Serie de entrevistas
Hablamos con Anna Alcalá Sayeras, auxiliar de enfermería del hospital Santa Caterina en Salt. Es delegada sindical de CATAC-CTS / IAC participa en Sanitaries en Lluita y en el grupo de trabajo de sanidad de la CUP desde donde reivindica una Sanidad 100% pública.
Trabajas en un hospital “de comarcas” ¿como has vivido este último año?
Me imagino que como mucha gente, al principio con estupefacción y miedo, aunque a mí me llegó muy rápido la indignación que se ha mantenido durante todo este tiempo y es lo que más destacaría. También mucho cansancio.
¿Como administraís los cambios de medidas, confinamientos, protocolos?
Sobre todo en la primera ola, los cambios de protocolos de protección de los y las sanitarias, eran cambiantes, incluso dos protocolos diferentes al mismo día, según la disponibilidad de material que hubiera. Esto genera mucha desconfianza cuando te encuentras ante una amenaza que nadie sabe qué puede pasar y a ti te dicen que si vas la mitad de protegida que ayer, estás segura igualmente.
En cuanto a las medidas de contención de la pandemia, muchas veces lo hemos comentado con los compañeros, que no están pensadas según su efectividad, si no con criterios de aprovechamiento político. Ahora mismo lo estamos viendo, hace pocos días las noticias decían que se estaban relajando medidas para la semana santa y yo pensaba, qué pasa, que por obra del señor por semana santa no nos contagiamos ¿O qué? Y hemos vuelto a restringir. El hecho es que quieren quedar bien con ciertos sectores poderosos, industria hotelera por ejemplo, y en cambio los pequeños autónomos, no los salva poder abrir un poco más durante 10 días. No se han puesto las medidas sociales que se necesitan, no han querido hacer este gasto, ya cambio nos encontramos con un aumento drástico de la pobreza y una salud mental de la población que empeora día a día y al final, si se lo quieren mirar en términos económicos, el gasto que se requiere para arreglar todo esto, es mucho mayor que si lo hubieran invertido desde el primer día. Claro que siempre tienen la opción de cerrar los ojos ante la miseria que vive mucha gente, pero es que ni su sistema capitalista se aguanta sin estas personas.
Pienso que lo más efectivo, que se debería haber hecho desde el principio, es salvar a la población con medidas sociales, para mí la Renta Básica Universal es el más fácil, es posible, efectivo y rápido. Cuando tienes a la población protegida, aguanta los confinamientos que hagan falta y hubiera sido mucho mejor volver a cerrar en casa en noviembre o en enero, y no esta agonía de medidas, que recortan libertades más que contener el virus y se alargan en el tiempo. Cuesta ver el final.
Estamos encima de la cuarta ola, ¿como habeís vivido las demás?
La primera ola, fue terrible para todo el mundo, como decía, la sensación de estupefacción, de desconcierto, realmente está pasando esto? No sabíamos muy bien cómo funcionaba este virus ni si estábamos suficientemente protegidos. En los centros era un despropósito porque se tuvo que reordenar todo, separar salas de Covid y de no Covid, suspender mucha actividad, poner ucis en lugares que no estaban preparados, y personal para cubrir estos puestos.
A nivel profesional, muchos nos encontramos de un día para otro, trabajando en unidades que no habíamos estado nunca, esto crea mucha inseguridad hasta que no te acostumbras. Se suspendieron todos los permisos, trabajábamos sin descanso, con la familia encerrada en casa y cuando llegabas picada, también tenías que estar por ellos.
Personalmente se me sumaba formar parte del Comité de Empresa, no cogimos horas sindicales por coherencia, en un momento así, pero era una constante recibir llamadas de compañeros y compañeras que tenían problemas para mil cosas que la empresa no hacía bien y todo era urgente de resolver. Hay cosas que nos hacemos el cargo que traspasaban las competencias de la empresa, como el desabastecimiento de EPIs, es evidente, si no había mascarillas, no las podían pintar, pero he echado de menos, a todos los niveles, que nos dijeran, mirad, estamos así, espabilando entre todos. No, nos querían hacer creer que lo tenían todo controlado y que no necesitábamos tantas mascarillas.
Quien se espabiló fue la población que se autoorganizó para proporcionar estos equipos donde no llegaban, eso es mérito única y exclusivamente de la autoorganización popular y ojalá todo el mundo fuese consciente, demasiadas veces algunos partidos han intentado capitalizar este evento y en general todo el sufrimiento de la población. ¿Qué es eso de hacer homenajes a las víctimas, muchas de las cuales cargan sobre los hombros por la mala gestión que llevan años haciendo en sanidad y servicios sociales? ¿Qué es eso de hacer homenajes cuando aún está muriendo gente?
¿Os habeís podido recuperar ? Porque como decías, cuesta ver el final.
Por suerte, el verano nos dio un cierto descanso. Cuando en octubre volvió a ir en aumento, era desesperante, aún así pienso que se ha normalizado bastante entre los trabajadores, de alguna manera ya era conocido y no se vivió de la misma manera, pero vino Navidad y abrimos, tercera ola, vino semana santa y abrimos y aqui estamos en cuarta ola. Para mí es evidente que las olas las están provocando los gestores, lo que decía antes, si se pusieran medidas efectivas tanto sanitarias como sociales, estoy convencida de que estaríamos mucho mejor. Se ha convertido en un día de la marmota donde ya nadie entiende que estamos haciendo.
Decían que en verano tendríamos el 70% de la población vacunada, pero si ha sido un fracaso la campaña de vacunación! Diría que estamos por el 4%. Está claro que hay un desabastecimiento de vacunas, pero aparte de comunicárnoslo, ¿han hecho alguna acción? Comprar otras vacunas, expropiar patentes … no, la farmacéutica manda, el capitalismo salvaje. Si va como el año pasado, tenemos el verano de margen para solucionar todo esto, si no, esperamos la 5ª y 6ª ola el próximo otoño. Aparte de que no sé cómo han diseñado esta campaña, en vez de hacerlo a través de atención primaria, reforzando los equipos existentes, crean equipos nuevos, al margen de todo, que ni conocen los pacientes. Esto dificulta los criterios de priorización. Criterios por cierto, que se han hecho de forma muy superficial y aleatoria, es fácil y queda bien decir los sanitarios primero, pero en este grupo han vacunado a gente que trabaja encerrada en un despacho y en cambio una cajera de supermercado que está constantemente expuesta, no tiene derecho. El hecho pero sigue siendo que deberíamos estar ya al borde del 70%.
El contagio de profesionales ha sido una constante, ¿como os ha afectado?
Recuerdo los primeros días ir al hospital como si entrara en el matadero, con los vecinos de enfrente el parking poniendo música y aplaudiendo seleccionados, era emocionante y todo, personalmente me daba mucha fuerza.
Más tarde, ya vimos como por parte de los políticos se aprovechó, asumiendo que entrábamos en los centros de trabajo como héroes y por tanto dispuestos a morir. No, perdonen, esto no me lo ha preguntado nadie, yo voy a trabajar porque es lo que toca, y usted le toca protegerme y no lo está haciendo. Mi centro llegó a ser el primero en el % de contagios de todo el estado, no hacía ninguna gracia, sufríamos por si un día nos encontrábamos atendiendo un compañero intubado. Además, saliendo de trabajar, sin saber si estabas contagiado, ibas a casa con la familia. Piensa que el primer cribado que hicieron a todos los trabajadores de la empresa, fue en Mayo con un test rápido de muy poca fiabilidad. No fue hasta finales de otoño cuando empezó a haber brotes en salas supuestamente limpias, que nos empezaron a hacer PCRs semanales o quincenales y hasta que nos han vacunado.
Los trabajos de la sanidad están bastante feminizados, se han tenido en cuenta medidas de conciliación específicas?
En absoluto, dudo que se haya hecho ninguna parte, al menos no tengo noticia. Más allá de las medidas que ya había, pero que no son suficientes o no son reales.
Pienso que sí, que en general el trabajo de cuidados suele recaer sobre las mujeres, tradicionalmente ha sido así, y por tanto en un sector como el sanitario, se nota mucho, pero vaya, todos los trabajadores, hombres y mujeres, de cualquier sector, deberían tener este derecho a la conciliación garantizado y queda aún mucho camino que recorrer.
Crees que se ha actuado con planificación?
Es evidente que no. Ni se ha hecho ni se hace. Desde que empezamos que observábamos cómo la pandemia se iba acercando hasta que la tuvimos aquí y entonces todos a correr, hasta ahora con la campaña de vacunación por ejemplo. Alemania ya está negociando al margen de la UE para comprar la vacuna Sputnik, la comunidad de Madrid también lo está negociando por su parte y en un tiempo diremos que nosotros también lo deberíamos haber hecho. Vamos reaccionando tarde y mira que hay gente experta en salud pública y en epidemiología, que van marcando el camino para adelantarse a los acontecimientos, pero no se les escucha, porque y volvemos siempre al mismo sitio, la salud pública es cara de entrada, es invertir mucho dinero, pero creo que esta pandemia ha demostrado sobradamente que a la larga, es un ahorro, no sólo económico, sino de sufrimiento de las personas. Mientras no haya alguien al mando preparado para emprender medidas valientes, con visión de futuro y de bien comunitario, no saldremos del hoyo.