Este pasado 11 de octubre se celebró en Bolivia el “Día de la mujer boliviana” en conmemoración del nacimiento, en 1854, de Adela Zamudio, escritora, poetisa y pionera en el feminismo, quien, encerrada entre la cordillera y la selva de su extenso país andino de pocos habitantes, no logró el renombre y reconocimiento internacional de otras autoras latinoamericanas.
Fue Lidia Gueiler Tejada, la única mujer presidenta de Bolivia, la que en su corto gobierno (1979-1980) instituyó el Día de la Mujer boliviana como reconocimiento a Zamudio por su obra literaria e intelectual donde la discriminación hacia la mujer siempre fue denunciada.
La escritora boliviana Lydia Parada considera que Adela Zamudio “ha sido una de las más grandes de América, pero lamentablemente no ha alcanzado la fama de Gabriela Mistral, ni de Juana de Ibarbourou“.
En el Diccionario Cultural Boliviano, el literato Willy Muñóz señala que la obra de Adela Zamudio “no influyó a las escritoras de su época porque prácticamente fue silenciada en vida, vilipendiada por sus ideas y actos progresistas. Además de que su literatura se adelantó a su tiempo y ella misma se enfrentó a poderosos poderes de una época cuando la mujer todavía no tenía acceso al círculo público… Sus relatos cuestionan las prácticas de instituciones de índole patriarcal, como la iglesia, de cuya organización critica las maquinaciones económicas de los sacerdotes, la hipocresía clerical y la falsa religiosidad de sus feligreses. Asimismo, sus cuentos ponen al descubierto los mecanismos que oprimen a la mujer en la sociedad, la construcción genérico-sexual que la margina y las estructuras socioeconómicas inmutables que la empobrecen”.
Gran parte de la obra literaria que se ha producido en Bolivia no es conocida fuera de sus fronteras y tampoco ha logrado llegar a muchos lectores nacionales por dificultades editoriales, es por eso que hace pocos años se eligieron las “15 obras fundamentales de la literatura boliviana” para reeditarlas, una de ellas es la novela epistolar “Íntimas” de Adela Zamudio, el resto de las autorías corresponden a varones.
“Yo creo que, literariamente hablando, si consideramos a Hispanoamérica como un mapa, creo que de ella está ausente Bolivia… eso se debe inicialmente a falta de órganos de distribución”, explica Muñóz.
La mujer boliviana tiene derecho a voto a partir de la Revolución de 1952, que también permitió ejercer su derecho electoral a las poblaciones indígenas campesinas. Con un alto índice de violencia machista, en Bolivia este 2013 se promulgó la Ley Integral para Garantizar a las Mujeres una Vida Libre de Violencia.
En la obra de Adela Zamudio se encuentra: “Ensayos políticos” (1887), “Íntimas” (1913), “Peregrinando”, “Ráfagas, París” (1914), “Cuentos breves”, “Noche de fiesta” y “El velo de la Purísima”, además de su producción poética, siendo uno de sus poemas más conocidos:
Nacer hombre
Cuánto trabajo ella pasa
por corregir la torpeza
de su esposo, y en la casa,
(permitidme que me asombre)
tan inepto como fatuo
sigue él siendo la cabeza,
porque es hombre.
Si alguna versos escribe
– De alguno esos versos son
que ella sólo los suscribe;
(permitidme que me asombre)
Si ese alguno no es poeta
¿por qué tal suposición?
– Porque es hombre.
Una mujer superior
en elecciones no vota,
y vota el pillo peor;
(permitidme que me asombre)
con sólo saber firmar
puede votar un idiota,
porque es hombre.
Él se abate y bebe o juega
en un revés de la suerte;
ella sufre, lucha y ruega
(permitidme que me asombre).
Ella se llama “ser débil”,
y él se apellida “ser fuerte””
porque es hombre.
Ella debe perdonar
si su esposo le es infiel;
mas, él se puede vengar;
(permitidme que me asombre)
en un caso semejante
hasta puede matar él,
porque es hombre.
¡Oh, mortal!
¡Oh mortal privilegiado,
que de perfecto y cabal
gozas seguro renombre!
para ello ¿qué te ha bastado?
Nacer hombre.