Escrito por *Begoña Zabala. Viento Sur / La Independent
El 8 de marzo pasado se anunció públicamente la convocatoria por parte del Movimiento Feminista de Euskal Herria, de una huelga feminista general para el otoño, señalando como eje central los cuidados (zaintzak). Desde el otoño anterior se llevaba gestando esta idea, a fin de concretar y decidir su carácter de feminista y general. En el mes de junio se señaló la fecha en el 30 de noviembre. Denon Bizitzak Erdigunean (las vidas de todas en el centro) era la consigna-lema de la convocatoria, junto a la de “Derecho colectivo al cuidado”. En esta web publicamos un artículo en el que señalaba el recorrido realizado y las claves, a mi entender importantes, que estaban llevando a una organización más activada para llegar a buen fin, a la huelga feminista general.
Después de la Huelga
El día después, la unanimidad del éxito de la movilización es importante. Calificado de hito histórico por la mayoría de los medios de comunicación, se visualizan las manifestaciones de la tarde, contando por decenas de miles a las asistentes. A la par que la lluvia –que durante todo el día mojó y remojó a las innumerables huelguistas, sin que por ello nadie se amilanase–, la huelga feminista penetraba en los cuerpos incansables y recorría las calles de pueblos y ciudades. Así como el mensaje, la convocatoria y la reivindicación. Y toda la mañana fue un recorrido por todos los sitios imaginables, de trabajo, de ocio, de trabajos de cuidados, en la propia calle y en las plazas. Esto que se llaman piquetes de extensión de la huelga fueron mutando a kalejiras (pasacalles), zaintza ibibilbideak (recorridos de los cuidados), visitas a locales abiertos con reparto de propaganda, pegada masiva de pegatinas, bailes y cantos. Algún que otro enfrentamiento con las fuerzas de seguridad, considerados en general sin importancia.
En la pequeña localidad de Sopela (Bizkaia) la a mañana de la huelga general transcurrió como sigue:
En Sopela, durante todo el día hubo “Zaintza Gunea-Espacio de cuidados” en el frontón; a las 07:30 Topaketa/Encuentro en la plaza de Larrabasterra; desayuno a las 09:00 horas en “Zaintza Gunea”; a las 09:30 concentración en la plaza del Ayuntamiento; a las 10:00 piquetes en Sopela y Urduliz y a las 14:30, comida colectiva en “Zaintza Gunea”. Por la tarde, a las 16:15 en el metro para ir todas a la manifestación de Bilbao.En Iruñea, la capital navarra, la concentración a las 12,30 delante de la Diputación fue el punto de reunión para leer el mensaje mañanero y reivindicar los trabajos de cuidados. De paso las denuncias oportunas frente a las instituciones y a los que hacen negocio con las necesidades básicas de cuidados y supervivencia:
Queremos poner de manifiesto la doble cara del Gobierno de Nafarroa y del Ayuntamiento de Iruñea. Y es que, mientras se les llena la boca con bonitos discursos en torno al cuidado, en Nafarroa, la mayoría de las residencias de mayores están en manos de empresas privadas. ¡Ya basta! El derecho al cuidado no puede depender de la situación económica de cada persona. La tendencia a la privatización es, además, creciente: en 2005 el 25% de las residencias de mayores eran de titularidad y gestión pública, frente al 2,77% actual. (…)
Queremos señalar a los partidos e instituciones: van por mal camino, los gestos vacíos no nos sirven. Necesitamos que dejen de apropiarse del discurso feminista para hacer políticas que reducen a la nada; necesitamos campañas más allá de campañas vacías, informe inútiles y fotos sonrientes; necesitamos medidas reales que hagan del cuidado un derecho colectivo. No es posible que el Gobierno de Nafarroa ponga en marcha un “Pacto por los Cuidados” sin incrementar el presupuesto para dignificar las prestaciones y las condiciones laborales. “Nnigún “Pacto por los Cuidados” es posible si se sigue haciendo negocio con las necesidades básicas de los y las ciudadanas. Los cuidados son un problema político de primer orden: están en juego nuestras, nuestros pueblos, nuestra comunidad.
Son solo dos ejemplos para tratar de fotografiar el desarrollo del día de la huelga, en dos lugares diferentes, que no agota las posibilidades ni la calendarización, pero sí señalar que el día de la huelga se ocupa no solo dejando el trabajo y cerrando establecimientos y servicios públicos, sino en la organización misma de la vida cotidiana en huelga feminista. Para ello, la creación y funcionamiento de los comités de huelga localizados en barrios y pueblos de forma puntual para esta huelga ha sido imprescindible.
Insistimos: huelga feminista y general
Lo anterior viene mucho a cuento para analizar si se puede valorar que la huelga ha sido un éxito, a pesar de que los números aportados por diferentes fuente no coinciden ni dan unos resultados como para echar cohetes, en relación a las personas que figuran censadas en los trabajos regulados y remunerados.
Y es que aquí entramos en cuestión con uno de los elementos fundamentales de esta lucha: ¿Qué es realmente una huelga feminista y como se escenifica? El hacer la huelga, su puesta en escena el día D, nos aproximará a su caracterización. Y a ello habrá que añadir qué es lo que significa cuando esta huelga se cruza con el concepto de general.
Si se siguen atentamente las informaciones y el desarrollo del proceso que se ha llevado a cabo desde el otoño de 2022, cuando se hicieron las primeras asambleas por herrialdes (provincias), se puede llegar a los intensos debates y planteamientos que hubo para ir perfilando qué era a lo que realmente se quería llegar el día 30 de noviembre. Y con esos parámetros la huelga sí, ha sido un éxito total. Y a eso me refería cuando decía que la mayoría de los medios vascos así lo señalan. Con unas u otras palabras.
Así que comentemos en breves puntos en qué tipo de escenario se está moviendo en este llamamiento.
La huelga es convocada por Euskal Herriko Mugimendu Feminista, para Hego Euskal Herria, que incluye las tres provincias de la Comunidad Autónoma Vasca (CAV) y Nafarroa. Esto quiere decir que una plataforma bastante representativa y con una legitimidad importante en el campo feminista protagoniza formalmente la convocatoria. Hay mucho más detrás: Bizitzak Erdigunean, Plataformas diversas contra la violencia machista, de organización del 8 de marzo, de organización del 25 N, locales y más generales, grupos feministas autónomos y muchas figuras más en localidades y sectores, que aglutinan a mujeres racializadas, pensionistas, trabajadoras en sectores feminizados, de cuidados y de diferentes ámbitos. No es el momento, pero se puede hacer un mapeo interesante.
El llamamiento a huelga general en modo clásico es obvio que no va a ser seguido por miles de mujeres que, precisamente están en el centro del llamamiento. No se les ha escapado nada a las convocantes, es precisamente la lucha que se lleva: ¿Cómo sentirse no solo concernidas, sino protagonistas cuando ni siquiera pueden parar? Este es el ni siquiera que el movimiento ha puesto en cuestión y ha negado. Se va hacer una huelga feminista en la que no pueden de ninguna forma parar [participar], en términos tradicionales, la mujeres inmigrantes sin derechos, las trabajadoras en economías sumergidas, las trabajadoras en condiciones precarizadas que se juegan la supervivencia, las mujeres encerradas en espacios privados que precisamente ese día tienen también que cuidar a la fuerza. También hay miles de mujeres que no computan en el trabajo regulado censado, como son las pensionistas o jubiladas sin pensión, las jóvenes que estudian… No sigo, pues es otro mapeo que lo supongo ya hecho, y que el movimiento feminista lo hace y lo reactualiza cada vez. Pero que nadie se extrañe, es una huelga feminista y las feministas la están definiendo en espacios, en personas y en tareas. Y otro elemento numérico importante que debe tenerse en cuenta es la ocupación colectiva de las calles: la actividad huelguística durante todo el día, incluso de la noche. Algunas empezaban a huelguear a las 12 horas de la noche y no era para hacer gaupasa (juerga nocturna).
Y es una huelga general, llamando en la convocatoria, también, al componente masculino de la clase trabajadora. A diferencia de las huelgas anteriores de los 8 de marzo. El feminismo, pone en el centro los cuidados y el llamamiento va a ser a huelga general, también, porque es un tema que concierne a los varones trabajadores. Y así se une a la convocatoria la mayoría sindical vasca (no en Nafarroa): ELA, LAB, EHNE, Etxalde, Steilas, ESK y CGT. La importancia cualitativa y cuantitativa de los sindicatos que apoyan no se escapa a nadie. Situados en el espectro de la izquierda y sobre todo combativos, se están incorporando desde hace tiempo a los llamamientos hechos por Euskal Herriko Mugimendu Feminista con importantes aportaciones. Tampoco se escapa la ausencia de los dos sindicatos de ámbito estatal que copan la representación institucional españolizada.
Con estos mimbres, contar en número el monto de personas que realmente cesan en el trabajo para unirse a la huelga no es reflejo del movimiento huelguístico. Y en este tema sí que hay que hacer un estudio y una valoración, segregada por sexos y en comparación con las dos huelgas anteriores de los 8 de marzo, y en concreto con una huelga general que se hizo en Euskal Herria el 30 de enero de 2020. Esta huelga que al movimiento feminista, que la apoyaba, le tocó en el momento álgido de las V Jornadas Feministas, se convocó por la mayoría sindical vasca y por la Carta de Derechos Sociales. El número también fue escaso, en términos de cesación del trabajo. El comentario socorrido que dice un amigo mío: pues yo pensaba que iba a parar menos gente, así que ¡contento!
Los trabajos cuidados de todas, todos y todes en el centro
Si, efectivamente, la huelga feminista general, en cuanto a conceptualización, práctica y organización ocupa mucho en esta huelga en concreto. Pero el eje de cuidados como derecho colectivo, en el centro, desde las que cuidan y las que son cuidadas; desde los trabajos feminizados pagados –malísimamente pagados y precarios– y no pagados, a veces en familia por pura obligación, son la reivindicación crucial. Ésta que ha movido montañas para llegar al día 30 en estas condiciones de asunción y empatía.
Y, sin duda, es una de las mejores conceptualizaciones y teorizaciones, contra viento y marea del capital y del patriarcado, que se le debe al movimiento feminista, ya desde que empezara con la sistematización de la división sexual del trabajo, abarcando los trabajos no pagados y señalando de forma incipiente el trabajo doméstico, que contenía el de cuidado, como fuente de la imposición de roles.
La genealogía feminista nos lleva a los análisis de primero de siglo, muchas veces de las mano de la economía feminista y otras disciplinas, para entrar en las palabras clave ya acuñadas para el movimiento: trabajo de cuidados; inmigrantes sin derechos que conforman la cadenas de cuidados; trabajos de cuidados pagados míseramente, para empresas buitres, en lugar de servicios públicos; trabajadoras de hogar no incorporadas al sistema general de los trabajadores; condiciones de trabajo en situaciones invivibles de horario, de interinidad en domicilio-trabajo; no asunción de las tareas por parte de los hombres, en comparación con la obligación impuesta a las mujeres…
Ya en las IV Jornadas de Euskal Herria, celebradas en el año 2008 en la Escuela Náutica de Santurtzi, debemos recordar, se presentó una extensa ponencia sobre los cuidados en situaciones de dependencia con propuesta de organización del Servicio Público Vasco de Cuidados que socializó un trabajo colectivo importante, poniendo los cimientos importantes de este tema de cuidados.
En esta huelga se ha podido resumir el llamamiento así;
Por el Derecho colectivo al cuidado salimos a la calle en defensa de un sistema de cuidados público y comunitario, contra la privatización y mercantilización, en defensa de los derechos de las mujeres que vivimos en condiciones inaceptables, en tareas de cuidado y en sectores feminizados, y para exigir responsabilidad a quienes mantienen el sistema actual
Para situar el estado actual de los trabajos de cuidados y a modo de argumentario, un poco antes de la huelga, el diario Gara publicó una infografía y un pequeño comentario interesante sobre ella. En ellos se señalan los porcentajes del escándalo de la distribución de los cuidados entre hombres y mujeres, en públicos, privatizados mercantilizados y privados, y otros datos significados.
Ahora, por fin, cuando la fuerza de la evidencia se está imponiendo, se puede ver cómo se está produciendo una expropiación de las palabras y las ideas, por las instituciones y otros sectores, como se señalaba anteriormente. Significa también que esta huelga se está realizando en buen momento, pues no solo hay que reivindicar la desigual distribución de los cuidados y todas las consecuencias señaladas, sino que hay que mirar a los objetivos y a las reivindicaciones, que no son las que precisamente están manteniendo las Administraciones Públicas.
Ahora pues, cuidado con los cuidados, y para ello nada mejor que seguir al movimiento feminista, de cuyas manos ha salido esta huelga feminista general.
*Begoña Zabala, militante feminista forma parte de la Redacción de viento sur