sábado 20 abril 2024

sábado 20 abril 2024

Argentina estrena la ley de identidad de género más avanzada del mundo

Por Núria Vila. Texto y Fotografias

Transexuales acceden al cambio de nombre sin medicación 

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A casi dos años de la aprobación del matrimonio homosexual en Argentina, las organizaciones de la diversidad sexual celebran hoy un nuevo avance en sus derechos.

El Senado de la Nación ratificó ayer una nueva ley por la que el Estado argentino reconoce la identidad de género que cada persona siente como propia. Mediante esta norma cualquiera podrá modificar su nombre, sexo –debería ser género– y su foto en los documentos oficiales mediante un simple trámite administrativo. También se garantiza el acceso a los tratamientos de salud que la persona requiera para modificar su cuerpo de acuerdo con el género que se percibe como propio.

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Para Emiliano Litardo, uno de los redactores del proyecto, “por primera vez se establece en un instrumento de política pública el derecho al reconocimiento de la identidad de género como un derecho humano básico”. Lo que distancia a este articulado del de la mayoría de países europeos. Por ejemplo de España, donde para acceder al cambio registral la persona debe de ser diagnosticada previamente con “disforia de género” –es decir, ser etiquetada como enferma– y luego someterse a un proceso de hormonación obligatorio por un mínimo de dos años. Para los y las activistas que redactaron la ley, la despatologización de la transexualidad era un mínimo irrenunciable, así como que no se les exigiese la renuncia a sus derechos reproductivos. En este momento hay 29 estados europeos que obligan a las personas trans a esterilizarse previamente.

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Sin embargo, sí se ofrece la posibilidad de acceder a los tratamientos necesarios para la reasignación de sexo de forma gratuita en los hospitales públicos, así como en los seguros privados. “Se entiende que la idea de encarnar la identidad de género pasa por poder expresarla corporalmente. Por eso el derecho a los procedimientos hormonales y quirúrgicos aparece junto con el derecho a la identidad aunque no como requisito previo, en la medida en la que se reconoce que cada persona se autoconstruye según sus deseos”, como expresa Mauro Cabral de GATE (Global Action for Trans* Equality).

Hasta la fecha, los tratamientos de reasignación de género sólo se podían realizar en hospitales habilitados si se poseía una autorización judicial. Por ello, la mayoría de operaciones se realizaban en la clandestinidad y no siempre por personal médico con los conocimientos necesarios, lo que provocaba una alta mortalidad entre la comunidad transexual, como explica Alba Rueda del colectivo 100% Diversidad y Derechos. La esperanza de vida de una persona trans se calcula entorno a los 35 años, la mitad que la de cualquier Argentino.

Para el cambio de nombre y sexo según la nueva norma será un requisito la mayoría de edad. Los y las menores necesitarán el acompañamiento por parte de sus padres o tutores. Sin embargo, en caso de que éstos se negaran el Estado o las organizaciones podrán proveer al niño o niña de un abogado para que le asista en esta demanda.

El proceso de elaboración de la ley

Las organizaciones políticas de la diversidad ven la aprobación de la ley como una victoria propia que ha costado un gran esfuerzo conjunto. El primer proyecto de ley que fue rechazzdo se presentó hace cinco años. “Es muy importante que el texto de la ley haya sido elaborado a partir de la articulación entre diferentes militantes y referentes trans junto a organizaciones GLTTBI. Fueron largas horas de discusión y revisión de borradores. Quizá lo más difícil fue traducir en términos normativos legales cuestiones sustancialmente políticas”.

P1140316Durante este proceso hubieron diferentes planteamientos dentro del movimiento, sobre todo respecto una parte de la militancia trans que se identifica como “travesti” y no como mujer. Las travestis no desean necesariamente la cirugía genital. Para ellas, reivindicarse así conecta con una identidad política latinoamericana con especificidades propias que no están contenidas en las palabras de uso más corriente en Europa o EEEUU como la de transgénero o transexual. Marlene Wayar del Frente Nacional por la Ley de Identidad es una de ellas: “Yo soy crítica. Me hubiera gustado que se reconociese mi identidad no que se me mande al armario de hombre o mujer. Como identidad cotidiana y barrial soy travesti y no me voy a hacer un documento que diga que soy mujer. Además yo hubiera pedido resarcimiento económico porque este país nos ha prostituido, encarcelado, asesinado y contagiado VIH y no nos ha dado ninguna oportunidad. Nos deben una vida.” Para Wayar la asimilación dentro del par binario del género invisibiliza las problemáticas específicas de las transexuales que deberían reclamar políticas activas de reparación de la desigualdad.

Sin embargo, pese a las diferencias, tras un proceso de elaboración de siete meses, la ley se presentó de forma unitaria y se aprobó así en las dos cámaras de representantes. Un ejemplo de cómo en Argentina existe en ocasiones una correa de transmisión entre las organizaciones sociales y el gobierno. Muchas activistas declaran también la importancia de este proceso para la construcción política interna del movimiento de diversidad sexual. “Después del matrimonio igualitario aparecieron personalismos vinculados a querer ocupar espacios en la administración pública por parte de algunas personas y lamentablemente eso afectó a nuestras relaciones dentro del movimiento. Dos años después demostramos que podemos trabajar conjuntamente. Nos volvimos a unir contra la verdadera discriminación que es la cultural y social”, expresó Alba Rueda como opinión personal.

Fiesta en la calle

Desde el mediodía de ayer las organizaciones  de diversidad sexual se encontraron frene al Congreso de la Nación esperando la aprobación de la norma. La plaza se convirtió en un foro público y una fiesta. Música electrónica, banderas y baile para una tarde de celebración. La consigna más coreada: “No,no, no a la discriminación, detrás de las siliconas también late un corazón.”

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Sin embargo, los y las activistas saben que todavía queda mucho por hacer. Para Mauro Castro “en Argentina existe una discriminación espantosa por expresión de género. El documento no va a cambiar eso aunque sea un modo de afirmar simbólicamente la dignidad de nuestra vida y de pelear desde ahí”. Para el día después todavía quedan muchas luchas pendientes “porque este es el grado cero de los derechos humanos trans. Lo que falta es el acceso a derechos económicos, sociales y culturales. Acceso al trabajo y a la educación”.

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En la plaza también estuvieron presentes representantes de varias provincias que querían expresar las dificultades propias a las que se enfrentan. Además, muchas de las transexuales emigran a Buenos Aires porque fuera de la gran ciudad las cosas son más difíciles. Como explicó Victoria Caram desde el escenario: “Vengo en representación de mis compañeras del norte: de Salta, Santiago y Jujuy en donde la policía nos persigue y no nos deja caminar por la calle porque rige un Código Contravencional desde la época de la dictadura. Quiero recordar aquí a todas las compañeras que perdimos en los calabozos de la policía”. Los códigos contravencionales son el equivalente de las Normativas Cívicas españolas por las que en muchas provincias argentinas se puede detener a las transexuales por el mero hecho de ir vestidas de mujer, aunque estas normas fueron anuladas en Buenos Aires.

Además, en las provincias la Iglesia todavía tiene mucha influencia, la suficiente para “hacer arrodillarse a compañeros que están con el gobierno pero que temen al poder de la institución católica”, comentó una militante que prefiere ocultar su nombre. Sin embargo, en Buenos Aires esta vez la celebración no se vio empañada por las confrontaciones con los grupos de fundamentalistas católicos que sí se opusieron activamente en la calle y en las instituciones a la ley de matrimonio homosexual. “La verdad es que no hubo una estampida reaccionaria, ni manifestaciones mediáticas. Uno aventura que el matrimonio armó mayor revuelo porque nos metíamos con una institución clásica del heteropatriarcado. Pero la Ley de Identidad de Género también se inmiscuye con órdenes de familia vinculados con la heteronorma e incide en los actuales paradigmas de asignación de nombres asociados a la genitalidad de las personas. Supongo que haber conseguido la reforma judicial del matrimonio diezmó a los grupos conservadores y allanó un poco el camino”, explicó Emiliano Litardo.

Argentina estrena la llei d’identitat de gènere més avançada del món

Núria A. Vila

 

A qüasi dos anys de l’aprovació del matrimoni igualitari entre persones del mateix sexe a l’Argentina, les organitzacions de la diversitat sexual celebraren avui (dijous 10 de maig) un nou avanç en els seus drets. El Senat de la Nació ratificà ahir (dimecres) una nova llei amb la que l’Estat argentí reconexi la identitat de gènere que cada persona sent com a propia. Mitjançant aquesta norma, qualsevol persona podrà modificar el seu nom, sexe -deuria ser gènere- i la seva foto en els documents oficials amb un simple tràmit administratiu. També es garantitza l’accés als tractaments de salud que la persona requerixi per modificar el seu cos d’acord amb el gènere que es percibeix com a propi.

 

Per a Emiliano Litardo, un dels redactors del projecte, “per primer cop s’estableix en un instrument de política pública el dret al reconeximent de la identitat de gènere com un dret humà bàsic“. Aquest aspecte distancia a l’article del de la majoria de països europeus, per exemple, de l’estat espanyol, on per accedir al cambi registral la persona deu de ser diagnosticada previament de “disforia de gènere” – és a dir, ser etiquetada com a malalta- i després sotmetres a un procés d’hormonització obligatori per un mínim de dos anys. Per als i les activistes que redactaren la llei, la despatologització de la transexualitat era un mínim irrenunciable, així com que no s’elegís la renuncia al drets reproductius. En aquests moments hi ha 29 estats europeus que obliguen a les persones trans a esterilitzar-se previament.

Tot i així, sí s’ofereix la possibilitat d’accedir als tractaments necessaris per a la reasignació de sexe de forma gratuïta als hospitals públics, així com als segurs privats. “Senten que la idea d’encarnar la identitat de gènere passa per poder expresar-la corporalment. Per aixó el dret als procediments hormonals i quirúrgics apareix junt al dret a la identitat encara que no com a requisit previ, en la mesura en que reconeix que cada persona s’autoconstrueix segons els seus dessitjos“, com expresa Mauro Cabral de GATE (Global Action for Trans* Equality).

 

Fins la data, els tractaments de reassignació de gènere sols es podien realitzar a hospitals habilitats si es  posseïa una autorització judicial. Per aixó, la majoria d’operacións es realitzaven en la clandestinitat i no sempre per personal mèdic amb els coneiximents necessaris, el que provocava una alta mortalitat entre la comunitat transexual, com explica Alba Rueda del col·lectiu “100% Diversidad y Derechos”. L’esperança de vida d’una persona trans es calcula entorn als 35 anys, la meitat que de qualsevol argentí o argentina.

 

Per al cambi de nom i sexe, segons la nova norma, serà un requisit la majoria d’edat. Els i les menors necessitaran l’acompanyament per part dels seus pares o totutors. Tot i així, en cas de que aquests es negaren, l’Estat o les organitzacions podran proveure al nen o nena d’un advocat per a que assisteixi la demanda.

 

El procés d’elaboració de la llei

Les organitzacions polítiques de la diversitat veuen la aprovació de la llei com una victoria propia que ha costat un gran esforç conjunt. El primer projecte de llei que fou rebutjat es presentà fa cinc anys. “És molt important que el text de la llei hagi sigut elaborat a partir de l’articulaciò entre diferents militants i referents trans junt a organitzacions GLTTBI. Foren llargues hores de discussió i revisió de borradors. Pot ser el més difícil fou traduir en termes normatius legals qüestions sustantivament polítiques“.

 

Durant  aquest procés hi hagueren plantejaments dins del moviment, sobretot respecte una part de la militància trans que s’identificava com “travesti” i no com a “dona”. Les travestis no desitgen necessàriament la cirugia genital. Per a elles, reivindicar-se així conecta amb una identitat política llatinoamericana amb especificitats propies que no estan contingudes en les paraules d’ús més corrent a Europa o EEUU com la de transgènere o transexual. Marlene Wayar del “Front Nacional per la Llei de Identitat” és una d’elles: “Jo sòc crítica. M’haguès agradat que es reconeguès la meva identitat, no que se’m enviï a l’armari d’home o de dona. Com a identitat quotidiana i barrial sòc travesti i no em vull fer un document que diga que sòc dona. A més, jo haguès demanat compensació econòmica perque aquest país ens ha prostituit, empresonat, assassinat, i contagiat de VIH, i no ens ha donat cap oportunitat. Ens deuen una vida“. Per a Wayar l’assimilació dins del par binari del gènere invisibilitza les problemàtiques específiques de les transexuals que deurien reclamar polítiques actives de reparació de la desigualtat.

 

No obstant aixó, tot i les diferències, rere un porcès d’elaboració de set mesos, la llei es presentà de forma unitaria i s’aporvà així en les dues càmeres de representants. Un exemple de com a l’Argentina existeix en ocasions una corretja de transmissió entre les organtizacions socials i el govern. Moltes activistes declaren també la importància d’aquest procés per a la construcció política interna del moviment de diversistat sexual. “Després del matrimoni igualitari aparegueren personalismes vinculats a voler ocupar espais a l’administració pública per part d’algunes perones i llastimosament aixó afectà a les nostres relacions dins del moviment. Dos anys després demostrarem que podem treballar conjuntament. Ens tornarem a unir contra la vertadera discriminació que és cultural i social“, expresà Alba Rueda com a opinió personal.

 

Festa al carrer

Des del migdia d’ahír, les organitzacions de diversitat sexual es trobaren front al Congrès de la Nació esperant l’aprovació de la norma. La plaça es convertí en un foro públic i una festa. Música electrónica, banderes rei balls per una tarda de celebració. La consigna més coretjada: “No, no, no a la discriminació, sota les silicones bat un cor”. No obstant aixó, les i els activistes saben que encara queda molt per fer. Per a Mauro Castro “a Argentina existeix una discriminació espantosa per expresió de génere. El document no va a cambiar aixó encara que sigui un mitjà d’afirmar simbòlicament la dignitat de la nostra vida i de lluitar des d’ahí“. Per al dia després encara queden moltes lluites pendents “perque aquest és el grau zero dels drets humans trans. El que falta és l’accés a drets econòmics, socials i culturals. Accès al treball i l’eduació“.

 

A la plaça també estigueren presents representants de varies provincies que volien expresar les dificultats propies a les que s’enfronten. A més, moltes de les transexuals emigraren a Buenos Aires perque fora de la gran ciutat les coses són més difícils. Com explicà Victoria Caram des de l’escenari: “Vinc en representació de les meves companyes del nord: Salta, Santiago i Jujuy, on la policia ens persegueix i no ens deixa caminar pel carrer perque regeix el Codi Contravencional des de l’época de la dictadura. Vull recordar ací a totes les companyes que perguerem al calabós de la policia“. Els codis contravencionals són com l’equivalent de les Normatives Cíviques espanyoles per les que en moltes provincies argentines es pot detindre a les transexuals pel simple fet d’anar vestides de dones, encara que aquestes normes foren anul·lades a Buenos Aires.

 

A més, a les provincies l’Església encara té molta influència, la suficient per “fer agenollar-se a companys que estan al govern però que tenen por al poder de la institució católica“, comentà una militant que prefereix ocultar el seu nom. Tot i aixó, a Buenos Aires aquest cop la celebració no es veu entelada per les confrontacions amb els grups fonamentalistes católics que sí s’oposaren activament al carrer i a les institucions a la llei del matrimoni homosexual. “La veritat és que no hi hagué una estampida reaccionaria, ni manifestacions mediàtiques. Quelcom aventura que el matrimoni armà tant de revol perque ens clavavem amb una institució clàssica de l’heteropatriacat. Però la LLei d’Identitat de Gènere també s’inmiscueix amb ordres de vida vinculats amb la heteronorma i incideix en els actuals paradigmes d’assignació de noms associats a la genitalitat de les persones. Supose que haver aconseguit la reforma judicial del matrimoni devilità als grups conservadors i aplanà un poc el camí“, explicà Emiliano Litardo.

 

 

 

CASTELLÀ

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Argentina estrena la ley de identidad de género más avanzada del mundo

Nuria A. Vila

 

A casi dos años de la aprobación del matrimonio homosexual en Argentina, las organizaciones de la diversidad sexual celebran hoy un nuevo avance en sus derechos. El Senado de la Nación ratificó ayer una nueva ley por la que el Estado argentino reconoce la identidad de género que cada persona siente como propia. Mediante esta norma cualquiera podrá modificar su nombre, sexo –debería ser género– y su foto en los documentos oficiales mediante un simple trámite administrativo. También se garantiza el acceso a los tratamientos de salud que la persona requiera para modificar su cuerpo de acuerdo con el género que se percibe como propio.

 

Para Emiliano Litardo, uno de los redactores del proyecto, “por primera vez se establece en un instrumento de política pública el derecho al reconocimiento de la identidad de género como un derecho humano básico”. Lo que distancia a este articulado del de la mayoría de países europeos. Por ejemplo de España, donde para acceder al cambio registral la persona debe de ser diagnosticada previamente con “disforia de género” –es decir, ser etiquetada como enferma– y luego someterse a un proceso de hormonación obligatorio por un mínimo de dos años. Para los y las activistas que redactaron la ley, la despatologización de la transexualidad era un mínimo irrenunciable, así como que no se les exigiese la renuncia a sus derechos reproductivos. En este momento hay 29 estados europeos que obligan a las personas trans a esterilizarse previamente.

 

Sin embargo, sí se ofrece la posibilidad de acceder a los tratamientos necesarios para la reasignación de sexo de forma gratuita en los hospitales públicos, así como en los seguros privados. “Se entiende que la idea de encarnar la identidad de género pasa por poder expresarla corporalmente. Por eso el derecho a los procedimientos hormonales y quirúrgicos aparece junto con el derecho a la identidad aunque no como requisito previo, en la medida en la que se reconoce que cada persona se autoconstruye según sus deseos”, como expresa Mauro Cabral de GATE (Global Action for Trans* Equality).

 

Hasta la fecha, los tratamientos de reasignación de género sólo se podían realizar en hospitales habilitados si se poseía una autorización judicial. Por ello, la mayoría de operaciones se realizaban en la clandestinidad y no siempre por personal médico con los conocimientos necesarios, lo que provocaba una alta mortalidad entre la comunidad transexual, como explica Alba Rueda del colectivo 100% Diversidad y Derechos. La esperanza de vida de una persona trans se calcula entorno a los 35 años, la mitad que la de cualquier Argentino.

 

Para el cambio de nombre y sexo según la nueva norma será un requisito la mayoría de edad. Los y las menores necesitarán el acompañamiento por parte de sus padres o tutores. Sin embargo, en caso de que éstos se negaran el Estado o las organizaciones podrán proveer al niño o niña de un abogado para que le asista en esta demanda.

 

El proceso de elaboración de la ley

Las organizaciones políticas de la diversidad ven la aprobación de la ley como una victoria propia que ha costado un gran esfuerzo conjunto. El primer proyecto de ley que fue rechazzdo se presentó hace cinco años. “Es muy importante que el texto de la ley haya sido elaborado a partir de la articulación entre diferentes militantes y referentes trans junto a organizaciones GLTTBI. Fueron largas horas de discusión y revisión de borradores. Quizá lo más difícil fue traducir en términos normativos legales cuestiones sustancialmente políticas”.

 

Durante este proceso hubieron diferentes planteamientos dentro del movimiento, sobre todo respecto una parte de la militancia trans que se identifica como “travesti” y no como mujer. Las travestis no desean necesariamente la cirugía genital. Para ellas, reivindicarse así conecta con una identidad política latinoamericana con especificidades propias que no están contenidas en las palabras de uso más corriente en Europa o EEEUU como la de transgénero o transexual. Marlene Wayar del Frente Nacional por la Ley de Identidad es una de ellas: “Yo soy crítica. Me hubiera gustado que se reconociese mi identidad no que se me mande al armario de hombre o mujer. Como identidad cotidiana y barrial soy travesti y no me voy a hacer un documento que diga que soy mujer. Además yo hubiera pedido resarcimiento económico porque este país nos ha prostituido, encarcelado, asesinado y contagiado VIH y no nos ha dado ninguna oportunidad. Nos deben una vida.” Para Wayar la asimilación dentro del par binario del género invisibiliza las problemáticas específicas de las transexuales que deberían reclamar políticas activas de reparación de la desigualdad.

 

Sin embargo, pese a las diferencias, tras un proceso de elaboración de siete meses, la ley se presentó de forma unitaria y se aprobó así en las dos cámaras de representantes. Un ejemplo de cómo en Argentina existe en ocasiones una correa de transmisión entre las organizaciones sociales y el gobierno. Muchas activistas declaran también la importancia de este proceso para la construcción política interna del movimiento de diversidad sexual. “Después del matrimonio igualitario aparecieron personalismos vinculados a querer ocupar espacios en la administración pública por parte de algunas personas y lamentablemente eso afectó a nuestras relaciones dentro del movimiento. Dos años después demostramos que podemos trabajar conjuntamente. Nos volvimos a unir contra la verdadera discriminación que es la cultural y social”, expresó Alba Rueda como opinión personal.

 

Fiesta en la calle

Desde el mediodía de ayer las organizaciones  de diversidad sexual se encontraron frene al Congreso de la Nación esperando la aprobación de la norma. La plaza se convirtió en un foro público y una fiesta. Música electrónica, banderas y baile para una tarde de celebración. La consigna más coreada: “No,no, no a la discriminación, detrás de las siliconas también late un corazón.”

 

Sin embargo, los y las activistas saben que todavía queda mucho por hacer. Para Mauro Castro “en Argentina existe una discriminación espantosa por expresión de género. El documento no va a cambiar eso aunque sea un modo de afirmar simbólicamente la dignidad de nuestra vida y de pelear desde ahí”. Para el día después todavía quedan muchas luchas pendientes “porque este es el grado cero de los derechos humanos trans. Lo que falta es el acceso a derechos económicos, sociales y culturales. Acceso al trabajo y a la educación”.

 

En la plaza también estuvieron presentes representantes de varias provincias que querían expresar las dificultades propias a las que se enfrentan. Además, muchas de las transexuales emigran a Buenos Aires porque fuera de la gran ciudad las cosas son más difíciles. Como explicó Victoria Caram desde el escenario: “Vengo en representación de mis compañeras del norte: de Salta, Santiago y Jujuy en donde la policía nos persigue y no nos deja caminar por la calle porque rige un Código Contravencional desde la época de la dictadura. Quiero recordar aquí a todas las compañeras que perdimos en los calabozos de la policía”. Los códigos contravencionales son el equivalente de las Normativas Cívicas españolas por las que en muchas provincias argentinas se puede detener a las transexuales por el mero hecho de ir vestidas de mujer, aunque estas normas fueron anuladas en Buenos Aires.

 

Además, en las provincias la Iglesia todavía tiene mucha influencia, la suficiente para “hacer arrodillarse a compañeros que están con el gobierno pero que temen al poder de la institución católica”, comentó una militante que prefiere ocultar su nombre. Sin embargo, en Buenos Aires esta vez la celebración no se vio empañada por las confrontaciones con los grupos de fundamentalistas católicos que sí se opusieron activamente en la calle y en las instituciones a la ley de matrimonio homosexual. “La verdad es que no hubo una estampida reaccionaria, ni manifestaciones mediáticas. Uno aventura que el matrimonio armó mayor revuelo porque nos metíamos con una institución clásica del heteropatriarcado. Pero la Ley de Identidad de Género también se inmiscuye con órdenes de familia vinculados con la heteronorma e incide en los actuales paradigmas de asignación de nombres asociados a la genitalidad de las personas. Supongo que haber conseguido la reforma judicial del matrimonio diezmó a los grupos conservadores y allanó un poco el camino”, explicó Emiliano Litardo.

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