El Gobierno del Estado mantenía, los últimos 23 días, retenida en el aeropuerto de Barajas la camerunesa Christelle Nangnou, que reclamaba asilo político por persecución por su orientación sexual.
Christelle había huido de su país por las amenazas de las que había sido objeto por ser lesbiana. Fue abandonada por su familia y su entorno y perseguida por la policía, como «líder de un grupo de lesbianas». También temía por su vida a partir de diferentes cartas y mensajes que la amenazaban de muerte y la acusaban de practicar “esta práctica satánica”.
Nangnou pudo huir de Camerún, donde la homosexualidad es considerada delito, con un pasaporte falso y al llegar a Barajas, donde el ministerio del interior español le negó el asilo político y la intentó deportar en varias ocasiones.
La presión de las entidades LGTB, avaladas por 50.000 firmas, han conseguido que se le conceda un permiso especial por razones humanitarias.
El último informe, presentado por el mismo ministerio, los crímenes de odio denunciados en el Estado español son 1.285, 513 de los cuales lo son por orientación sexual.