Miradas, lecciones y buenos usos del lenguaje con perspectiva de género, según Cecilia Lavalle Torres y Marcela Lagarde
A veces, los paneles de las expertas y teóricas tienen presentaciones insólitas pero muy útiles. Ese fue el caso de la presentación en Mérida de la periodista de Quintana Roo, Cecilia Lavalle Torres, y de la intervención de la antropóloga mexicana Marcela Lagarde.
Ambas intervenciones formaban parte de las sesiones de la segunda jornada del 5º Encuentro de la Red Internacional de Periodistas con Visión de Género (RIPVG) y la Red Nacional de Periodistas de México, realizada en la ciudad mexicana de Mérida los días 11 y 12 de octubre. Lavalle estuvo en la mesa sobre ‘Periodismo con Perspectiva de Género’ y la ponencia de Lagarde era una Conferencia Magistral. Fueron las presentaciones más aplaudidas y emocionantes, por su utilidad en la vida cotidiana y profesional de las mujeres, según expresaron las propias asistentes al Encuentro en los comentarios posteriores al debate.
La periodista Lavalle Torres sintetizó sus experiencias personales, expresadas a modo de ‘recetario personal’ o según sus propias palabras: ‘cómo llegué a ese punto’. Para ella hay tres puntos clave para ser feminista: el previo es ‘ser insumisa y una rebelde con causa’ y encontrar ‘las razones de lo que nos molesta’; segundo, hay que ‘estudiar, leer y reflexionar’ para entenderlo todo bien, pues ‘sólo a la segunda lectura empiezas a comprender’ lo que te plantean algunos libros o teorías y luego, sólo con ‘pasión por entender’ puedes darte cuenta del contexto. Y por supuesto, ‘a todo ello hay que dedicarle tiempo, energía y esfuerzo’.
Cecilia Lavalle en el V Encuentro de la RIPVG
Esta especialista en participación política de las mujeres, terma al que ya ha dedicado dos libros ,tiene su recetario particular o las sus lecciones aprendidas para ir transitando por la vida como feminista: 1. ‘No hay espacio menor, sí igualdad’. 2. ‘El machismo goza de una cabal salud’ y debemos tenerlo claro porque se reinventa; ahora se llama neo-machismo’. 3. Hay que ‘deshierbar el camino continuamente’ porque, como dice Amelia Valcárcel no nos va cómo les fue a nuestras abuelas. 4. Debemos ‘cuidarnos vitalmente’ tal como señala Marcela Lagarde, para no tomar riesgos innecesarios. Esto deberían saberlo las periodistas de Tamaulipas, Veracruz y Chihuahua (los estados mexicanos que más sufren la violencia). 5. ‘Hacer lo que se puede, cuando se puede, hasta donde se puede y lo mejor que se puede’. ‘Yo sola no puedo cambiar el mundo’ lamentaba Lavalle pero si afirmaba que ‘juntas podemos cambiarlo un poquito más’. 6 ‘Elegir un espacio de siembra o el área de construcción de la igualdad’. Esto debe complementarse con la ayuda de las personas expertas de otras áreas para poder tener argumentos e información de los temas que precisamos. 7. ‘Retirarse tantito’ o ‘tomar distancia cuando la rabia y la tristeza abundan’, porque no podemos pensar con claridad. ‘Así, podrá recomponerse mi cuerpo, decía, y recobrar el aliento’. 8. ‘Buscar a las semejantes que se sienten libres’ o ‘los cisnes de los estanques’. 9 ‘Hacer alianzas sin despreciar ninguna, sirven las frágiles y las coyunturales’, si se sabe que lo son. ‘Saber qué puedo sembrar con los adeptos, identificarlos y no menospreciarlos para las alianzas. 10. Saber que ‘es un camino que exige perseverancia y resistencia’ porque ‘yo recorro mi trecho, aunque yo no lo empecé ni lo termine’. Y en toda esta tarea resaltó ‘no podemos regatearnos el gozo ni la felicidad’ porque el camino no es fácil.
Marcela Lagarde aquest passat 8 d’octubre
Empoderamiento consciente
Para terminar, la ponente recordó la definición de empoderamiento de Marcela Lagarde recogida en la Ley general de acceso de las Mujeres a una vida libre de Violencia y que dice así: ‘empoderamiento es el proceso por medio del cual las mujeres transitan de cualquier situación de opresión, desigualdad, discriminación, explotación y exclusión, a un estadio de conciencia, autodeterminación y autonomía, que se manifiesta en el ejercicio del poder democrático que emana del goce pleno de sus derechos y libertades’.
Lo que hacemos con eso, es lo que determina nuestro propio proceso y por eso, finalizó Lavalle, hay que estudiar para llegar a esa conciencia.
La importancia del estudio, del significado real del empoderamiento y del recordatorio que nuestro conocimiento es colectivo, lo subrayó la antropóloga Marcela Lagarde en el debate de su Conferencia Magistral sobre ‘Sinergia Feminista y Trabajo en Red’. Ella celebraba que ‘me ha tocado vivir la experiencia de esa maravillosa ‘escuintla’ (niña)’ superempoderada que es, Malala, que reclama el derecho de las niñas a la educación’, en Pakistán y en el mundo. Lagarde solicitó que ‘reconozcamos a Malala’ y que se siguiera su trayectoria personal en el futuro. Del pasado, rescató el recuerdo de la primera gobernadora de México, Griselda Alvárez que, dijo, ‘no tuvo hijos y sí tiempo para estudiar y prepararse políticamente’.
El género fue masculinizado
La profesora dio un repaso rápido a la historia del uso del lenguaje y recordó que ‘el género ha sido masculinizado en el siglo XX’ porque ‘antes, había sastras y modistas y se hablaba en ‘a’ en muchos oficios y profesiones’. Según esta ex diputada mexicana, en el pasado siglo hubo un proceso de ‘masculinización de todo lo que se hacía en público’. ‘Por supuesto, todos los días hay que ejercitar las ‘gargáras a’ afirmó, pero ‘no basta con hablar en ‘a’, hay que hacerlo incluyentemente’ es decir, abarcar todos los ámbitos, ‘reconocernos en la historia, los derechos y en nuestra condición’, y sobretodo (ubicarnos) ‘el ubis desde donde producimos los derechos, las demandas y los conocimientos’.
Según Lagarde ‘la perspectiva de género trata de la construcción de la democracia en un nuevo modelo de desarrollo’ que incluye ‘la pobreza económica, la pobreza alimentaria, la laboral y todas las demás exclusiones’. Es ese ‘modelo dañino y nocivo lo que tenemos que analizar e investigar y difundirlo con enfoque de género’, que es una mirada ‘compleja y multidimensional, que articula la condición sexual, de género, étnica, del ciclo de la vida, generacional, la condicional racial y la de clase’, especialmente en países con pueblos indígenas como México, Guatemala y Bolivia, donde ‘existen clases sociales cerradas y sentimientos de casta’. Y ahora también en Europa, donde existen ‘procesos racistas y de discriminación étnica, como es el caso de las expulsiones de los rumanos o la exclusión que causa la muerte a miles de personas en Lampedusa, que son crímenes, por no rescatarlos del mar’.
Estos, según Lagarde, son los ‘temas de las feministas, nuestros temas: la cultura de los derechos humanos, un derecho humano sustentable que pone en el centro a la persona’. De todo eso trata el lenguaje y la temática incluyente; y, además, ‘debemos hacerlo con el lenguaje no violento de las feministas’: darle otra connotación a lo que hacemos porque ‘somos constructoras y promoventes; ciudadanas que estamos participando políticamente’. Para esa profesora, ‘los hombres siempre derrotan a alguien i el Estado no puede replicar la violencia con más violencia; en nuestro país, denunció, el ‘combate con toda la fuerza del Estado en la época del presidente, de cuyo nombre no quiero acordarme (en referencia al presidente Felipe Calderón), ha generado más violencia’ y muchos ‘crímenes terribles con 130.000 muertos en el último sexenio’.
Constructoras de paz hasta en el lenguaje
Las mujeres deben dejar el lenguaje violento de ‘las trincheras, las estrategias, el marco lógico, por el lenguaje alternativo de los proyectos, programas’ porque ‘no estamos en guerra y somos constructoras de la paz, como indica la Resolución 1325 de la ONU’. ‘De eso trata la resiliencia’ agregó, de las sinergias y sintonías para construir los derechos de las mujeres’. Debemos recuperar a María Moliner en el uso del lenguaje y olvidar ‘el lenguaje que fosiliza la Academia’ Española de la lengua. ‘Moliner define la sinergia como cooperación o colaboración, complementándose en una acción o potenciándose’. Hacer sinergia es un trabajo que requiere, ‘ir con o sumar voluntad, con buena cara, buen ánimo y sin malhumor. La evaluación, es parte de hacer sinergia: valorar públicamente y saber en qué colaboramos cada una’; acciones coordinadas de cosas y personas de acuerdo con Moliner; ‘ella, sin ser feminista, subrayó Lagarde, no hablaba de hombres, sino de personas, que es una categoría de nuestros derechos humanos’. En definitiva, ‘la sinergia es colaborar en un trabajo colectivo y compartido, complementándose o potenciándose unas a otras’. Así que, ‘hagamos sinergias y creemos articulaciones para potenciar nuestro trabajo. Y siguiendo a Moliner, para quién ‘articular’ es la unión de dos cosas diferentes que pueden girar todas en todos los sentidos de la unión, ‘sigamos siendo diversas, diferentes y específicas, pero potenciémonos juntas’.
Marcela Lagarde resaltó que ‘no podemos ser omisas’ (por omisión); recordó que ‘el feminismo ha ganado espacios por las fisuras del patriarcado’ por ello hay condiciones locales que se deben aprovechar’, porque ‘el feminismo es global e internacionalista por vocación política’. Las mujeres, continuó, deben sintonizar (del latín sin, que contrariamente, significa con, tonía) ‘identificarse con otras, las de aquí y las de afuera, porque somos únicas y excepcionales. ‘Nosotras somos disidentes con elegancia; no somos groseras y procaces, sino rebeldes, resistentes y transgresoras’. Gracias a lo que nos explicaron ‘las feministas históricas’, prosiguió, ‘sabemos qué no hacer y qué sí hacer’, de manera que, ‘debemos articularnos para exigir demandas, ser disidentes, éticas y estéticas al escribir y al hablar, para procesar los aspectos de la realidad y hacerlos comprensibles’.
La enemistad es patriarcal y misógina
La antropóloga mexicana insistió en que se debe ‘abandonar la enemistad porque es una política patriarcal y misógina’ que se nos enseña desde la infancia. Y, en este sentido, recordó que el término sororidad que ella acuñó, ‘es una propuesta política que significa actuar sin hostilidad, sin agresividad y sin violencia’. Y sugirió que, ante la violencia ‘la primera defensa es la retirada: aprender a quitarse de la escena; salir a otro espacio y reparar el daño que te han hecho’: Eso, valoró que sería ventajoso ante la violencia que sufren mujeres y periodistas en México.
Lagarde acabó aconsejando que ‘no debemos pedir lealtad a nadie porque somos seres racionales, afectivas y argumentales y dejar de ser criticonas y enemistosas. Debemos ejercer la mismidad, el femenino en primera persona, debemos desaprender mucho de lo que somos’ y subrayó que ‘requerimos reconocernos y vivir con calidad de vida, buena vida y placer’.
En este sentido recordó que ‘debemos sentirnos orgullosas del feminismo que inventó la libertad sexual y la experimentó y ya pudo convertirse en derecho desde las Conferencias Mundiales de El Cairo (1994 sobre población) y Beijing (1995 sobre la Mujer).
Foto de grupo el último día del V Encuentro de la RIPVG en Mérida, Yucatán, México
(facebook V Encuentro de Mujeres Periodistas)