Clara Campoamor, Foto mbadalicante.blogspot
El pasado miércoles se han cumplido 126 años del nacimiento de Clara Campoamor, luchadora de los derechos de la mujer y la principal defensora del derecho a voto de las mujeres en España. Para la ocasión, Google ha decidido rendir homenaje a esta política clave en la historia de los derechos de las mujeres.
Nacida el 12 de febrero de 1988, gracias a Campoamor las mujeres votaron por primera vez en las elecciones de 1933. Madrileña y de profesión liberal, Campoamor trabajó en el diario Tribuna a principios de siglo XX y comenzó a interesarse por la política hasta que en 1929 formó la Agrupación Liberal Socialista.
Fue una de las primeras mujeres que ejercieron como abogadas en España y durante los primeros años de la República, Campoamor trabajó incansablemente desde su escaño como diputadas para que se incluyera el derecho a voto de las mujeres en la Constitución.
Sin embargo, sus tesis sobre el derecho a voto sin ningún tipo de discriminación no consiguieron cuajar completamente ni siquiera entre los partidos de izquierda, que consideraban que el voto femenino sólo les perjudicaría porque sería más conservador e influido por la iglesia que el masculino.
Una lucha solitaria En esta lucha, Campoamor tampoco pudo contar con la ayuda de las escasas mujeres que había en el Parlamento. De hecho, es conocida la disputa con Victoria Kent, que estaba en contra del voto femenino. Finalmente, Campoamor ganó y consiguió que las mujeres pudieran votar en las elecciones de 1933, las primeras con voto universal en España.
Su defensa a ultranza del voto femenino y los problemas que enfrentó por ello se verían plasmados en El voto femenino y yo: mi pecado mortal Los planteamientos ideológicos de Campoamor la llevaron a perder su escaño y la alejaron del Partido Radical, con el que llegó al Parlamento y del que se desmarcó antes de la Guerra Civil por la represión de la revuelta de Asturias en 1934.
Sus tesis políticas la excluyeron de diversos círculos he intentó infructuosamente formar parte de otros partidos. Su defensa a ultranza del voto femenino y los problemas que enfrentó por ello se verían plasmados en El voto femenino y yo: mi pecado mortal, un texto en el que recoge pormenorizadamente las razones por las que lucha, el esfuerzo parlamentario y los costes personales que le provocaron su defensa de las mujeres.
Tras la guerra, Campoamor se exilió en París, también pasó una década en Buenos Aires e intentó volver a España en los años 40, opción que declinó al saber que estaba procesada judicialmente por causas políticas. Finalmente, se instaló en Lausana (Suiza) donde viviría hasta su muerte a los 84 años el 30 de abril de 1972.
Su figura, clave en la historia del feminismo español ha sido menospreciada durante varias décadas en la historia española. Primero por buena parte de los partidos republicanos de izquierdas, que culparon al voto femenino de la victoria de la derecha en 1933; después, con la dictadura, donde directamente se borró y criminalizó el avance en derechos de los años de República; e incluso con la llegada de la democracia a España, la figura de Clara Campoamor tardó varios años en ser recuperada del olvido.