Se respira aire de fiesta, el 11 de abril, en el restaurante solidario Norai, que ocupa una parte del imponente edificio del Museo Marítim. Se celebran los 25 años de vida de la Fundación Surt.
El equipo de la Fundació Surt.
Con la presencia de la presidenta Fina Rubio, de la directora general Sira Vilardell y la presentadora y periodista de TV3 Ariadna Oltra, el diseñador Mario Eskenazi explica a la concurrencia el significado de “Surt” y de su icono, que tiene letras llenas de aberturas como son las salidas que se quieren dar a las mujeres que se sienten asfixiadas en una situación de opresión.
Pues justamente, el propósito de la Fundación es ofrecer alternativas laborales a mujeres que sufren discriminación por motivos sexuales, raciales o sociales, como trans, migrantes, trabajadoras sexuales, víctimas de violencia machista o mujeres en riesgo de pobreza, empoderándolas como personas valiosas, capaces de expresar sus talentos y adueñarse de su vida. En suma, se trata de luchar por hacer efectivos los derechos económicos, sociales y culturales de la Mujer.
La presidenta está radiante, junto con todo el equipo de Surt, y con razón, pues avisa sonriendo: están a la vista los resultados de un largo camino que comenzó a emprender en 1993 con otras 4-5 compañeras activistas en el feminismo y la política, cuando decidieron fundar una organización que diera alternativas laborales concretas, no solo buenos consejos, a mujeres en dificultad. Se llamaba “Associació de Dones per a la Inserció Laboral”.
Con los años este pequeño equipo (que se convirtió en Fundación en 2007) se ha ampliado hasta incluir a unas 100 profesionales, que atienden a 1.200-1.300 mujeres al año, en la actualidad a 1900. Entre ellas, hay unas 100 mujeres que tienen atención integral encontrándose en situación de violencia. En 2017, según el informe institucional, Surt ha utilizado un presupuesto de 2 millones y 465.253,18 euro, provenientes en gran parte de fondos públicos.
Casi 8 sobre 10 de estos euros están destinados a gastos directos en actividades. “Han sido 25 años dándole caña, tenazmente, como hormiguitas, sin perder el ánimo frente a las dificultades, pues sabemos que hasta las hormigas, si son muchas, pueden ganar a un elefante”, sintetiza Rubio en la presentación pública de la Fundación.
Los comienzos
La Independent le pregunta por los comienzos. La primera tarea a la que se abocó el primer equipo de activistas fue bastante compleja, responde, pues trataba, montando una floresteria, de buscar la inserción laboral de las presas en su tercer grado (las que podían entrar y salir de la cárcel).
Contaban con la referencia de una experiencia exitosa desarrollada en cárceles de Estados Unidos, pero en el Estado español hubo dificultades burocráticas. Sin embargo, este primer proyecto, que duró tres años, resultó un laboratorio que les permitió afinar la metodología de empoderamiento de las mujeres, comenzando a abordarla de forma integral: personal, comunitario y socio-político, además de económico, en un proceso de reflexión-acción.
Este itinerario incluye dinámicas grupales dirigidas a explorar el pasado de las mujeres, valorando su experiencia. Si la mujer se encuentra en situación de violencia, se da también un acompañamiento psicológico individual, variable según las necesidades, durante aproximadamente un año. En todo caso se descubren y trabajan los objetivos vitales de las mujeres, apoyándolas en alcanzarlos. Las migrantes que tienen necesidades especiales, al no dominar los idiomas locales, se integran al comienzo en programas generalistas y, sucesivamente, en otros más específicos.
Con las gitanas Surt trabaja en el barrio de la Mina, en San Adrián de Besós, un itinerario de empoderamiento e inserción, contando con la colaboración de una profesional gitana que es importante referente de su comunidad.
En tema de inserción laboral, Surt cuenta con la colaboración con una red de 26 empresas y de financiación solidaria, que ponen las personas al centro de la economía, y no al revés.
Las colaboraciones
Es vital la colaboración entre el sector público y privado, como subraya la directora Sira Vilardell. “Hay sectores que absorben bastante personal, como la hostelería y los servicios, pero a la vez queremos favorecer la inserción de las mujeres también en sectores dinámicos como las nuevas tecnología informáticas”, explica la presidenta.
Algunos datos de inserción en el mercado formal de trabajo, reportados en el informe del 2017, hablan de un 45% de trabajadoras sexuales insertadas, así como de un 22% de mujeres en riesgo de exclusión social.
Para visibilizar la acción de Surt en su trabajo en el territorio e involucrar la población en el tema del empoderamiento de las mujeres, la fundación tiene previstas una serie de iniciativas en el Raval, Ciutad Vella, Montcada i Badalona en los próximos meses, desde concursos literarios a talleres de construcción social de génere, a exposiciones fotográficas sobre el envejecimiento activo, para terminar en diciembre con una cena solidaria para recoger fondos.
Las “hormiguitas seguirán dándole caña”, no hay duda, pues las necesidades de las mujeres discriminadas, a pesar de haber alcanzado un mayor reconocimiento público en estos últimos 25 años, siguen apremiando.
Fotografias del acto, de izquierda a derecha: diseñador Mario Eskenazi, la periodista de TV3 Ariadna Oltra, la Presidenta de Surt Fina Rubio, y la directora general de Surt Sira Vilardell.
Fotografía del público asistente al acto
