miércoles 24 abril 2024

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Las mujeres de Túnez más allà del jazmin

 Maria Angels Roque

OPINIÓN

La juventud y las mujeres han sido las principales protagonistas de la denominada primavera árabe. Sin líderazgos políticos, religiosos ni intelectuales, algunas jóvenes blogueras se convirtieron en iconos mediáticos que incitaban a salir a la calle y a resistir tanto en Túnez como Egipto, pero también en países más conservadores como Bahréin, Libia o el Yemen.

 

Las mujeres de todo tipo y condición social se han manifestado para luchar no sólo contra la tiranía y las injusticias de los estados, sino también contra los principios conservadores de la sociedad en la que viven. Muchas de ellas han sido víctimas de amenazas, a veces proferidas por sus propias familias, y otras han sido violadas o incluso asesinadas en la calle. Sin embargo, la determinación y el coraje de la que han dado prueba les ha permitido alcanzar resultados notables: enviar información a todo el mundo a través de las redes sociales, imponer el principio de paridad de género en las elecciones tunecinas o denunciar los abusos cometidos por sus Gobiernos contra los derechos humanos, como en el caso de la activista yemení Tawakkul Karman, Premio Nobel de la Paz 2011

En las últimas décadas, pese a la sumisión al despotismo, la injusticia y la opresión, los índices de desarrollo humano, alfabetización y nivel educativo, entre otros –es decir, elementos que reflejan en gran medida el grado de respeto a los derechos de las mujeres–, han tenido una gran influencia para alentar a estas dos sociedades a rebelarse y tratar de reconquistar su independencia y autonomía. En otras palabras, sí, el despertar ha tenido lugar –o ha empezado– en Túnez, país con el nivel de desarrollo humano más elevado del mundo árabe y donde desde su independencia han tenido mayores derechos las mujeres.

Este contexto explica lo que vimos en nuestras pantallas televisivas durante las manifestaciones callejeras que tuvieron lugar desde el 17 de diciembre de 2010 hasta el 14 de enero de 2011, es decir, durante la denominada Revolución del Jazmín. Las mujeres tunecinas tomaron la calle junto a sus hermanos, hijos, maridos, novios y amigos. Su participación no se ha limitado a las manifestaciones públicas, sino que también se ha concretado en contactos con varias redes para difundir información sobre los detalles de la revuelta que ha llamado la atención de la opinión pública, dentro y fuera de su país.

Así pues, tanto en el período prerrevolucionario como en la revolución o en las fases posrevolucionarias, las mujeres tunecinas se han implicado plenamente en el proceso de cambio del escenario político, no sólo de su país, Túnez, sino también de todo el mundo árabe, ya que asimismo han sido responsables, aunque de modo indirecto, de las transformaciones políticas y sociales que se han propagado posteriormente.

Pero como alertó en su día la escritora Simone de Beauvoir “No olvidéis que será suficiente una crisis política, económica o religiosa para que los derechos de las mujeres sean cuestionados. Estos derechos jamás son adquiridos. ¡Debéis manteneros vigilantes! Y así ha sido durante el largo proceso del redactado de la Constitución, el partido en el poder tras las elecciones, el islamista Ennahda, propuso el cambio del artículo sobre la paridad o igualdad de hombres y mujeres por el de la “complementariedad”.

El artículo indica, así como la mujer complementa al hombre, no es su igual. Sin duda una amenaza para la defensa de la igualdad de género. Miles de mujeres y simpatizantes de los derechos humanos se manifestaron el 13 de agosto ante el Palacio del Congreso, la fecha de la manifestación no fue elegida al azar, el 13 de agosto del 2012 es el Día Nacional de la Mujer que conmemora la aprobación del Código del Estatuto Personal, 13 de Agosto de 1956, en el joven Túnez independiente por el Presidente Bourguibaque conformaba la vanguardia en el mundo árabe-musulmán.

En la manifestación de aquel lunes por la noche se cantaban consignas como “La igualdad en la Constitución” o “El futuro [Túnez] ya no es posible sin la mujer”. No fue solo tuvo lugar esta manifestación, durante el verano las mujeres no se fueron de vacaciones y convocaron constantes protestas delante del palacio presidencial. Se ganó la batalla de tener una constitución en la que se mantenía la igualdad.

Tras la elecciones de 23 de octubre de 2014 , el nuevo gobierno de Túnez recibió el 4 de febrero la confianza del Parlamento. Se trata de un gobierno de unidad nacional que se denomina laico pero donde el partido islamista Ennahda no deja de tener una buena representación, aunque había estado ausente del primer equipo que formó el primer ministro Habib Essid, nuevamente fue propuesto. Sin lo que no se hubiera obtenido mayoría en la Cámara. También a la formación dominante Tounes Nida la formación se le han unido otros grupos liberales.

La ensayista y periodista tunecina, Sophie Bessis en un reciente artículo publicado en Le Monde escribía a propósito del nuevo gobierno:”Es interesante analizar los cambios realizados entre el primer equipo propuesto y el que ha recibido la aprobación de los parlamentarios. En la delicada fase que atraviesa Túnez, el único país de la “primavera árabe” que no ha sido objeto de restauración dictatorial ni ha caído en el caos, no se trata de rechazar toda idea de unidad nacional. Puede que ello sea necesario para pacificar una transición dirigida a anclar las prácticas democráticas en la moral política. Pero se debe tener en cuenta qué se ha sacrificado en el altar de las transacciones políticas donde los principios han cedido a menudo a intereses personales o partidistas”.

¿Por qué dice esto Bessis? Porque una de las que han sido sacrificadas dentro de los ajustes necesarios a la entrada de representantes de los partidos de la nueva coalición fue la primera Ministra de la Mujer y Familia, Khadija Cherif – yo la conocí en reuniones feministas- siendo ella presidenta de la Femmes Democrates. Sin duda Khadija Cherif es una feminista de gran calado y quizás sea excesiva para este gobierno. Esto ha defraudado a la periodista que exclama: “De nuevo este episodio de la vida política revela que la brecha más profunda entre los que están por la libertad y aquellos del inmovilismo social pasa por la condición de la mujer.

Sin desatender lo que dice Bessis y tampoco las recomendaciones de Simone de Beauvoir, creo que la actual ministra de Mujer y Familia de Túnez, Samira Merai, doctora neumóloga y desde el 2011 perteneciente al partido liberal Afek Tounés, puede hacer un buen trabajo. También a ella la he conocido en un par de reuniones internacionales sobre la autonomía económica y visibilidad de las mujeres, pero deberemos ver cómo se desarrollan los acontecimientos en un país que necesita relanzar su economía.

Las mujeres tunecinas están alerta!.

 

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Tona Gusi

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Fundadora i Co-coordinadora de La Independent. També és psicòloga menció en Psicologia d'Intervenció Clínica i menció en Psicologia del Treball i les Organitzacions.
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