RESUMEN DE PRENSA
Alberto Mossino en el Cuaderno Más Periódico explica que: “uno de los grandes problemas de la lucha contra la trata es la ausencia de una coordinación europea para la armonitzación de legislaciones y prácticas en defensa de las víctimas”
Con la preponderancia de informaciones sobre el coronavirus, en esta edición del Día internacional, y tal como publicó Irene Savio, el domingo 22, en el cuaderno Más Periódico, a pesar de que: “Expertos y ONGs denuncian la inoperancia de la UE contra el tráfico de personas, la mayoría mujeres, con motivo del Día internacional contra el Tráfico de Seres humanos”. Cada país sigue un programa diferente y no hay coordinación internacional (*)
Según explica en este mismo artículo, el cooperante italiano Alberto Mossino, director del ONG antitrata PIAM-ASTI, que desde el 2000 opera en la región del Piamonte (norte de Italia), resume el asunto con toda su crudeza. “Uno de los grandes problemas de la lucha antitrata es la ausencia de una coordinación europea para la armonización de legislaciones y prácticas en defensa de las víctimas”, afirma. Y al responder, Mossino deja escapar otra reflexión, producto de la estricta actualidad europea de las últimas semanas. “El paradójico es que dónde han fallado tantos años de lucha, ahora están triunfando lo coronavirus y su cuarentena. Ha habido una caída en picado en el negocio del tráfico y la trata. A ver cuánto dura…”, apunta este activista.
La erradicación del tráfico de personas -que se tendría que abordar y denunciar especialmente con motivo del Día Europeo contra el Tráfico de Seres humanos, continúa siendo una asignatura pendiente de la Unión Europea (UE), según confirman expertos e informes. Y el hecho es que ya han pasado 12 años desde la entrada en vigor del Convenio del Consejo de Europa contra el Tráfico (2008) y nueve años de la directiva 36/2011/UE, el objetivo de la cual era la transposición en las legislaciones de los países miembros de normas comunes destinadas a poner fin a esta lacra.
Suecia es uno de los paises nórdicos que sigue desarrollando una acción directa contra la prostitución y la trata de mujeres y con el ‘modelo Barhaus’ promueve que todos los y todas las profesionales que intervienen en los casos de explotación sexual, desde los médicos hasta los fiscales, se coordinen. Esto evita que una persona víctima tenga que repetir muchas veces su experiencia traumática. “Bien es verdad que, si bien todavía distan mucho de la perfección, algunos países nórdicos han creado estructuras más sólidas para la protección de las víctimas, mientras que en el sur de Europa, entre los aspectos positivos que se pueden mencionar, hay la mayor humanidad en el trato”, comenta la investigadora alemana independiente, Daja Wenke, que ha investigado los resultados muy positivos de las escuelas Barhaus: “Las primeras escuelas se van abrieron Islandia, y en Suecia se están usando sobre todo para acoger a los menores víctimas de la trata”, explica la experta.
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Otro artículo interesante de la misma autora, que también trata de jornaleros explotados en régimen de esclavitud y de niñas y niños desaparecidos, es el titulado “Me violaron durante un año varias veces al día”, testimonio de Elizabeth Lona, una emigrante camerunesa, entrevistada pro la periodista Irene Savio. “Hay muchas mujeres que han sufrido un destino similar al mío, que para huir de su maltratador han emigrado, y en su viaje han sido explotadas y humilladas en lo más profundo, explica Elisabet, sentada en un banco a las afueras del campo de refugiados de Moria (Lesbos) donde han llegar a ser 20.000 personas, hombres, mujeres y niños que sobreviven en condiciones límites”.
(*) Resumen del artículo publicado en El Periódico, y de otras fuentes.
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