jueves 07 noviembre 2024

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Irantzu Varela: “No estamos legislando desde la libertad del cuerpo de las mujeres”

Irantzu Varela 1

La comunicadora feminista Irantzu Varela estuvo en Barcelona el pasado mes de noviembre para hablar de violencia machista. Forma parte de Faktoria Lila, un espacio feminista que se define como “espacio feminista autónomo, creativo, libertario y de la calle”. La Independent habló con ella a pesar de su agenda apretada.

 

En las últimas semanas hay diferentes informes sobre violencia machista que muestran lo que ya vemos, el aumento de las agresiones.

Digamos que hay pocos agresores, aunque a mí me parecen masas, pero vivimos en una sociedad en la que se genera un estado de opinión en el que esto se puede dar y que no pase nada, porque decimos que nos escandalizamos pero no cambiamos absolutamente nada. Es decir, no nos cuestionamos, por ejemplo, que es urgente cuestionar la masculinidad hegemónica, qué es «ser un tío» o «ser un hombre que se viste por los pies».

La idea que tenemos de la sexualidad masculina, como un volcán que cuando entra en erupción, es que alguien la tiene que apagar porque sino les duele o lo pasan mal. O la propia idea de sexualidad que tenemos, llamamos follar a algo que comienza con una erección y acaba con una eyaculación masculina y, en algún momento se da una penetración.

No nos podemos escandalizar de las consecuencias (tampoco nos escandalizamos mucho) de una sociedad que genera todos los elementos para que estas consecuencias se den: presentarnos las mujeres como objetos, hacer creer a los hombres que pueden conseguir todo lo que deseen y sino lo consiguen con su capacidad de conquista, gran palabra “conquista”, lo pueden conseguir o pagando o con violencia.

Hemos creado una masculinidad que les dice a los hombres que pueden conseguir todo lo que quieran y que sino lo consiguen es como un videojuego: tienen dos súper poderes, el dinero o la violencia. ¡Un capitalismo heteropatriarcal de manual!

La educación, los medios de comunicación, la cultura popular, las conversaciones, el imaginario colectivo es el que permite que pase todo y luego las sentencias. Toda la sociedad contribuye o tenemos responsabilidades.

 

En este sentido, tú hablas del consentimiento interpretable y de los límites de la tolerancia respecto a la violación, como lo hace la sociedad y no las propias mujeres.

De entrada fíjate, el concepto consentimiento no me mola nada. Consentir es permitir que alguien te haga algo que tú no quieres que haga, y esto y sexo a mí no me gusta como idea. Hace tiempo que vengo hablando de sexo consensuado, ojalá también sexo deseado pero, vaya, en un momento dado algún poder quiere consensuar sexo sin deseo.

Bueno, a mí me parece que el paso debería ser el sexo consensuado. Pero, mira que cuando hablamos de consentimiento se complican las cosas. Hay hombres que se sienten amenazados, que les preocupa saber si ellos creen que la mujer está consintiendo y resulta que no… a todos los hombres que tienen una duda respecto al consentimiento lo captan en seguida cuando van a un bar gay, el consentimiento de los hombres heterosexuales en un bar gay lo tienen clarísimo y les da pánico pensar, porque piensan desde la perspectiva de su masculinidad. Pensar que sólo se este violando la libertad sexual cuando una mujer se defiende de manera proactiva, cuando has opuesto una resistencia física, es horrible. Si tiene que ser así, que avisen porque así tenemos que salir de casa todas con katana, porque decir no, no es suficiente, llorar no es suficiente, quedarte inerte no es suficiente… como sociedad esto es tremendo, es tremendo pensar eso! Lo que decían las monjas «todos los hombres te quieren robar tu tesoro», pero en lugar de explicar cómo defender el tesoro nos enseñaron a tener miedo, este es el problema de la educación patriarcal. No podemos asumir que sino oponemos una resistencia física proactiva estamos consintiendo. ¿Que acaso somos todas Maria Goretti? Aquella mujer que se dejó matar para que no la violaran. La justicia está hecha a esta perspectiva, no estamos legislando desde la libertad del cuerpo de las mujeres, estamos legislando en cómo proteger a las mujeres que defienden su pureza a costa de su seguridad.

 

Si la justicia no responde y las leyes no sirven…

Esto que te decía ni siquiera sería tolerable en una sociedad en la que hombres y mujeres ejercieran la violencia por igual, pero en una sociedad en la que el 99% de los asesinatos y actos violentos los cometen hombres, se nos está pidiendo a nosotros, a quien se nos ha arrebatado la capacidad de defendernos, que si no nos defendemos violentamente ¿estamos consintiendo? Así pues ¿qué debemos hacer ante una violación? Parece que nos tengamos que relajar y disfrutar porque sino nadie nos creerá… es perverso. Tenemos que defender aunque nos hayan socializado en la incapacidad para defendernos. ¡Imposible! O Nagore Laffage o la de la manada. O muerta o sin sentencia justa.

 

Has destacado la labor del gobierno de la Generalitat y has criticado la del Eusko Jaurlaritza, que ha sido pionero en muchas cosas.

Lo que pasa con las instituciones de Euskal Herria es que, efectivamente, se hacen muchas políticas pioneras, creo que es fundamentalmente por una razón: han entendido que el movimiento feminista era un interlocutor clave para hacer políticas de igualdad. Entendieron que no éramos el enemigo ni cuatro locas con pancarta. Así la mayoría de las veces las políticas de igualdad de las instituciones vascas han articulado espacios como puede ser Emakunde, un espacio privilegiado que tiene recursos, incidencia, ha hecho cosas pioneras… y ha hecho de la mano del movimiento feminista, hablando con el movimiento. Se ha traducido en políticas, pero presencia de mujeres feministas, con discurso feminista en política se ha hecho poco. He felicitado a la Consejera (Elsa Artadi) porque me ha gustado escuchar un discurso abiertamente feminista y, además, crítico que supera lo que llamamos feminismo institucional, de una mujer con un cargo público tan destacado, no es lo más habitual en el País Vasco. Hay que decir que hay instituciones que hacen políticas importantes, a menudo no depende del partido, por ejemplo a Bilbo gobiernan de espaldas al movimiento feminista y el movimiento autoorganiza pero en Donosti, Getxo, Basauri… que gobierna el mismo partido encontramos casas de las mujeres, escuelas de empoderamiento y políticas de igualdad muy interesantes.

 

La violencia es estructural, ¿cuál es el papel de las instituciones en la lucha contra la violencia machista?

Las instituciones deberían garantizar que todas las mujeres tenemos el derecho de ser libres sin necesidad de ser valientes. ¿Cómo se hace esto? Pues con recursos para políticas de igualdad; formando todos los profesionales de todos los ámbitos para hacer su trabajo desde una perspectiva feminista, incorporar mujeres en todas las disciplinas masculinizadas, dar clases de autodefensa feminista en los institutos… es decir, hacer políticas feministas, no sólo de igualdad. Cambiar la fiscalidad, los convenios colectivos, ¡cambiarlo todo!

 

Las políticas de igualdad, la paridad, ¿es posible la libertad femenina con estas políticas?

Las políticas de igualdad son parches, los parches en las heridas también sirven. Las políticas de igualdad atacan los síntomas de una desigualdad que es sistémica, a veces atacar los síntomas puede ser paliativo y puede solucionar determinadas situaciones pero se seguirán reproduciendo sino cambiamos las estructuras que generan estos síntomas. Podemos, y debemos, hacer políticas de igualdad para paliar las condiciones de desigualdad que se generan en todos los ámbitos, pero a medio plazo lo que hay que hacer es cambiar el sistema.

¿Cómo puede ser libre una población si todo el imaginario colectivo, todo el sistema y estructuras está basada en la idea de que aquellas personas no son libres? En el momento en que se pongan en marcha políticas feministas reales cambiará absolutamente todo y eso la gente que tiene privilegios en esta sociedad machista lo sabe mejor que nosotros, por eso no quieren que cambie, porque saben que sus privilegios están construidos en los derechos que nos han robado. Cuando la gente sea consciente les acaban los privilegios.

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Drina Ergueta

Periodista y antropóloga. Comunicación y feminismo son sus temas predilectos desde hace más de una década. Articulista en medios bolivianos y portales feministas de España/México.
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