Paternidades Igualitarias, paternidades conscientes, padres presentes, ¿padres XXX? Veréis siempre me ha generado resistencias el asunto de adjetivar y, más, en asuntos como el que nos ocupa. Así que dejaré las taxonomías para la gente que sabe mucho más del tema que yo.
Después de un tiempo largo ya siendo papá y teniendo la suerte de estar metido en muchas conversaciones sobre padres, con padres os puedo decir que cada cual es, precisamente, de su padre y de su padre. Lo que tengo claro es que me gustaría encontrar más hombres que sean PADRES, así en mayúsculas. Me gustaría contar con más padres que, además de preocuparse, se ocupan.
Hay una gran diversidad de paternidades: papás que lo fueron de manera intencionada o que lo fueron sin planteárselo, padres heterosexuales u homosexuales; padres que conviven en pareja y otros que están solos, padres biológicos o no biológicos. Pero ¿de qué servirán si están ausentes o no se ocupan de las necesidades de sus “peques”? Los padres en mayúsculas nos ocupamos de ellos y de ellas.
Y, como sabéis bien, las necesidades van mucho más allá de lo material. De hecho, las más importantes tienen que ver con los temas vinculados con el amor y los cuidados: querer, limpiar, cocinar, lavar, curar, organizar, escuchar (más), hablar (menos), abrazar, etc.
No sólo estamos hablando de ser un papá presente. Esta denominación lo que hace es poner el foco sobre el padre y no sobre las criaturas. Ya os daréis cuenta de lo que es la paternidad cuando seáis padres y comáis huevos. Las criaturas, nuestras y nuestros peques, han de ser el eje. La luz tiene que apuntar sobre ellos y no sobre nosotros.
Echo de menos, como decía Luis Bonino, que los papás tengamos incorporada una capa mental “criaturas” igual que tenemos otras capas similares como “ocio” o “profesión”. Desde mi punto de vista esto nos ayudaría a centrar muchísimo nuestro esfuerzo diario. A poner en valor a las criaturas y no nuestro propio desempeño.
El momento de la incorporación de los varones a lo privado
Dicen que el momento del nacimiento de tu primera criatura es el idóneo para aproximar a los hombres a los asuntos relacionados con los cuidados. La transformación de los conmovidos le llaman. Pero muchos padres nuevos al empezar a informarse o prepararse para el nacimiento de su peque se encuentra con dos cuestiones que chirrían. Por una parte, la ausencia de referentes para hombres en cuanto a modelos divergentes a los auspiciados por la masculinidad hegemónica tradicional. Por otra parte, la desigualdad generada tras la incorporación de las mujeres a la vida pública y profesional y la NO incorporación de los varones a lo privado, ni tampoco al mundo de los cuidados (por falta de puertas giratorias).
Por fortuna estamos dando pasos que nos comienzan a aproximar a acercarnos a una posible masa crítica de varones que posiblemente generarán cambios más rápidos de los que hemos vivido hasta ahora con iniciativas como hombres por la igualdad, papás blogueros, la Plataforma de Permisos Iguales e Intransferibles, y muchas experiencias locales.
Sin embargo es importante implicar a más varones para poder equilibrar el reparto de lo doméstico. Es el momento de que los hombres demos un paso atrás y asumamos las tareas domésticas, y las responsabilidades en todo lo que se refiere a los cuidados tanto de las cosas como de las personas. Esto es lo que están haciendo los padres nuevos, los papás en mayúsculas.
Estos padres que se preocupan y que se ocupan tienen un impacto muy significativo en sus círculos de influencia, en sus redes, en sus comunidades ya que los valores que transmiten a sus criaturas se replicarán en muchísimos casos de manera automática. Esto supondrá acabar, en progresiones geométricas de tiempo con multitud de desigualdades presentes a día de hoy en nuestras sociedades. Estos papás que viven la igualdad tienen bien clara la importancia de la deconstrucción de sus esquemas mentales y de creencias. Hay que mirar al interior para poder asumir nuestras torpezas, nuestros errores y nuestras limitaciones.
El rol del padre, el papel de los padres igualitarios, tiene un enorme poder transformador y potenciador del cambio y de la transformación de los sistemas familiares y sociales actuales en sociedades más justas y equitativas. Por todo esto os animo a estar presente e implicado, a acompañar a las criaturas, a cuidar a la pareja (si la tenéis) y a perder la vergüenza. Y también a que compartáis vuestras experiencias como padres y vuestras inquietudes con otros hombres.
¿Os animáis? ¡¡Bienvenidos!!