OPINIÓN
Se ha publicado el segundo libro del periodista y guionista televisivo Toni Alvaro (Cerdanyola 1.963. “Historias de la puta mili”, “Quico el progre”, “Dinamita”, “El gran Nord”). Es el libro número 6 de la colección Historias del Raval, de la editorial Lokal.
Al igual que el anterior, “Catálogo de decisiones y fragilidades” publicado también por la misma editorial, habla de gente rebelde, en este caso exclusivamente de mujeres.
Tras hacer un seguimiento en la prensa de la época, Toni Alvaro rescata unos hechos de empoderamiento colectivo olvidados, tanto por la historiografía académica como por la militante. Como siempre ocurre con las luchas de las mujeres.
“La Revuelta de las mujeres. Barcelona 1.918” dice en la contraportada: “Enero de 1.918. Se comienza a intuir el final de la primera guerra mundial. Los ingentes beneficios, provocados por la neutralidad española no han repercutido en los salarios de los trabajadores. El jornal está congelado desde el inicio del conflicto. Las cosechas y el carbón se exportan, intermediarios y comerciantes acaparan y especulan con los productos básicos. El invierno es riguroso en Barcelona, el carbón escasea, se adultera y se frena su salida al mercado en una espiral de precios al alza, que arrastra alimentos y alquileres. Son momentos en lo sque cualquier sonrisa se hiela en Barcelona y otras ciudades industriales. Los hogares obreros no consiguen asegurar su subsistencia y las mujeres deciden plantarse”.
Se dice al presentar el libro: “La mujer ha abandonado ya la cocina porque nada hay que guisar en ella, lanzándose a la calle. Preguntamos ahora a los hombres, ¿Cómo os las arreglaréis para reintegrarla a la lumbre… Vamos al principio de una revuelta que en sus inicios deja fuera de juego a autoridades y sindicatos y sin pantalones a muchos policías”.
“Hartas de interminables colas frente a las carbonerías, se van formando grupos de mujeres y crecen las discusiones. En una carbonería de la calle Parlament un carbonero se niega a vender, alegando que no le quedan existencias, las mujeres no se lo creen y les saca un revolver para demostrarlo. El cronista de la Soli lo describe con gracia: Todas las mujeres se abalanzaron sobre él, le desarmaron y le calentaron, pero sin carbón. ¡Qué elocuencia la de estas mujeres!. ¡Qué manera de convencer a un ladrón!
Empezar leyendo un libro magnífico, “Catálogo de decisiones y fragilidades”, sobre gente luchadora y efemérides anónimas, emociona. Y donde se descubre a grandes personas, hombres y mujeres casi todos anónimos que merecen estar en la historia. Y seguir con “La revuelta de las mujeres” es empoderar el recuerdo de las barcelonesas que, cien años atrás, con valentía, plantaron cara a la pobreza y a la especulación, luchando bravamente.