La Liga Norte no para de acosar, en todos los frentes, a la ministra italiana de Integración Cécile Kyenge, médica oftalmóloga de profesión, doctora en pediatría y congolesa de origen (de la República Democrática del Congo) es la ministra italiana de Integración desde abril de 2013. Desde el primer día que asumió el cargo hace nueve meses está sufriendo todo tipo de insultos, presiones y violencias verbales en la calle y en los medios de comunicación, e incluso en el Parlamento italiano.
Y uno de los personajes más abiertamente acosadores de la ministra Kyenge es Roberto Maroni, ex ministro de Interior del gobierno de Silvio Berlusconi, que sobresalió por sus políticas anti gitanas o anti romaníes, (exigía huellas dactilares a los menores de edad de esos colectivos, entre otras medidas racistas), además de conocido y activo líder del partido de la Liga Norte, cercano al neofascismo.
En la actualidad, Roberto Maroni es presidente la región italiana de Lombardía y, por estos atributos institucionales, fue recibido por el presidente Artur Mas en el Palacio de la Generalitat el viernes 17 enero, con pocos focos, escasa prensa y silencio absoluto de los medios públicos de comunicación, pero con las críticas de todo el arco parlamentario catalán a la izquierda de Convergència i Unió, además de las denuncias de Asociaciones y colectivos contra la xenofobia, como SOS Racisme. Porque se sabe que este representante de la Lombardía racista, ha llegado a animar a los italianos –hombres, por supuesto- a que violen a la ministra ‘para que sufra en carne propia’ los supuestos crímenes que él atribuye a los inmigrantes que llegan a Italia.
Y la Liga Norte, a la que representa Maroni, ha aplaudido la idea y sigue aumentando sus ataques violentos, verbales y presenciales; incluso el portavoz de este partido en el Senado italiano, Massimo Bitonci, que le complica todos los actos en el norte de Italia a los que asiste la ministra, intenta que Cécile Kyenge dimita bajo la pretendida acusación que favorece a ‘la negritud’. El Partido Demócrata (PD) al que pertenece la ministra, ha denunciado que la situación ‘está al límite de la intimidación’.
7 mujeres y 21 hombres en el Ejecutivo italiano
Cécile Kyenge fue elegida diputada por la circunscripción de Emilia Romagna, en las elecciones legislativas del pasado año 2013 y fue una de las 7 mujeres entre 21 ministros hombres –una cifra récord en la historia institucional de Italia- en el ajustado gobierno del PD, presidido por Enrique Letta. Entre otras mujeres conocidas y reconocidas de ese gabinete se encuentran la ex comisaria europea Emma Bonino, que fue designada ministra de Asuntos Exteriores y la de la cartera de Justicia, que se adjudicó a la jurista antimafia y anticorrupción, Anna Maria Cancelleri, cuyo nombre se había barajado, incluso, para la presidencia de la República, cuando Giorgio Napolitano había concluido el término de su presidencia que, finalmente, tuvo que renovar por ’emergencia nacional’.
El propio Napolitano, en su discurso de toma de posesión en la anterior investidura presidencial siete años antes, al tiempo que reivindicaba para Italia un Estado laico, independiente de la iglesia, no dejó de criticar el inmovilismo italiano ante la igualdad y equidad en los cargos públicos al señalar ‘la gerontocracia masculina’ como la causa que impedía la emergencia de ‘la energía de las mujeres’ en las instituciones del Estado.
La ministra de Integración, pese a todas las presiones y sin negar que han sido unos meses difíciles, sigue apegada a sus objetivos de los que nunca que distrae, -y lo viene haciendo desde su infancia, que no fue fácil- según le señala al corresponsal en Roma Pablo Ordaz, prácticamente el único periodista que ha seguido la situación de la ministra desde su entrada al Ejecutivo italiano. Cécile Kyenge insiste en que ‘todas las personas son iguales’ y su método personal es la convicción de que ‘la diversidad es una riqueza’ y que ‘no debemos tener miedo del otro’.
“Me culpan por ser negra, mujer, extranjera… y estudiada”
En la entrevista con Ordaz la ministra señala que ‘me echan la culpa de ser negra, mujer y extranjera. Incluso de una cuarta cosa: de haber estudiado’. Pero, pese a las presiones le manifiesta al corresponsal que ‘su prioridad sigue siendo: el derecho a la ciudadanía italiana de los hijos de los inmigrantes y la suspensión del delito de clandestinidad’ porque, en su opinión, ‘la invisibilidad de determinadas situaciones da lugar a la explotación y la esclavitud’. Cécile Kyenge le manifiesta a Ordaz que, ‘una persona que vive en la invisibilidad es una persona que cae en las manos de la criminalidad organizada’ por eso, ‘hacerlas salir de la invisibilidad es un instrumento potentísimo contra la criminalidad organizada’.
Al parecer, según señala la ministra, a través de la Declaración en Roma que se está discutiendo estos días, 17 países de la Unión Europea van a suscribir un pacto desde este año 2014 hasta 2020 contra la xenofobia y el racismo y para poner la diversidad y la multiculturalidad en el centro de las relaciones humanas que se legislarán para Europa.