El Día mundial de la libertad de prensa fue instaurado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en diciembre de 1993. Este año la campaña mundial está dedicada a las y los periodistas en el exilio.
El oficio de periodista es un oficio entregado, un oficio arriesgado, un oficio despreciado en muchos casos. La libertad de expresión y las condiciones laborales de las personas que ejercemos el periodismo son puntos débiles de nuestro oficio. La entrega y la vocación pueden hacer mucho pero las dificultades para ejercer son muchas. En unos momento de crisis grave ello empeora, y empeora mucho más para las mujeres, de forma general en el mercado laboral, y de forma concreta en el ámbito periodístico.
El oficio de periodista era un oficio considerado masculino, pero la profesión se feminiza y también se precariza. El tiempo y la conciliación han sido barreras importantes para las mujeres en el ejercicio del periodismo. Y los riesgos al ejercer una información veraz, objetiva, y con visión de género son altos y hay muchos países en los que te juegas la vida.