Ana Lucía Olivos Pairazamán es politóloga, especializada en migración, y miembra de la Asociación New Women Connectors.
Su especialidad no le viene solo del mundo académico, sino también por trayectoria familiar, ya que proviene de una familia peruana donde la bisabuela, la abuela, y la madre emigraron a Cataluña en diferentes momentos de su vida, y de las cuales se siente muy orgullosa.
¿Qué es y que hace New Women Connectors?
New Women Connectors (NWC) es una entidad liderada por mujeres migradas y refugiadas, creada en 2019, que trabajamos para hacer políticas más inclusivas y justas, pero sobre todo, que incorporen la perspectiva de género. En la actualidad, llegamos a más de 1400 personas e involucramos a activistas feministas y lideresas comunitarias de 28 países europeos.
Somos mujeres que tenemos voz y la oportunidad de influir en el proceso de elaboración de políticas en nuestras ciudades. A la vez también trabajamos porque los responsables políticos, de las instituciones y las organizaciones estén dispuestos a escuchar, y dejarnos espacio a las mujeres migradas para hablar sobre nuestro empoderamiento.
¿Qué trabajo realizas en esta asociación?
Dentro de New Women Connectors llevo los temas de la migración de habla hispana en Europa, pero también trabajamos como mejorar la empleabilidad de las mujeres en las ciudades. Y mi trabajo, también, es hacer red con otras entidades de mujeres migradas en Europa, y cooperar mutuamente para hacer sentir nuestra voz. Una de las acciones desarrolladas fue durante el inicio de la pandemia, puesto que muchas entidades lideradas por mujeres migradas, fueron las primeras que hicieron frente a la situación de crisis económica y de luto migratorio ante la pérdida de familiares en origen.
Fuiste miembro del European Migration Advisory Board, del 2018 al 2019. ¿Son efectivos estos espacios?
Mi experiencia dentro del Advisory Board fue muy positiva y provechosa, puesto que por primera vez uno de los espacios de discusión y toma de decisión a nivel político recibía un grupo de expertos y expertas en temática migratoria pero siendo nosotros también personas migradas.
Estos espacios son efectivos, pero lo son más cuando tienen una duración larga en el tiempo, cuando puedes realmente hacer énfasis en las políticas de acogida, y estar en el diseño, ejecución y evaluación de estas propuestas. Si estos espacios únicamente se usan para explicar que eres una ciudad inclusiva pero sin poner en valor las voces de la ciudadanía, no son efectivos.
Reunión en Bruselas con la directora de la NWC, Anila Noor, realizando una sesión de formulación de políticas con visión de género e intercultural
¿Europa, y en concreto Cataluña, vamos bien encaminados para entender qué es y qué significa la migración?
Cataluña ha sido tierra de inmigrantes y emigrantes. Entender el significado de migrar es fácil, un movimiento de personas de un lugar a otro; lo que pasa es que no estamos entendiendo el origen de estas migraciones económicas. Hay movimientos decoloniales que lo explican, un sistema capitalista que se enriquece a base de los recursos de los otros sería una de las razones. Llevo 30 años en Barcelona, y todavía hoy me pregunto hasta cuándo tengo que dar respuesta a la pregunta de “en qué año migraste a Barcelona? porque hablas un catalán perfecto, casi como si fueras de aquí” .
Migrar es ver más allá y apostar por una sociedad que reconoce y garantiza los derechos y deberes de las personas, para hacerlas sentir ciudadanos y ciudadanas. Es apostar por una ciudad intercultural, por un respecto a la diversidad cultural, pero sobre todo es también deconstruir para volver a construir y descolonizar el saber y el ser.
En Cataluña nos queda todo un camino para trabajar en temas de lucha contra la discriminación y el racismo. Se tiene que reconocer y trabajar contra un racismo sistémico que perpetúa estas situaciones de desigualdad de las personas por razón de origen, religión, género, etc.
¿Qué es lo que cambiarías o en qué aspectos incidirías si dependiera de ti?
De forma personal, quiero pensar que mis pequeñas acciones están contribuyendo o incidiendo a romper el imaginario de la mujer racializada/migrada. Somos mujeres con estudios, somos mujeres preparadas y empoderadas. Somos mujeres que luchamos para hacernos ciudadanas, somos mujeres que podemos hacer más que trabajar en el servicio doméstico o en el sector de la limpieza; pero sobre todo, somos mujeres que llevamos una mochila de saberes para sumar en la ciudad. Tengo un reto personal, y es mejorar la empleabilidad de las mujeres migradas mediante el valor de nuestras competencias interculturales de origen.
El equipo de mujeres del European Migration Advisory board
¿Eres hija, nieta y bisnieta de mujeres migradas, qué has aprendido de ellas?
Siempre digo que hablo desde el privilegio, privilegio de haber aprendido y continúo aprendiendo de mis “ancestras”, de mi linaje femenino. Mi bisabuela, más conocida como la “mamita Carmen” nos dejó el listón demasiado alto. Me gusta recordarla siempre y recordar su trayectoria de vida en Barcelona. La condecoraron en 1994 como la madre peruana de Barcelona, pues, ayudaba a las mujeres recién llegadas a aprender el idioma y la cultura catalana. A día de hoy muchas de estas mujeres tienen todavía su propio negocio, y la recordamos con mucho de cariño. Mi madre llega a la ciudad en 1991, dejando su trayectoria profesional a medias, cambiando la máquina de escribir, el escritorio y la seguridad social, donde trabajaba como secretaria de dirección. Mi abuela es una mujer exigente, exigente consigo misma pero también con los otros. Ella me enseñó a no bajar la cabeza cuando me decían “tú no eres de aquí” o “tienes un castellano raro”. Ella me enseñó a querer mi diversidad en todas sus formas.
Las tres, me han enseñado y enseñan, hoy en día, el valor de ser tú misma, de recordarme de dónde vengo, para saber hacia dónde quiero ir.