OPINIÓN
Cada año alrededor del 8 de marzo se produce una semana de cambios en los medios de comunicación. De repente, las mujeres somos el centro por unos días.
Se habla de las desigualdades, de las reivindicaciones, los deseos, de las necesidades … en perfecta paridad, y eso quiere decir que algunos señoros, que no han preparado mucho ni les interesa el tema más allá de la propia centralidad, opinen sobre lo que reclamamos, deseamos, necesitamos, siempre y cuando sus privilegios no queden disminuidos. Todo ello muy teñido de violeta y con una empatía artificial.
Este año ha sido así, pero además estamos de moda. La huelga feminista y las movilizaciones del 8 de marzo que han ido creciendo y que el año pasado ya mostraron su fuerza en la calle, no puede dejar de estar presente. Un hecho curioso es que la reina Letizia ha comunicado que hará la huelga (la podría hacer permanentemente y dejar paso a la República!), Y otras mujeres destacadas, de carácter conservador, tambien han mostrado su apoyo. Se habla por doquier y nos dejan hablar un poco, pero desaparecemos en poco tiempo, nosotras, los temas que queremos hablar, nuestros deseos y necesidades. Somos una campaña.
Por eso hacemos huelga, para mostrar la fuerza que tenemos, no es un paro parcial conmemorativo, porque lo que queremos es ejercer nuestros derechos, y para ejercerlos debemos parar el mundo para cambiarlo. No lo cambiaremos con la reina de huelga ni con los señoros que no nos escuchan, lo cambiaremos dando la vuelta al mundo, replanteando los privilegios, repartiendo el trabajo y la riqueza. Porque si, juntas somos más fuertes y no queremos perder ningún derecho, queremos seguir avanzando.
Nuestros derechos se ponen en duda por fuerzas venidas de la caverna, de lo que mucha gente pensaba ya era el más allá. Un ejemplo claro ha sido el nazibus que se ha querido pasear por Catalunya, ha recibido el rechazo social e institucional y pasó rápidamente, pero sigue en marcha por tierras de la España vecina. Esta es una huelga internacional y los derechos los reivindicamos para todas, ni un paso atrás y muchos hacia adelante!
Derechos que nos niegan a todas en toda nuestra diversidad. No somos un objeto único, somos sujeto diverso, somos mayoría social en marcha que reclamamos el espacio que nos corresponde, queremos denunciar el ejercicio del privilegio masculino, pero también el privilegio capitalista, el racismo, la transfobia… lo que nos marca la vida y destruye. Aspiramos a ser mujeres libres en una sociedad diversa donde los privilegios de género, de clase, de raza… no sean posibles. Donde la violencia machista que nos asesina no tenga cabida y nuestro cuerpo y nuestro deseo sea decisión nuestra.
El feminismo es transformador, no sólo queremos estar presentes, no somos una cuota (aunque sean necesarias) no somos un número, somos fuerza transformadora. Nos detenemos y hacemos frente porque queremos cambiar el mundo, porque no queremos ser una campaña, somos mujeres los 365 días del año y queremos que cada día sea un 8 de marzo.