OPINIÓN
Los de Plataforma x Catalunya han anunciado para este viernes otra recogida de alimentos “por los de casa” en el Barrio de Fátima de Igualada, ofreciendo a cambio -y como reclamo- “pan con jamón”, considerándolo -además – como una Fiesta de la Solidaridad.
Con este gesto, en primer término, lo que hacen es convertir un acto supuestamente solidario en una transacción mercantil; y, en segundo término, al basar esta actividad en la discriminación y la xenofobia, lo que se pretende es excluir a las personas que profesan la religión musulmana.
Los de PxC vuelven
No es la primera vez que llevan a cabo esta actividad como tampoco es la primera vez que se encuentran con una respuesta por parte de quien considera que este tipo de actividad atenta contra los derechos humanos y la dignidad de las personas. Ya en el mes de junio, a iniciativa de la Fundación Socio Cultural ATLAS, un grupo de personas (muchas de ellas recién llegadas y básicamente mujeres) hacían su aportación solidaria -y sin discriminación- en la parada de recogida de alimentos que PxC había puesto en el exterior del Mercado de la Masuca, rechazando -muy educadament- el ofrecimiento de pan con jamón que les ofrecía el Secretario General de esta formación política y concejal en el Ayuntamiento de Igualada Robert Hernando. Estos hechos quedaron registrados en un video que dio la vuelta al mundo.
El riesgo de exclusión por pobreza crece
Es cierto que los efectos de la crisis del capitalismo golpean fuertemente la vida de muchas personas: la gran pérdida de puestos de trabajo que se ha producido en los últimos tiempos, el vertido masivo a un paro que descuelga del mercado de trabajo ingentes co lectivos de personas expulsadas en una edad demasiado grande para encontrar trabajo y demasiado joven para poder jubilarse dignamente, el éxodo obligado de jóvenes que han estudiado y que se tienen que buscar la vida en otros lugares, la pérdida generalizada de un nivel salarial que quieren reducir incluso por debajo del Salario Mínimo Interprofesional, los recortes en educación (sobre todo la paulatina eliminación de las guarderías, becas y ayudas de comedor), la promoción de la sanidad privada en detrimento de la pública, la reducción de ayudas a la dependencia y de otras prestaciones sociales, han hecho que los índices de pobreza se hayan incrementado hasta extremos humillantes para cualquier sociedad que se quiera situar en el mapa como independiente y entre las más avanzadas.
La pobreza no distingue por razones de origen
Hay personas necesitadas procedentes de todas las clases sociales, culturas y religiones. Las personas que trabajan en organizaciones de ayuda, tanto las que lo hacen desde la vertiente profesional a través de las instituciones como las que dedican su tiempo desde el voluntariado, lo palpan cada día, y rubrican la dramática situación que viven muchas familias. Lo que pasa es que su trabajo se multiplica mientras que los recursos institucionales se reducen, no pudiendo llegar a todas partes debiendo decir a menudo – y con impotencia- que no.
Para recibir ayuda, será necesario un carné de pobre
Nos han llevado a una sociedad donde obligan casi a rivalizar entre pobres de solemnidad y pobres que no llegan a fin de mes, tanto para poder pagar los suministros básicos (energía, agua o la misma vivienda) o simplemente para alimentar su gente. Incluso se habla de que quieren instaurar una especie de “carné de pobre” para tener fichados administrativamente las personas necesitadas (sin que les caiga la cara de vergüenza, añado).
Hipocresía no, denuncia y ayuda: sí
Institucionalizar la pobreza es un pecado, las situaciones de pobreza deben ser sobrevenidas sólo de forma puntual, nunca pueden convertirse crónicas y mantenerse estructuralmente en una sociedad que tenga un poco de respeto por sí misma. Es la cara más hipócrita de la solidaridad, la que está basada en una mala entendida “caridad cristiana” que, pagando un cierto diezmo, tiene la conciencia limpia para seguir manteniendo un privilegio basado en la injusticia. Hay ayuda y apoyo, sí, pero hay que -al mismo tiempo- denunciar las injusticias y sus responsables promoviendo políticas.
La perversión de confundirnos con el hecho migratorio
Confundir la situación de pobreza con la inmigración es perverso y dañino. Cuando las personas se ven obligadas a emigrar, dejar su país y su gente para abrirse un futuro, saben que empiezan de cero y que no lo tendrán fácil, pero están dispuestas a luchar. Hay que recordar como vivimos la inmigración de los años sesenta que, al haber trabajo para todos, hace permitir una socialización integradora, con algunas actitudes de rechazo, ciertamente, pero también con muchas manos y puertas abiertas de una sociedad que los acogía. Porque ahora no se hace lo mismo ?. Algunas personas lo pasaron tan mal que quizás lo han querido borrar de su memoria (el subconsciente es inteligente y borra los recuerdos traumáticos), y esto explicaría algunas actitudes, pero ahora nos invade un discurso xenófobo muy peligroso, porque quien la ‘atiza son las personas de ideología fascista, y no hay que recordar como de nocivo ha sido para toda la humanidad sufrió bajo su látigo.
Un atentado a los derechos fundamentales
“La solidaridad es la ternura de los pueblos”, han dejado escrito los pueblos hermanos de lationoamèrica, por eso la campaña “Primero los de casa” que promueve PxC es especialmente insultante y atenta contra los derechos fundamentales, consagrados -entre otros- por el artículo 14 de la Constitución española (la igualdad ante la ley sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razones de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social) por la que se rige la democracia que tenemos y que se valen para proclamar valores absolutamente contrarios.
No a la confrontación por razones de cultura o religión
Cerrar el paso a los que quieren confrontarnos incluso en la pobreza por razones de religión. No permitimos ninguna actitud que dé a la solidaridad un sentido perverso, y menos desde una actitud paternalista que pretende dar soluciones envenenadas.