La abogada Prudence Mabele en su intervenicón en Malmö
“¿Quién puede quedarse en mi casa el domingo cuando yo vaya a la Iglesia?, es la pregunta que se hacen demasiadas mujeres en Sudáfrica” los fines de semana, al plantearse sus actividades festivas, ante los espectaculares incrementos de violaciones de sus hijas jóvenes cuando ellas se quedan solas en los domicilios.
Así lo explicaba Prudence Mabele fundadora y directora ejecutiva de la Red Mujeres Positivas (PWN en inglès) de Sudáfrica, que ayuda a las mujeres infectadas o enfermas de VIH/SIDA. Ella abandera la campaña ‘Panty Project‘ para tratar también de reducir los índices de violaciones en su país, un enorme y creciente problema, que incluso afectó, en su momento, al propio presidente Jacob Zuma, que fue juzgado por la violación de una joven que sólo tenía quinde años antes de su reelección en el partido ANC (African National Congress) y en el gobierno de Sudáfrica. En el stand informativo del Panty Project en Malmö estaba parte de la exposición e este proyecto.
La escritora sudafricana y premio Nobel de literatura, Nadine Gordimer en su última novela, Mejor hoy que mañana, además de relatar cómo fue el juicio del presidente por la violación de esa “niña-mujer”, apunta que “uno de cada cuatro hombres en este país admite haber cometido una violación”… “es la mezcla de machismo e impunidad que se da en Sudáfrica” añade. Y “el porcentaje de condenas entre quienes van a juicio es sólo del siete por ciento” señala en su libro la novelista.
Sudáfrica, capital mundial de las violaciones
“Sudáfrica es la capital mundial de las violaciones; lo han sufrido el 50% de las mujeres y eso incluye desde violaciones infantiles (bebes y menores de edad) hasta personas de mayores o ancianas; sólo se resuelven un 14% de los casos y sabemos que 1 de cada 9 no son informadas a la policía sudafricana, explicaba Prudence Mabele en su exposición en una de las salas de Malmö. Y si miramos a la “provincia de Gauteng, de la que Johannesburgo es la capital, los datos son peores: en un año, de 2010 a 2011 se reportaron 66.000 casos de violencia sexual”, afirmó, de los más de 2 millones de ‘importantes crímenes violentos’ denunciados en 2010. Y “ahí sabemos que sólo 1 de cada 25 violaciones se denuncian y registran”.
Asesinatos ‘correctivos’ contra lesbianas
Esta abogada explicó que las lesbianas, además, sufren ‘asesinatos correctivos’ cuando manifiestan públicamente su orientación sexual, como fue el caso de una jugadora de fútbol que murió a causa de los ataques de un asistente a uno de sus partidos; u otros ‘crímenes de odio’ contra otras mujeres, como el caso que ella llevó sobre Sizakele y Salomé en 2007. Y la libre identidad sexual es también un derecho incluido en la Constitución, recordó. En opinión de Mabele, “nuestra sociedad está perdiendo, porque estas conductas quedan fuera del respeto, la dignidad y el cuidado que nos debemos las personas y tampoco forman parte de nuestras tradiciones”.
“Hemos fallado; por qué? se preguntaba Mabele y afirmaba que era “por culpa de nuestro gobierno”, que con mal ejemplo “está normalizando” estas situaciones, lamentó. “El sistema no funciona para las mujeres ni los pobres”, afirmó. Existen leyes de equidad de género en las instituciones públicas y para las elecciones parlamentarias “pero, explicó, para entrar en el gabinete hay que agradar al presiente”; y recordó, en cuanto a la cuestión social, el asesinato policial de más de 50 mineros de la mina de Marikana hace unos meses que, señaló, todavía están en huelga, para mejorar sus condiciones laborales y salarios.
Una parte de los ‘panties’ contra las violaciones, que usan para las exposiciones
Abordar la violencia con perspectiva de género
La organización del Panty Project (Gender Based Violence GBV-Panty Project) surgió el pasado año en memoria de la joven de 17 años Anene Booysen “brutalmente violada, en la provincia de Western Cape en febrero de 2013, por un joven de su propia comunidad, al que ella misma identificó y denunció antes de morir y que sigue libre”, afirmó esta abogada activista.
El proyecto –cuya exposición viaja a diferentes países- demuestra “con las bragas pintadas de sangre, que los hombres están rompiendo nuestros cuerpos”. En sus actividades están involucrando a mujeres, pero también a hombres de distintas comunidades sudafricanas, a hablar sobre sexualidad y roles de género. “A ellas las animamos a que expresen sus emociones y hablen de lo que significa una violación” y a ellos a que “comprendan que es un delito y ayuden a entenderlo a otros hombres”. En Julio la exposición viajará completa a Melbourne (Australia) para la 20 Conferencia Internacional de Sida.
Pero no todo son cosas negativas explicaba Prudence Mabele: han conseguido involucrar a algún sector de trabajadores sociales para que conozcan las leyes existentes y las apliquen directamente. Por ejemplo, en sanidad. En los centros de salud, donde ellas han trabajado, ya entregan antes de las 72 horas preceptivas, los medicamentos PPT (tratamiento de la profilaxis post-violaciones), para evitar que las personas afectadas contraigan el virus del Sida. Parece que les han hecho entender que “ya se preocuparán luego de la burocracia o las normas exigidas” para informar de los casos. La nueva ministra de Igualdad, también está trabajando, a iniciativa de su proyecto, sobre los temas del acoso sexual en el ámbito laboral.