En el marco del Día Mundial de la Endometriosis, que se conmemora cada 14 de marzo, la Asociación Endohermanas Argentina lleva adelante durante todo el mes, diversas jornadas de concientización y difusión de esta patología que, según la Organización Mundial de la Salud, padecen al menos una de cada 10 mujeres.
La endometriosis es una enfermedad que afecta a las personas con útero y se caracteriza por un dolor abdominal, que suele ser más intenso durante el período menstrual. «La endometriosis es una enfermedad crónica, progresiva e invalidante que afecta aproximadamente a 1.000.000 de mujeres y personas menstruantes diagnosticadas en Argentina. Debido a que los síntomas son amplios y variados, no resulta fácil de diagnosticar», expuso la legisladora María Jimena López en un panel interdisciplinario de endometriosis llevado en el Congreso de la Nación en el marco por la visibilización social y política sobre el tema. También agregó que la misma “no es una patología, nada más, somos un montón de mujeres y cuerpos gestantes padeciendo un sistema que lo único que busca es que estemos enfermas”.
¿Por qué es importante hablar de endometriosis? Porque, al igual que muchos otros temas relacionados con las mujeres y su salud, no fue tenido en cuenta ni por la medicina ni por los ámbitos académicos. Con una correcta aplicación de la ESI desde la infancia es mucho lo que se podría mejorar para darle real importancia a la cuestión. Hablar de ciclos menstruales, de la menarca o primera menstruación, de los cambios hormonales, de ovulación y de capacidad (o no) de gestar, por ejemplo. Desde la clase de biología se puede explicar que el endometrio es el tejido que tapiza el interior del útero, pero que, cuando se ubica por fuera de la cavidad uterina, da lugar a lo que se denomina endometriosis, produciendo alteraciones en el ciclo menstrual y que esto no es anormal, sino que pasa en un alto porcentaje de cuerpos y que puede ser tratado si se descubre a edad temprana.
Si duele, no es normal
La medicina la explica como una enfermedad ginecológica benigna, que puede afectar a personas con útero en edad reproductiva y que aún no presenta una causa certera y comprobada, pero sí se manifiesta con síntomas muy claros. El primero de ellos es el fuerte dolor abdominal que produce menstruar. Existe una concepción generalizada y errónea alrededor del dolor menstrual que, la mayoría de las veces, silencia los síntomas, no se pone en palabras y retrasa la consulta ginecológica. Por eso el lema que han elegido desde EndoHermanas para ayudar a poner de manifiesto esta cuestión es “Si duele, no es normal”. Muchas mujeres acuden a las consultas médicas recién alrededor de los 30 años, cuando deciden quedar embarazadas y no lo logran, tras años de intentos fallidos poniendo en riesgo su salud.
Alicia Sánchez, presidenta de EndoHermanas Argentina, consultada por este tema, mencionó que la “endometriosis es un problema de la sociedad mundial y no solo de las mujeres”. En Francia, por ejemplo, hace 20 años que vienen luchando contra el enorme ninguneo e indiferencia que existe sobre la salud sexual de la mujer y cuerpos menstruantes. “Ni siquiera en el primer mundo, fuimos interés de la ciencia durante mucho tiempo, pero sí negocio para los analgésicos, lo que demuestra que el sistema patriarcal es mucho más sólido de lo que pensamos”.
Es claro que aún falta mucha información para comprender y entender que el ciclo menstrual es un proceso corporal complejo, que no solo comprende a los órganos del sistema genital, sino también a otros como el hígado, el riñón, el bazo o el páncreas que son fundamentales en la composición y circulación de la sangre, incluso del endometrio. Falta entender aún que los cuerpos son organismos vivos y cargados de sensaciones, que no todas las mujeres menstrúan por diversos factores, que quienes sí lo hacen no tienen el mismo ciclo hormonal, que nadie es “regular” o “irregular” porque los veintiocho días son un mito que solo sirve para generar más angustia y preocupación, que una mujer puede quedar embarazada la primera vez, la segunda, la última o nunca, y que solo con mucha rutina y conocimiento personal de su cuerpo, se puede saber casi con precisión qué día del calendario se produce la ovulación.
La Ley 26150 nos da la posibilidad de llevar la ESI a las aulas y, con ella, se abre la puerta para hablar abiertamente sobre cambios corporales, sexualidades, genitalidad, deseos y emociones. Hablar de menstruación no es solo mencionar que el ciclo menstrual es el sangrado que se desprende mes a mes porque el óvulo no fue fecundado. Es también mencionar los mitos y tabúes, los factores fisiológicos, socioculturales y psicológicos que rodean este tema. Es poner en discusión la discriminación que provoca la gestión menstrual en el bolsillo de mujeres y personas menstruantes que deben acceder mensualmente a la compra de productos descartables para la protección externa del sagrado. Es dejar de asimilar el concepto de “histeria” femenina asociado a la menstruación. Es habilitar el espacio para que también los varones sean destinatarios de la educación sobre la menstruación y la ovulación. Es hacer foco en que, si bien la menstruación es normal, si duele no lo es.
(*) Docent, comunicadora. Codirectora de L’ESI en joc.
Columnista de Diari Digital Femení – D’ESI Sí
