que estar en casa aislada, con mi compañero tuvimos que poner mucha imaginación al confinamiento en este mes y medio. Por suerte fui asintomática y viendo que los compañeros y compañeras del servicio iban “cayendo” por positividad, acabé toreando la primera ola teletrabajando desde casa. Esto fue muy duro por que tomaba las decisiones sobre los pacientes trabajando desde casa dado que el 90% de los hematólogos clínicos fueron positivos en la primera ola. En la segunda y tercera ola, me ha cogido el pie del cañón, donde nuestros pacientes han comenzado a ser positivos, por lo tanto la mayor parte de la jornada la pasaba tocando nuestros pacientes positivos, esto siempre da miedo, miedo a recontagiarse y sobre todo para con la familia y la parte más vulnerable de la familia. Una de las cosas que ha supuesto la pandemia es la gran sobrecarga laboral cuando alguno de los compañeros de trabajo han sido confinados por contacto con positivo, nadie les sustituye y te toca “cubrir” su labor asistencial.

 

¿Cómo ha sido la relación con los familiares que no han podido visitar a los enfermos?

Personalmente ha sido la parte más dura de todo este tiempo, la fragilidad y la gravedad de nuestros pacientes hace que la ausencia de la familia próxima lo cambia todo haciendo que aumenten síntomas muy secundario a la soledad: menos ingesta, no se mueven más allá de la habitación, ansiedad, insomnio, el delirium en los pacientes mayores. Por suerte el apoyo del equipo de psicología y la ampliación de tablets dedicadas a videollamadas ha hecho que la distancia de los pacientes y familiares se hiciera menos pesada. Ahora, informar que tu familiar ingresado se puede morir por teléfono es de las cosas que nunca se olvidarán de esta pandemia y hay que decir que hemos hecho muchas veces la “vista gorda” para que algún familiar pueda estar con el paciente en los momentos finales.

 

¿Que es que lo que, desde tu experiencia, debería mejorar?

Creo que esta situación ha pasado factura al frágil sistema sanitario, no sólo por cansancio físico, dado que hemos enganchado una ola tras otra, sino también mental. El personal sanitario necesitaría un break unos meses para volver a reconducir la realidad. Y lo peor es lo que nadie piensa; los muertos por COVID los tenemos presentes, pero la cantidad de gente que no se ha diagnosticado de forma precoz de enfermedades como el cáncer por tener un sistema sanitario dedicado sólo a la COVID, no veremos sus efectos hasta dentro de mucho tiempo, tardaremos mucho en volver a la normalidad.

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Tona Gusi

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Fundadora i Co-coordinadora de La Independent. També és psicòloga menció en Psicologia d'Intervenció Clínica i menció en Psicologia del Treball i les Organitzacions.
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