Leer el artículo de Kawtther Salam versión en inglés en: Girls Forced To Hysterectomy At Palestinian Hospitals
Un investigador de la Universidad de Birzeit descubrió un escándalo y un crimen contra la humanidad en el que familias palestinas en la Ribera Occidental obligan a sus hijas a someterse a “cirugía uterina” (histerectomía).
Las niñas tienen mayoritariamente discapacidades mentales, los hospitales son administrados por la Autoridad Nacional Palestina (“ANP”). Las cirugías se realizan después de que estas familias son inculcadas por médicos y autoridades religiosas en el temor de que sus hijas pueden ser violadas, quedar embarazadas o ser incapaces de cuidar de sí mismas durante el período, por su (supuesta) discapacidad mental.
Un psicólogo palestino reveló que en la actualidad existen 50 casos de niñas en la Ribera Occidental que están todavía en lista de espera para estas operaciones para sus hijas.
En un intento desesperado de la autoridad religiosa islámica, que trabaja bajo el poder de la Autoridad Palestina, el muftí de Jerusalén y la Tierra Santa palestina, que antes había emitido un edicto religioso (“fatwa”) permitiendo a las familias palestinas realizar una histerectomía a sus hijas (crimen de lesa humanidad), criticó estas mismas familias palestinas diciendo que no deben hacer uso de este “viejo” edicto religioso que supuestamente fue expedido por la autoridad islámica para un caso particular, para permitir a una determinada familia hacer la histerectomía a su hija. El muftí desestimó derogar el edicto que permite a cualquier familia llevar a cabo esta operación!
Sheikh Mohammed Hussein, dijo que no había ningún edicto que legitimara y permitiera, en general, la extirpación de los úteros de las niñas con discapacidades, añadiendo que el edicto de un solo uso había sido aprovechado por algunos padres de familia , indicando que no puede ser de ninguna manera una opinión mayoritaria, y que el edicto fue en reacción a una necesidad para evitar un riesgo a la salud en el que la chica en cuestión habría sido expuesta.
El estudio que reveló el escándalo fue elaborado por un estudiante de la Universidad de Al Rima Khuffash la Universidad de Birzeit para obtener la licenciatura en psicología en el mes de junio de 2011. El estudio documentó 7 intervenciones quirúrgicas para extraer el útero de mujeres (histerectomía) llevadas a cabo en hospitales en la Ribera Occidental. Las operaciones fueron eliminadas de los registros de los hospitales.
El estudio también menciona que el Ministerio de Salud palestino ha emitido una resolución que prohíbe este tipo de operaciones. Sin embargo, el investigador Rima Khuffash dijo que algunos consejeros religiosos (jeques) y algunos médicos están alentando las familias palestinas para que sus hijas pasen por “la cirugía de extracción del útero” (histerectomía), como apunta la concentración de estas cirugías en el norte y el centro de Cisjordania. Esto significa que la mayoría de estas operaciones tienen lugar en Nablus, Jenin, Kalkilia, al norte, ya Ramala y en el distrito Medio.
Por su parte, dijo el Dr. Mohammed Breget, especialista en psicología clínica: “En un taller supervisado por la Universidad Abierta Al-Quds, se señaló que hay 50 familias palestinas que viven en la Ribera Occidental que están esperando para hacer la histerectomía de las niñas y mujeres con discapacidad “. El Dr. Breget describió la operación de histerectomía como un crimen contra la humanidad, acusando algunos de los doctores y clérigos religiosos, diciendo que ellos son los responsables de este acto criminal para alentar a las familias a hacer estas operaciones.
El Dr. Breget contó la historia de una chica de Nablus, al norte de Cisjordania a la que sometieron a una histerectomía, señalando que la niña lloraba y rogaba a su madre en el momento de entrar en la sala de operaciones que no le hiciera aquello. El médico confirmó, y añadió: “Estas operaciones se realizan en los hospitales públicos”, y se pregunta: “¿quién es responsable de esto?”.
En el mismo contexto, el subsecretario del Ministerio de Salud, Dr. Anan Al Masri, encubrió los crímenes ya que las operaciones de histerectomía se realizan en los hospitales del gobierno y los equipos médicos involucrados en los crímenes dependen de su ministerio. El Sr. Al Masri negó que las histerectomías se realizaran en los hospitales de la ANP, dijo que “el Ministerio de Salud no aprobó la realización de estas operaciones”, señalando que el Ministerio “no lleva a cabo estas cirugías en los sus hospitales, tanto públicos como privados, y que el Ministerio perseguirá a cualquier médico que haya llevado a cabo estas operaciones ya que este trabajo está fuera de la humanidad y las leyes “.
Según nuestras fuentes, hay un grupo de médicos que trabajan en los hospitales de la AP que están unidos por los intereses privados de una red de (“peces gordos”), varios miembros del personal de la Autoridad Nacional Palestina, que ganan dinero encubriendo estos crímenes. Los médicos están llevando a cabo estas y otras operaciones a precios elevados, que van directamente a los bolsillos de los “peces gordos”. Todas estas operaciones se eliminan los ordenadores de los hospitales. Algún médico hace que las operaciones en su propia clínica, en casa, con total desprecio de su deber como médicos y la dignidad de las pacientes.
En relación con las histerectomías cabe señalar que las cuestiones de abuso sexual y el incesto son comunes a los territorios palestinos y en las familias, las escuelas y las instituciones en las ciudades, pueblos y las instituciones gubernamentales. En este contexto, las histerectomías obligadas de las niñas y mujeres jóvenes acusadas de tener “problemas mentales” son el método más conveniente para evitar embarazos no deseados y la vergüenza que podría conllevar.
Hablar de estos crímenes está prohibido en la calle y también la publicación en los medios de comunicación. En todos los casos, estos delitos son tratados de una manera que encubre a los responsables, protegiendo y ayudando a que sigan cometiendo más crímenes, y castigando las víctimas (mujeres, menores, niñas) o matándolas en los llamados “crímenes de honor “, y obligando a discapacitadas o enfermas mentales (reales o atribuidas) a someterse a operaciones de histerectomía.
Esto tiene el beneficio añadido de los ingresos de los autores y los facilitadores, que llevan trajes y corbatas caros y trabajan en las instituciones de la AP.
