Bakea Alonso.
La Independent entrevista a Bakea Alonso, socióloga y feminista, que explica su punto de vista sobre las “nuevas” masculinidades y la participación de los hombres en el feminismo como cambio radical de la sociedad.
Bakea Alonso es también coordinadora de proyectos de Igualdad en la Fundación Cepaim. Con motivo del 8 de Marzo, en que se organizan charlas y acciones reivindicativas, ha participado en la Jornada sobre Nuevas Masculinidades, Cooperación i Transferencia Social, en la Universitat de Barcelona, y organizada por Acción contra el Hambre.
Ella habla de una masculinidad opuesta a la hegemónica; de la unión dialéctica entre los privilegios y costes de la masculinidad dentro del patriarcado; de la necesidad de políticas públicas y su relación con hechos cotidianos, como los accidentes de tráfico; y, para los hombres que tienen dudas, ella tiene algunas sugerencias sobre qué hacer este 8M y el resto del año.
La entrevistada durante una charla.
¿Debe el feminismo reflexionar sobre masculinidades y por qué hacerlo en este 8 de marzo?
Bueno en realidad el feminismo siempre ha hablado de los hombres porque hablar de las mujeres es también hablar de los hombres: el sistema de género es un sistema relacional y, siendo esta fecha tan referencial, el 8 de marzo no puede eludir este tema. Dicho eso, quienes sobre todo deben reflexionar sobre qué significa la masculinidad y ser hombre son los propios hombres, pero es cierto que tienen todo un marco de referencia tanto teórico como de acción en el movimiento feminista. Las mujeres de los años 70 ya se juntaron para pensar qué era eso de ser “mujer”.
¿Porqué “nueva” masculinidad?
A mí no me gusta tanto hablar de “nueva” sino mejor alternativa, disidente, cuidadora… como opuesto al de “hegemónica”. En cualquier caso, creo que lo interesante más allá del título que le demos, es pensar en qué compontes debería tener, y ahí se me ocurren al menos dos ideas: un ejercicio de la masculinidad que se asocie al cuidado, a la vida y a la colaboración, frente a la guerra, la muerte y la competitividad que son los valores que han caracterizado a la masculinidad hasta ahora…
Por otro lado, necesitamos hombres que sean capaces de reconocer que tienen privilegios y que están dispuestos a renunciar a ellos. Al respecto, recuerdo el caso de Stuart Mill que al casarse con su mujer firmó una carta en donde renunciaba a los derechos que ese matrimonio le daba sobre su mujer en la Inglaterra de finales del siglo XIX.
Es muy interesante también el concepto de dividendo patriarcal que acuñara Connell, que viene a significar el conjunto de ventajas que acumuladamente benefician a los hombres y de los que todos los hombres se benefician, lo quieran o no.
El diagnóstico y teorización sobre la identidad masculina, ¿la ha pensado y desarrollado eminentemente el movimiento feminista?
Bueno no sólo, no. Es cierto que al calor del desarrollo de los Women studies en las universidades de ámbito anglosajón, sobre todo, surgen los llamados Men Studies que han tenido y tienen su propio recorrido. De hecho, hay que tener en cuenta que no toda reflexión sobre la masculinidad es necesariamente feminista. Del mismo modo que hablar de las mujeres no es necesariamente feminista… El feminismo o los estudios acerca de los hombres y de la masculinidad desde una perspectiva feminista tienen que ser necesariamente una mirada crítica y transformativa. Por otro lado, me gusta lo que dice el experto Jeff Hearn cuando indica que no es bueno dejar el estudio de las “masculinidades” sólo en manos de los hombres…
A pesar estos modelos, ¿por qué parece que sigue recayendo mayoritariamente en las mujeres la reflexión y la lucha contra el sistema patriarcal? ¿Qué están haciendo los Hombres?
Las mujeres somos las que llevamos siglos padeciendo las discriminaciones, violencias y desigualdades por eso es lógico que seamos quienes hemos luchado y reflexionado sobre todo esto.
Ahora bien, los hombres también ven limitadas sus posibilidades vitales por un Patriarcado que les impone ser de una determinada manera. Lo que, a mi modo de ver, los hombres deberían tratar de comprender es que los privilegios y los costes de la masculinidad están en el mismo paquete y que si quieren ser más libres y desprenderse de las cosas “negativas” de la masculinidad, tienen que estar dispuestos cuestionar las cosas “positivas” es decir, los privilegios. En un artículo publicado en enero yo decía que para que los hombres dejen de estar sobrerrepresentados en las estadísticas de accidentes, adicciones y suicidios deben de desprenderse de los privilegios que le otorga el Patriarcado por el hecho de ser hombre. Una cosa va con la otra, una cosa lleva a la otra.
En cuanto a qué están haciendo los hombres, es cierto que los hay que están en el camino de la reflexión y que multitud de grupos se están organizando desde hace tiempo, aunque también veo que es importante que se haga cosas desde las Políticas Públicas.
¿Qué tienen que ver las estadísticas de accidentes de tráfico y adicciones con el patriarcado?
Pues mucho y, como digo, está relacionado con las políticas públicas; pensemos en lo siguiente: ¿Por qué no ubicamos este posible trabajo en torno a la construcción de “nuevas” masculinidades desde el Ministerio de Interior, de Ciencia, de Cultura y Deporte o desde Sanidad? ¿Es que acaso no construimos modelos de masculinidad y de feminidad desde toda la política pública? ¿Para cuándo, por ejemplo, una campaña de la DGT que relacione de forma explícita una determinada forma de ejercer la masculinidad con los accidentes de tráfico? (se estima que, de los conductores implicados en accidentes mortales en carreteras, los hombres son un 90%).
Se trata de hacer el esfuerzo para que se entienda esta relación y para ello es necesario “problematizar” la masculinidad. El hecho de que un joven asuma que es más macho y más hombre cuanto más corra en la carretera se ubica en la misma “caja” (the man box) que el acto de no levantarse del sofá para quitar la mesa.
Actualmente parece que la lucha contra las violencias machistas está en la agenda política, al menos en el discurso ¿Es eso positivo para el movimiento feminista?
En “agenda” al menos de dos maneras, ¿no? Una en positivo que tiene que ver con la ruptura del silencio de tantas mujeres a partir del ME TOO y otras campañas, a la que añadiría en el caso de España, el empuje del feminismo institucional de los últimos meses. Pero otro lado, lo encontramos en la agenda de movimientos y partidos machistas que quieren que retrocedamos en los derechos de las mujeres. No sé si, en este caso, aquella frase de “que hablen de mí, aunque se mal” nos sirve…
También hay algunas políticas que dicen ser “feministas liberales”, ¿se puede ser feminista y neoliberal?
Creo que uno de los retos que tiene por delante el feminismo es saber trasmitir a la gente que la propuesta feminista va muchos más allá de que las mujeres lleguen a los puestos de poder o que existan mejores recursos para atender a las víctimas de violencia de género. El Feminismo es una propuesta radical de la sociedad que promueve un cambio de valores, de prácticas y de organización social. No creo en un feminismo que no sea también antirracista y ecologista, por ejemplo.
Ahora bien, también creo en las alianzas y de que seamos conscientes que el feminismo es un movimiento plural donde no todas pensamos lo mismo ni todas coincidimos en cuáles son las principales prioridades cuando hablamos de los derechos de las mujeres.
El otro día un amigo me preguntó, con sincera preocupación: ¿Qué debo hacer el 8M, debemos hacer huelga también? ¿Qué hacemos?
Sí, un año más se pone encima de la mesa la pregunta. Y no hay una única y simple respuesta. Cuando me hacen esta pregunta suelo responder: ¿qué tal si te preguntas que vas a hacer el 9, 10 y 11 de marzo? Es decir, ¿qué harás los 365 días del año para promover la igualdad entre mujeres y hombres? En cualquier caso, creo que los hombres que tengan estas dudas deben compartirlas con otros hombres e ir pensando en respuestas que pasen por lo individual pero también por lo colectivo.
A este respecto, cientos de hombres en diferentes puntos de España, llevan semanas organizándose para coordinar, por ejemplo, una red de “puntos de cuidados” como apoyo a la Huelga Feminista.
Con la Huelga feminista se quiere visibilizar que si las mujeres paran, el mundo se para, por lo que los hombres ese día tienen infinidad de posibilidad para apoyar a las mujeres y a la huelga: encargarse de los cuidados, participar en cajas de resistencia, ir a manifestaciones y convocatorias y, sobre todo, hablar con otros hombres de la necesidad de CUIDAR, RENUNCIAR Y PRACTICAR.
*Montse Garcia Sosa, Secretària de l’ Associació Dinamitzadora de la Xarxa Internacional de Dones Periodistes i Comunicadores de Catalunya (XIDPICCAT)
