El desmonte del servicio público es una vuelta atrás, una vuelta a casa para las mujeres
Del último informe de la Fundació Maria Aurèlia Capmany (FMAC) se desprende que adaptar la jornada laboral es el objetivo primordial para mejorar la situación de las mujeres trabajadoras de Cataluña ya que la cronificación del desempleo de las mujeres se está agravando en nuestro país.
El IDESCAT sigue sin ofrecer datos actualizados segregados por sexo
La Independent asiste siempre con mucho interés a las presentaciones de informes que elabora la Fundació María Aurelia Capmany (FMAC) y lo hace tanto por el rigor de sus trabajos como por sus aciertos en la oportunidad temática. Sigue siendo pero una lástima que nuestro Instituto de Estadística(IDESCAT) persista en su error de no ofrecer datos diferenciadas por sexos, y por tanto, una vez más, la FMAC ha tenido que emplear los datos en clave estatal, es decir las del Instituto Español de Estadística (INE) y las del Servicio Público de Empleo (SEPE).
Si en su último informe la FMAC ya nos alertaba de la feminización de la pobreza en Cataluña en esta crisis económica y que la situación se acentuaría debido a las previsibles actuaciones de las administraciones públicas catalanas en sus recortes, en este informe El doble rasero: la organización de la jornada laboral como elemento de discriminación, ya se constata el daño que han hecho estas políticas en la mayoría de trabajadoras, ya que debido a la histórica segregación laboral las mujeres han sido ubicadas en el sector servicios, que es el más castigado.
Aida Ruiz, directora de la FMAC. (Fotografia Tona Gusi)
Ocupaciones más feminizadas y tanto por ciento de mujeres con contratos indefinidos o temporales
De acuerdo con los datos de la FMAC, estos son los tanto por ciento de mujeres en estas ocupaciones donde ellas son las mayoritarias: un 82% de mujeres en la enfermería no especializada, un 77% en profesiones relacionadas en trabajo o educación social, un 64,31% en el campo de actividades recreativas y de ocio, un 75,89% en tareas administrativas o de atención al público, un 88,58% en la profesión de auxiliar de enfermería hospitalaria, un 73,49% en la venta en tiendas o almacenes, y un 83,44% por ciento entre el personal de limpieza de oficinas, hoteles y otros establecimientos.
La directora de la FMAC, Aida Ruiz, dice taxativamente que “el mercado laboral está diseñado de espaldas a las mujeres”. Se observa en la diferencia entre hombres y mujeres en cuanto a los contratos registrados de duración indefinida y explica cómo a pesar del marco económico en el que nos encontramos, donde la temporalidad no es una realidad atribuible sólo a las mujeres, queda claro que es más perjudicial para ellas. Si bien en 2006 con la ley 43/2006 de 29 de diciembre empezaba una progresión de la contratación indefinida tanto para hombres como para mujeres, en el contexto de crisis financiera iniciada en 2007 se invierte la progresión.
Los Reales Decreto-Ley de 16 de junio de 2010 10/2010 y de 10 de febrero de 2012 3/2012 de reforma del mercado de trabajo y de medidas urgentes para la reforma del mercado de trabajo, consiguieron que la reducción de la temporalidad dejara de ser una acción primordial para los gobiernos.
Organización del tiempo de trabajo, reducciones de jornada y contratos a tiempo parcial
Cabe recordar que antes de 1999 la reducción de jornada por cuidado y guarda de menores era de un tercio y a partir del 2007 la reducción pasa a ser de un octavo.
En primer lugar sin embargo, la reducción de jornada tiene más impacto sobre las mujeres justamente por el impacto económico que tiene la reducción de jornada en los salarios. Y aún será más grave en las futuras generaciones.
Para ver este impacto en el empobrecimiento de las mujeres trabajadoras, este informe de la FMAC relaciona los datos sobre el tipo de ocupación y de convenio colectivo con las horas de trabajo anual y salario con el salario reducido en 1/3 de la jornada.
De esta bajada de salarios en oficios feminizados hay unos cuantos ejemplos: las enfermeras no especializadas pasan a cobrar de 1.954,25 euros a 1.302,6 euros (trabajando en Hospitales de la XHUP o centros de atención primaria) y de los 1.688,80 a 1.125,86 euros (si lo hacen en otros centros de trabajo), las auxiliares de enfermería pasan de los 1.287,02 euros a 858,01 euros (XHUP y centros de atención primaria) o de los 1.148,43 euros a los 765,62 euros (si trabajan en otros centros), las profesionales del trabajo y la educación social (en el marco estatal de acción de intervención social) pasan de los 1.277,50 euros a 851,10 euros y de los 1.456,70 euros a 971,13 euros (en la acción social con niños, jóvenes familias, etc.) y, por último, las monitoras de actividades recreativas y de ocio pasan de los 1.134,64 euros a 756,42 euros (en el marco estatal de acción de intervención social) y de los 1.287,36 euros a 858,24 euros (en la acción social con niños, jóvenes, etc).
Por otra parte y con respecto a la jornada reducida, una demostración de las pocas garantías-afirma Aida Ruiz-es el seguimiento de sentencias del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) donde se ve cómo las mujeres son expulsadas de los puestos de trabajo en base al hecho de realizar una jornada reducida.
Por otra parte, en el trabajo temporal no se permite la reducción de jornada, y tanto mujeres embarazadas como mujeres que han terminado la baja de maternidad son objeto de despido.
En segundo lugar y con respecto a los contratos a tiempo parcial, la directora de la FMAC explica cómo tradicionalmente, ha habido el interrogante sobre el hecho de que las mujeres del estado español “estén tan poco deslumbradas” por este tipo de contratos. La respuesta hay que buscarla en la inseguridad que causa a las mujeres. Si antes de 1984 la jornada podía ser de 2/3 partes (hasta 26,6 horas máximo) a partir del año 1984 ya se considera jornada reducida cualquiera inferior a las 40h. Y aún más inseguridad provoca cuando a partir del año 1994 el contrato parcial admite horas extraordinarias, es decir que nos podemos encontrar paradójicamente con jornadas reducidas de 39 horas más horas extras. Y a partir de 1998 ya se introduce el concepto de horas complementarias. Así pues la respuesta a esta “falta de deslumbramiento por parte de las mujeres” es que no hay oferta de puestos de trabajo a tiempo parcial ya que de hecho son a tiempo completo.
Y en tercer lugar sobre la adaptación de la jornada laboral, que sería tanto para hombres como para mujeres, hay que decir que no está desarrollada y que no está protegida jurídicamente. En la práctica la regulación se reenvía a los convenios colectivos, cuando se sabe que convenios de enfermería, limpieza, etc. al tratarse de sectores muy complicados en cuanto a horarios y turnos de noche no está bien regulado (de hecho sólo se ha encontrado en un convenio de ventas de Tarragona y todavía muy genérico).
Agravamiento de la cronificación del desempleo de las mujeres
El desmonte del servicio público es una vuelta atrás, una vuelta a casa para las mujeres.
“Que los poderes públicos no faciliten ninguna herramienta de apoyo a las mujeres trabajadoras implica que estos poderes sólo consideran el papel laboral de las mujeres como apoyo al salario familiar. Sólo así se entiende esta falta de herramientas “, exclama la directora de la FMAC. Y continúa argumentando esto cuando explica que en cada reforma ha habido un goteo de pérdida de conciliación entre la vida laboral y la personal o familiar. “Si la ley de Igualdad hubiera apostado en firme – dice- habría comenzado a romper roles y la división sexual del trabajo”.
La Reforma laboral ha incidido muy negativamente en el trabajo de las mujeres ya que ahora tenemos más mujeres a tiempo parcial, las jornadas irregulares han pasado del 5% al ??10%, la clasificación actual del trabajo ya no se hace en función de la ocupación desarrollada sino de los grupos de ocupación, lo que lleva a los derechos laborales a un pantano o un lodazal, y finalmente hay más despidos por bajas laborales sin tener en cuenta que la salud laboral de las mujeres no es igual a la de los hombres.
Hay que recordar también que a partir de 2012 con el paso del convenio de sector al convenio colectivo de empresa, aumentan el número de jornadas y hay un descolgamiento del convenio con respecto a la distribución horaria de la jornada.
De qué herramientas disponen las mujeres
Ante este panorama tan desolador como real, tenemos que partir de que en Cataluña muchas mujeres trabajan en pequeñas y medianas empresas (PYME) y que por tanto, el recorrido para sus derechos se halla en dirigirse al órgano de representación sindical, o, sino hay, al delegado de personal, hacer una denuncia a la inspección de trabajo (esta posibilidad se usa demasiado poco) y finalmente la denuncia en un juzgado de lo social.
El principal objetivo: la adaptación de la jornada laboral
Partimos de que la Ley de Igualdad se hizo de espaldas al mercado de trabajo, al ser de utilidad para las grandes y medianas empresas pero no para las pequeñas. Por lo tanto la herramienta prioritaria para sacar a las mujeres de esta cronificación de desempleo y pobreza sería poder blindar la adaptación de la jornada laboral, buscando el punto de inflexión para las dos partes, concluyen desde la FMAC.
La pobreza femenina se debe principalmente por la pérdida de empleo, pero también por la pérdida de derechos en el empleo.
Así los servicios públicos están orientados por un lado hacia la protección y la seguridad y por otra hacia el cuidado de los personas, que son los ámbitos donde trabajan mayoritariamente las mujeres. Son estos ámbitos los que están desmontando y “el desmontaje de los servicios públicos afecta a todos, mujeres y hombres, pero mayoritariamente a las mujeres” afirma Aida Ruiz.
Así pues, este desmontaje provoca que las mujeres vuelvan a casa y se vuelvan a reproducir aún más los roles sexistas ya que la mujer tiene salarios más exiguos y con más horario siendo casi siempre la que vuelve a casa.