Las mujeres avanzan desde el momento que salen a la calle y dicen basta, cuando se movilizan y colectivamente se enfrentan a los poderes políticos y pierden el miedo. El que ha pasado en Polonia, las grandes manifestaciones para parar una ley absurda contra el aborto, ha sido una prueba de éxito.
La propuesta de ley ha tenido un bajo apoyo parlamentario y no ha prosperado. El gobierno polaco retiró su apoyo a la propuesta de ley porque le parecían excesivas las penas de prisión, pero ha declarado que seguirá trabajando para limitar los tres casos que actualmente la ley permite; cuando la vida de la madre corre peligro, malformaciones del feto y embarazos por violación o incesto. Tres supuestos que son reconocidos por la Cedaw y que Polonia como país firmante tiene que cumplir.
Este nuevo episodio de recortar los derechos humanos de las mujeres es alarmante porqué ha sucedido en un país de la Unión Europea, en un país que aceptó el mandato de Naciones
Unidas con la firma de la Convención de la Cedaw, y porqué de haberse aprobado, el Parlamento Europeo no habría dado ninguna respuesta excepto abrir un debate sobre si la ley vulneraba o no, los derechos humanos de las mujeres.
El que ha pasado en Polonia no sorprende porqué limitar los derechos de las mujeres es un pasatiempo que se ejercita constantemente. Preocupa porqué son muchos los países que no reconocen a las mujeres como sujetos de pleno derecho y el debate sobre el aborto aparece de manera frecuente. Cuando el derecho a decidir se limita se están vulnerando los derechos sexuales y reproductivos, básicos por el desarrollo de las mujeres, básicos para su autonomía y empoderamiento. Pero lo sucedido en Polonia es más grave por tratarse de una iniciativa popular que perseguía la prohibición casi total del aborto, una iniciativa popular que contaba con el apoyo de cerca de 500.000 firmas.
En Polonia, un país de 38 millones de habitantes, se producen anualmente alrededor de 1.000 abortos legales, aunque ONG de mujeres estiman que hasta 150.000 polacas abortan cada año de manera ilegal o en el extranjero.
Pero a pesar de las trabas, las presiones y el machismo, el que sí que ha cambiado es la voluntad de las mujeres y su lucha. Las mujeres polacas han salido a la calle, más de 100.000 mujeres vestidas de negro y han conseguido parar una propuesta de ley absurda e injusta. Y hoy, eso, también importa.