Dolors Marín, dedicant el libre a Antonina Rodrigo i a Montse F. Garrido. Fotografia @ Mª Luján Piatti
El pasado 20 de marzo en la librería La Central de la calle Mallorca de Barcelona, se presentó el sexto libro de la Doctora en Historia contemporánea y prestigiosa escritora Dolors Marín: “Espiritistes i lliurepensadores”.
En una sala a rebosar, el libro lo desmenuzó de forma soberbia y sin ayudarse de una simple nota, el Catedrático de Antropología Social de la Universidad de Barcelona, Dr. Ignasi Terradas Saborit.
En el tarjetón, invitando a la presentación del libro, se resumía así: “A principios del siglo XX se dieron unos cambios sociales a causa de la industrialización y a las inquietudes culturales y políticas. Es época de obrerismo y construcción de la ciudad de Barcelona. Un grupo de mujeres olvidadas por la historia, con una presencia real y fuerte en la construcción de una sociedad nueva. Rompieron estereotipos, consiguieron capacitación y reconocimiento intelectual. También lucharon por su independencia económica y laboral. Trajeron a Barcelona el espiritismo que se practicaba en Europa, como confrontación al sistema, forma de espiritualidad radical contra el orden social de la iglesia católica y hacia el libre pensamiento”.
El Dr. Terradas Saborit explicó que esas mujeres se manifestaban y escribían contra la Iglesia y no bautizaban a su descendencia. Se trató de un movimiento social e intelectual, en confrontación con la sociedad de la época. Se dan una interacción de ideas con políticas concretas, reales. Transmiten el genio de la mujer, con ideas originales por las que piensan y como se enfrentan a la sociedad. Son mujeres que practican la libertad de pensamiento ligado al espiritismo, en una época en que es muy difícil librarse de las ideologías hegemónicas. Sería pretencioso creer que tienen absoluta libertad, porque se trata de un discurso religioso muy potente de toda la vida. Ellas tienen ideas nuevas presentadas bajo el lenguaje religioso.
El contenido espiritista representa lo anticlerical, que a su vez representa el poder, en oposición a un tipo de religión alejada de los vínculos humanos. Según las espiritistas, la religión cercana no necesita de intermediarios ni jerarquías. La religión católica oprime a la mujer y la excluye y discrimina, legitimando el padecimiento: Se trata de poder, disciplina, castigo. Por todo ello reaccionan esas mujeres. No prospera el ateísmo, sino que hablan de universos metafísicos, como pasa en la masonería, donde hay un lenguaje aprendido de manera masiva (miedos, deseos y esperanzas). Se basa en elementos científicos: astrofísica, psicología. El espiritismo es más secular y laico y como se ha dicho, no tiene jerarquía, salvo la obediencia por una cuestión de carisma. No tiene el fanatismo ni el integrismo que condiciona a la mujer en un mensaje misógino de la iglesia católica. El espiritismo es igualitario.
No es sólo la lucha contra la iglesia, contra su jerarquía, buscan la libertad de pensamiento y también una conciencia social, psicológica y política. Hay un culto a disfrutar, una reivindicación del humanismo, en solidaridad con las ideas anarquistas. Y también conciencia feminista.
Se enfrentaron con no pocos obstáculos, como el estamento militar, pasan por tribunales, padecen terribles condiciones en cárceles, con graves penas por luchar contra las condiciones de trabajo. En definitivaluchan por los oprimidos y perseguidos.
A ellas se les debe la primera organización feminista denominada “La Progresiva Femenina”, defienden dar instrucción a la mujer y abrir escuelas para ellas. Actúan públicamente, contra el pensamiento único.
Las espiritistas demostraron gran valentía, fueron muy progresistas, algunas son médiums. En ocasiones escriben en catalán e intentar visibilizar a las mujeres y pasar a la historia. Redactan, publican y difunden revistas y se cartean con mujeres de todo el mundo, en especial de las colonias españolas.Los hombres cercanos a ellas querían solamente formar buenos republicanos y que ellas toquen el piano, lo que entra en contradicción con las espiritistas que buscan ir más allá en sus reivindicaciones y lucha. En España hubo hasta 25 cabeceras espiritistas. Fueron un soporte para los presos de Montjuic (Angeles Lopez de Ayala y Teresa Claramunt), pero al llegar a Madrid no las dejaron hablar ni entrar en un acto de apoyo a esos presos, por el hecho de ser mujeres.
En resumen, se trata de un libro muy interesante, donde se desvela el ninguneo a otro gran grupo de mujeres que lucharon por el progreso y contra la opresión y el dogmatismo de la religión que predicaba la jerarquía de la iglesia católica y contra las condiciones de trabajo. Es una aproximación realista y divulgadora sobre la condición de la mujer y la lucha feminista, con una dinámica narrativa ágil.
La autora y su obra:
Dolors Marín nació en L’ Hospitalet de Llobregat, en 1.957. Es muy conocida como investigadora del anarquismo en el estado español, divulgadora científica, colaboradora de La Gavilla Verde de Cuenca y miembro de la Marxa del Maquis en Catalunya, entre otras cosas. Ha trabajado para diversos medios audiovisuales y ha realizado trabajos en la Universidad de La Sorbona (París). Ha preparado la ruta de Quico Sabater de Barcelona (2010) y pertenece al equipo de redacción del Diccionario biográfico de la mujer. Actualmente trabaja como profesora en Palma de Mallorca.
Antes que este libro ha publicado otros cinco: Clandestins: el Maqui contra el franquisme, 1.934-1975 (2.002); Ministres anarquistes: La CNT al govern de la II República, 1.931-1939 (2005); La Setmana Tràgica (2.009); Anarquistes: Un segle de moviment llibertari a Espanya (2.010); y Anarquisme (2014).