Resumen del artículo del proyecto de investigación: Scheifele, C., Steffens, MC, & Van Laar, C. (2021). Which representations of their gender group affect men’s orientation towards care? The case of parental leave-taking intentions. PLOS ONE, 16, 1-35.
¿Cambiar las normas de masculinidad para que más hombres deseen bajas por paternidad? Carolin Scheifele, Maria Àngels Viladot y Melanie Caroline Steffens
Los cambios en los roles de género de las mujeres y los hombres
Cuando se habla de los roles de género y de la (des)igualdad de género, se presta mucha atención a los roles de género de las mujeres y a su infrarrepresentación en campos tradicionalmente dominados por los hombres, como el liderazgo o la presencia en las STEM (acrónimo en inglés: ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas). En general, se presta menos atención a los roles de género de los hombres y su infrarrepresentación en campos tradicionalmente dominados por las mujeres (atención sanitaria, educación temprana y roles domésticos). La presencia numérica de los hombres en funciones que no son compatibles con sus roles de género tradicionales está cambiando más lentamente que la presencia numérica de las mujeres en ámbitos tradicionalmente masculinos. Los hombres dedican aproximadamente la mitad del tiempo que las mujeres a las tareas cotidianas en el hogar y cuidado de los niños. En este sentido, no solamente ellos, sino también sus respectivas parejas, los hijos/hijas y la sociedad en su conjunto, se están perdiendo los beneficios asociados a dicho cuidado. Por ejemplo, el bienestar de los hombres, la satisfacción en las relaciones de pareja o las consecuencias psicosociales y educativas positivas en el desarrollo de hijos e hijas se han relacionado con una mayor participación de los hombres en el cuidado y la crianza. Compartir las tareas domésticas de forma más equitativa también significa dejar espacio a las mujeres para que puedan centrarse más en sus carreras. Por último, hay una gran demanda de profesionales de la salud, la infancia y la geriatría que también los hombres podrían cubrir.
Normas de masculinidad, paternidad y permisos parentales
En referencia al permiso parental, los hombres lo eligen menos que las mujeres. El permiso parental se refiere al tiempo de ausencia en el trabajo, remunerado o no, que se concede a hombres y mujeres para cuidar de su hijo/hija después del nacimiento. Se han detectado algunos factores que dificultan que los hombres se acojan más al permiso parental, como las políticas específicas de permisos, las consideraciones financieras, las normas organizativas o las negociaciones de las parejas en relación al trabajo remunerado y no remunerado. No obstante sabemos poco sobre la manera en que afectan las normas que definen lo que significa ser un hombre (la masculinidad o la hombría) en el interés de los hombres por las funciones de cuidado y el permiso parental. El análisis de lo que significa hoy en día ser un hombre o un padre muestra que el igualitarismo va en aumento y que los hombres y los padres se asocian cada vez más con rasgos asistenciales y maternales. Aun así, los nuevos ideales de hombría y paternidad no han sustituido las normas y estereotipos tradicionales. Los hombres se enfrentan a menudo a reacciones negativas (es decir, a sanciones sociales y económicas, como el hecho de ser percibidos como menos masculinos y más femeninos y recibir peores evaluaciones laborales) cuando quieren aumentar su participación en el cuidado de los hijos/hijas, como por ejemplo, pidiendo horarios laborables flexibles o quedándose en casa para cuidarlos.
La presente investigación
Investigaciones anteriores han demostrado que cambiar las normas percibidas por los hombres tiene un efecto en el interés que estos muestran por las funciones de cuidado. De hecho, los hombres suelen sobrestimar lo que los demás esperan de ellos; es decir, se sienten presionados, mucho más de lo que, en realidad, la sociedad los presiona para que actúen de acuerdo con las normas tradicionales de masculinidad. Cuando en un estudio anterior —presentando normas que enfatizaban rasgos y comportamientos tanto tradicionales como no tradicionales— se destapó esta idea errónea, los hombres pasaron a describirse como más cuidadores, intentaron ocultar menos su compromiso con los cuidados y mostraron actitudes más progresistas hacia el cambio social relacionado con el género. En la investigación que estamos resumiendo, las autoras (Scheifele, Steffens & Van Laar , 2021) examinaron cómo las diferentes representaciones de lo que significa ser un hombre (la hombría) se entrelazan con las decisiones de los hombres sobre tomar o no un permiso parental y sobre el futuro que imaginan para sí mismos con respecto a los roles de trabajo y cuidado.
La muestra de la investigación la formaron 365 hombres que aún no tenían hijos pero que pensaban tenerlos más adelante. Las investigadoras les mostraron artículos de periódico inventados que describían al hombre ideal de hoy en día. Estos artículos diferían en la medida que el hombre ideal de hoy se describía como agéntico y/o comunal. Los rasgos y comportamientos agénticos (ser asertivo, independiente, competitivo y dominante y asumir los roles correspondientes, por ejemplo, el liderazgo) se asocian tradicionalmente a los hombres. En cambio, las mujeres se asocian más, y los hombres menos, con la segunda dimensión, la comunalidad, que incluye ser amable, afectuosa, comprensiva y emocional, y asumir los roles correspondientes, como el cuidado.
Dividieron en grupos a los participantes y a cada grupo le dieron a leer uno de los cuatro artículos elegido al azar. Todos los artículos presentaban un resumen de lo que el debate social consideraba que era el hombre de hoy (un resumen realizado a partir de entrevistas, debates, etc. hechas para captar la imagen social de lo que es un hombre de hoy). En cada artículo inventado se describía al “hombre de hoy” de un modo distinto. Un artículo lo presentaba como exclusivamente agéntico, otro lo describía como exclusivamente comunal y otro como agéntico y comunal. Así pues, los artículos incluían en distintos grados atributos agénticos (el hombre ideal es racional, competitivo y asertivo) y atributos comunales (el hombre ideal es servicial, cálido y emocional). Los artículos también diferían cuanto a la descripción del hombre ideal como sustentador (condición agéntica), como cuidador (condición comunal) o ambas condiciones (condición combinada agéntica y comunal). El cuarto artículo describía a un grupo diferente de hombres (estudiantes o milenials). A continuación, las autoras compararon si el interés de los participantes por los roles de cuidado era diferente según el artículo que habían leído. En concreto, se fijaron en dos aspectos: en sus intenciones futuras de optar por un permiso de paternidad y cuánto tiempo pensaban que dedicarían a las tareas domésticas y al cuidado de los niños/niñas.
Resultados e implicaciones prácticas
Estudios anteriores ya han puesto de manifiesto que muchos hombres piensan que los padres deberían pasar más tiempo con sus hijos y que lo ideal sería un reparto equitativo de las tareas. Sin embargo, a día de hoy, esta supuesta gran disposición y las intenciones de los hombres no se corresponden con las cifras reales; por ejemplo, en cuanto a la cantidad de permisos parentales que estos se toman. Aunque los hombres estén motivados, su participación en el cuidado de los hijos/hijas y su elección del permiso parental dependen también, por ejemplo, de los costes financieros y del apoyo del lugar de trabajo y la pareja. No obstante, la motivación interna es un requisito necesario para que los hombres se planteen participar más en el cuidado de los hijos (salvo cuando las políticas crean grandes incentivos).
Los resultados de la presente investigación muestran que, en general, los hombres esperan asumir una parte justa del trabajo doméstico y del cuidado de los niños/niñas optando por el permiso parental en el futuro. Estas declaraciones conllevan importantes implicaciones prácticas. No obstante, se encontraron diferencias según el artículo que habían leído sobre el hombre ideal de hoy. Especialmente cuando leían que el hombre ideal de hoy en día tiene rasgos tanto agénticos como comunales (por ejemplo, puede ser fuerte pero también cuidadoso), los participantes tendían a mostrar intenciones de optar por el permiso parental en el futuro, en mayor grado que los participantes que leían otro de los artículos. La descripción del hombre de hoy como solamente comunal no tuvo un efecto substancial en el interés de los hombres por el permiso parental ni tampoco por otros comportamientos de cuidado. Por tanto, parece que fomentar o permitir, especialmente en los hombres, tanto comportamientos agénticos como comunales los podría motivar a comprometerse con las distintas funciones de cuidado. Esto significa que no basta con presentar una descripción del hombre de hoy como cariñoso y cálido para que los hombres participen en las funciones de cuidado.
Los medios de comunicación y la publicidad se centran cada vez más en los nuevos tipos de hombres y padres cuidadores. Normalmente ponen el acento en el cuidado y descuidan las formas tradicionales de masculinidad. Los resultados de la presente investigación, no obstante, pueden considerarse una prueba de que es necesario un reconocimiento de los aspectos tradicionales de la masculinidad para que los hombres dispongan de un margen de maniobra para desempeñar roles no tradicionales sin temer repercusiones.
Como ya hemos señalado, la participación de los hombres en ámbitos tradicionalmente femeninos, como el trabajo en la sanidad o el hecho de acogerse al permiso parental, depende de varios factores. El presente proyecto de investigación se ha centrado en el rol que desempeñan las diferentes normas que definen lo que significa ser un hombre (la masculinidad o la hombría) y en las intenciones que muestran los hombres de dedicarse a las tareas domésticas y pedir un permiso parental. Una mayor comprensión de cómo las intenciones de los hombres de participar en las funciones de cuidado están moldeadas por las normas de género nos permite desarrollar formas de fomentar su participación real y, en última instancia, contribuir al cambio social relacionado con el género.
