Marina Subirats i Martori (Barcelona 1943) es socióloga, gestora pública y política catalana. Fue directora del “Instituto de la Mujer. Ministerio de Asuntos Sociales” de 1993 a 1996. Formó parte de la Comissión de Igualdad de Oportunidades de la Unión Europea entre el 1993 y el 1996.
Subirats ocupó también diferentes cargos en el ayuntamiento de Barcelona: Regidora de Educación (1999-2006), Presidenta del Consell de SantsMontjuïc (1999-2003), Presidenta del Consell de NouBarris (2003-3006) y Quinta Tinentd’Alcalde (2003-2006). Durante el franquismo y los primeros años de la democracia, militó en los partidos Bandera Roja, PSUC y en Iniciativa perCatalunya.
Como socióloga está especializada en los campos de sociología de la educación y sociología de la mujer.
En el año 2006 recibió la Creu de Sant Jordi. En el 2011 la Associació Catalana de Sociologia, filial del Institutd’EstudisCatalans, la galardonó con el PremiCatalunya de Sociologia.
De izquierda a derecha: Marta Figueras, Marina Subirats y MªÀngels Cabré
Las organizadoras de la Tertulia Salambó, MªÀngels Cabré, directora de l’Observatori Cultural de Gènere, y Marta Figueras, delegada en Catalunya de la Asociación de Mujeres Cineastas y Medios Audiovisuales (CIMA), han presentado a la invitada al numeroso grupo de mujeres que se ha reunido esta tarde en el emblemático local ubicado en el corazón del barrio de Gràcia.
Marta Figueras ha dado las gracias a todas las tertulianas porque “por sexta vez, la mesa está llena de mujeres”.
Igualmente ha recordado que “el uno de febrero, a las ocho menos cuarto de la mañana, el AVE Barcelona-Madrid, hará un recorrido hacia la libertad”, con motivo de la manifestación prevista en la capital de España en protesta por la nueva ley del aborto del Partido Popular.
La iniciativa parte de un grupo de mujeres, ‘Las Comadres’, de Asturias: “Un grupo de mujeres luchadoras de la cuenca minera”, ha comentado Marina Subirats. Con la movilización se pretende que se retire la nueva ley y que se mantenga la anterior.
Desde la mesa se ha invitado a la socióloga a que hiciese un repaso, como feminista y como gestora, de las últimas décadas del movimiento, así como del momento de cambio actual.
Subirats, ha planteado los interrogantes: “¿Qué ha pretendido el feminismo de los años setenta y ochenta?” y “¿Dónde nos encontramos ahora?”.
“Desde los años sesenta hasta los noventa, dos mil, el objetivo era el de la movilización para la libertad y la igualdad. En los años sesenta en Estados Unidos y años más tarde, en Europa, planificar la concepción ya era posible. Las mujeres quieren ser iguales a los hombres, que en aquella etapa quería decir hacer las mismas cosas que hacían los hombres, por ejemplo, ocupar los mismos cargos. Ser ama de casa y, sobre todo ser madres, era objeto de crítica porque se sublimaba. Fue una etapa potente porque era liberadora, sin tantas barreras ni obstáculos”, ha expuesto la socióloga.
También ha añadido que “incluso ahora, las mujeres continuamos no teniendo las mismas oportunidades que los hombres”.
Y ha puntualizado que en Africa y en los países árabes, las barreras tradicionales no se han roto en absoluto y el patriarcado y la religión, son escollos que están bien presentes.
Del mismo modo, los objetivos de igualdad y libertad, no se han alcanzado: “Han perdido atractivo porque las mujeres jóvenes piensan que son libres, por lo tanto, es un objetivo que no les compromete. Para las mujeres de nuestra generación fue un objetivo de vida”, ha sentenciado Marina.
Conceptos como “feminismo de la diferencia”, “deconstrucción del género” (citando a Judith Butlert, especialista en filosofiaqueer), también han sido abordados por Subirats, quien, al cabo de algunas reflexiones, ha concluido: “Considero que los géneros tienen que desaparecer para ser iguales”.
Según la catedrática, en primer lugar, “los enemigos del feminismo son la iglesia católica, y aquí está la nueva ley del aborto, la separación de niños y niñas en la escuela… En América Latina se ha retrocedido muchísimo”. Y ha completado: “Tenemos que volver a rearmarnos para luchar de nuevo. Deberíamos avanzar y no retroceder”.
“En segundo lugar, otro enemigo del feminismo es el capitalismo desde el punto de vista de el consumo; una mujer objeto, pero que se nos vende como una mujer que triunfa gracias a su sex-appeal. El retorno del color rosa para las niñas en tiendas y en anuncios, niñas que vuelven a jugar con muñecas…
Si nos planteamos si la prostitución constituye una opción libre se nos tacha de represoras, hemos pasado de liberadoras a represoras. La liberación ya no es efectiva porque no se percibe como tal, sino que se percibe como represión”, ha insistido.
Ante tal panorama, Subirats ve dos frentes: “El antiguo y que se puede ganar, el de la Iglesia; y el nuevo: el de la seducción como arma, y que se puede perder”.
“Deberíamos fijarnos unos objetivos más universales”, ha proseguido. “Consumo y seducción forman un binomio que en ciertos aspectos mantienen a las mujeres en su papel de mujeres objeto”.
Para la catedrática “se puede tender hacia una masculinización de las mujeres o bien mantener una posición fuerte en la sociedad, sin necesidad de recurrir a la imitación”. Según ella “la seducción no significa liberación” y además, esas mujeres tan libres y seductoras cuando tienen pareja “adoptan una actitud de sumisión. Se ejerce sobre ellas un control claro; por ejemplo, a través de la telefonía móvil. También se les controla la ropa que llevan”.
Para la socióloga “se ha llegado a alcanzar una cierta igualdad de sexos, pero la diferencia de género es brutal”, ha sentenciado.
A lo largo de la Tertuliase ha hablado también de temas como violencia de género, roles, sociedad y violencia, tráfico de armas, nuevas generaciones, aprendizaje de género, crisis y feminismo, estereotipos feministas…
En definitiva, un rápido pero amplio resumen de posiciones y puntos de vista sobre el movimiento feminista. Un repaso del pasado, un vistazo al presente y algunas predicciones, más o menos optimistas, sobre cómo se atisba el futuro.
“La única posibilidad de ganar esta batalla es luchando juntamente con los hombres, porque no es un problema de hombres y mujeres, sino de civilización. Los hombres tienen que ser, son, nuestros aliados”.
De esta forma ha concluido su intervención Marina Subirats, quien nos ha aportado desde la serenidad, una perspectiva constructiva y conciliadora.