*Escrito por Eulalia Sole, escritora y periodista
La maldición ancestral contra las mujeres que destacan y luchan no cesa en algunas partes del mundo. Como si no hubieran transcurrido siglos desde que, entre nosotras las mujeres sabias que curaban con hierbas medicinales eran quemadas por brujas, desde que eran encerradas en manicomios las que hacían sombra o molestaban a sus maridos, desde que las que batallaron por el voto femenino eran perseguidas y execradas, desde entonces son muchos los Estados no occidentales donde las protestas de las mujeres se pagan con la cárcel, cuando no con la muerte.
A una activista como la iraní Narges Mohammadi le ha sido otorgado el premio Nobel de la Paz mientras está en una cárcel de Irán, cumpliendo condena por luchar contra la opresión del régimen sobre las mujeres, a favor de los derechos humanos y la libertad en general. En Oslo se la premia mientras que en Teherán se la condena a prisión y a recibir latigazos. Irán se comporta como en nuestra Edad Media, y, sin embargo, es reconocido internacionalmente con relaciones diplomáticas y comerciando.
La actual condena de Narges Mohammadi, de 51 años de edad, es de 10 años de prisión. Su marido y sus dos hijos residen en París, un exilio al que ella ha renunciado para seguir con su activismo. Por supuesto que no obtendrá permiso para acudir a recoger el Premio. En cualquier caso, su familia podrá beneficiarse de él. Ella continuará engrosando la lista de mujeres que han hecho que el mundo avance hacia mejor pagando por ello con su libertad, su salud, el alejamiento de los suyos.
Gracias, Narges Mohammadi, y que el injusto castigo te sea lo más llevadero posible.
*Diario Feminista
Foto Portada: Narges Mohammadi, Wikipedia