jueves 18 abril 2024

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“Seguimos queriendo construir un proceso refundacional, originario, incluyente y antipatriarcal”

Por Anna Castillo. Texto y Fotografias

Berta Cáceres es dirigente del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras, una organización indígena antipatriarcal integrante del Frente Nacional de Resistencia Popular.

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A dos años del golpe de Estado en Honduras ¿cuál es la realidad social que se vive?
En general el pueblo hondureño vive una crisis galopante que se ha profundizado en todos los aspectos de la vida tanto individual como colectiva.

Por un lado el empobrecimiento que crece, incluso después del golpe de Estado. Según los datos de los organismos internacionales, el 80% de la población está sumida en la pobreza y es un país con un nivel de violencia de los más altos del mundo, de homicidios. Hay una tremenda exclusión e inequidad con respecto a la tenencia de la tierra. El avance de la transnacionalización es impresionante después del golpe de Estado. También la militarización en diversas formas. No sólo con la creación de cuatro bases militares sino que también con el fortalecimiento del Ejército y de la Policía, con más presupuesto incluso que la salud y la educación. Premiado el poder golpista, los generales absueltos y ascendidos a generales de división, en puestos de ministros.

Vemos que el golpismo está intacto. Todo ello ha provocado una situación de impunidad absoluta que no fue resuelta con la firma de los acuerdos de Cartagena, ni con la incorporación de Honduras a la OEA. Se ha hablado de reconciliación pero lo que ha pasado es lo opuesto. La violación de derechos humanos ha crecido bajo un plan, una estrategia de sembrar el terror en la resistencia, en las luchas sociales que están confrontadas con los poderes fácticos en Honduras. Me refiero al movimiento campesino, obrero, de mujeres, indígena, negro y otros sectores como el ambientalista. La institucionalidad que debería servir al pueblo hondureño, cuando se habla de reconciliación no existe. Por lo tanto, nosotros sostenemos que en Honduras no hay ningún proceso de reconciliación ni de justicia para el pueblo hondureño ni para la resistencia. Ha ido creciendo un plan que no sólo asesina sino que secuestra, tortura y está realizando grandes desalojos violentos, como quemar casas y escuelas de las comunidades campesinas. Por ejemplo, en el Bajo Aguán, un valle al norte del país muy rica y productiva, la presión de las transnacionales es impresionante. Y en la medida que esta crece, también lo hace la militarización, la persecución política, la criminializació los movimientos.

Puedo mencionar algunos de los poderes fácticos más fuertes: Miguel Facussé, empresa que siembra en grandes extensiones monocultivos de palma africana, la Standard Fruit Company, transnacional de los Estados Unidos, y hay intereses de grandes inversiones turísticas, de la instalación de lo que ellos llaman “ciudades modelo” o “regiones especiales de desarrollo”. Esto es una de las peores entregas de la soberanía, el territorio y la riqueza de Honduras, ya que estas ciudades modelo serán mayores inversiones de desarrollo industrial, de instalación de capital financiero. Serán grandes imperios que tendrán prácticamente un régimen independiente a las leyes, a la jurisdicción del Estado hondureño. Una situación totalmente agresiva, y nosotros decimos que también el gran propósito es el lavado de activos del narcotráfico.

Todo esto también está vinculado a que el Bajo Aguán es una zona de paso a una de las regiones más ricas de Honduras en biodiversidad, agua, petróleo, culturas, conocimiento, concentración única de la genética de plantas y animales. Este territorio está habitado por pueblos indígenas que están recibiendo una enorme presión de transnacionales, no sólo estadounidenses y europeas. También China está impulsando la construcción de un complejo hidroeléctrico sobre uno de los ríos patrimonio de la Humanidad, el Patuca.
El avance de todo este proceso de dominación ha forzado las comunidades también a rehacer su resistencia. Seguimos con la esperanza de construir un proceso refundacional, originario, incluyendo, antipatriarcal, que incluya los derechos territoriales, culturales, espirituales de los pueblos indígenas y negros.

¿Desde que se inició el golpe hasta hoy los niveles de represión han ido siempre en aumento?
Desde que tomó posesión Porfirio Lobo Soza, que es el régimen ya reconocido por las instancias oficiales de casi todo el mundo, han aumentado los asesinatos de campesinos. En el Aguán hay 50 compañeros y compañeras asesinados. Hay 17 periodistas asesinados, no durante el año del golpe, en 2009, sino en el 2010 y el 2011. Muchos de estos crímenes son ligados por actividades políticas dentro de la resistencia, la lucha política social. También el feminicidio ha crecido. En estos últimos años son asesinadas más de 400 mujeres al año.

Hay cerca de 75 compañeros y compañeras asesinados, 37 prácticamente de la Resistencia. Personas reconocidas también por la defensa de los derechos de la comunidad LGTBI.

Vemos cómo está operando el paramilitarismo, la militarización, los mercernarios. En el Aguán ha ido creciendo la estrategia de tortura para sembrar terror. Vemos la presencia de dos ejércitos, del paramilitarismo y del Ejército colombiano, más los asesores de Israel que han sido desde antes del golpe, oficiales del ejército salvadoreño, y el ejército de EEUU. Seguimos siendo un país totalmente ocupado por varios ejércitos. Mecanismos de estructuras de la militarización al servicio de las transnacionales y los grandes empresarios. Esta semana nos ha llegado la noticia de que posiblemente se estén contratando agencias de seguridad argentina para asesorar Honduras. Entonces volvemos a repetir la historia de los años 80. En Honduras no podemos hablar de reconciliación, no podemos decir que hay atención a la violación de derechos humanos. ¡Esta fue la causa del golpe: hacer avanzar un proyecto de dominación, de saqueo, que se vio amenazado ante la posibilidad de que el pueblo hondureño, por primera vez, fuera preguntado sobre su destino, sobre lo que quería para su país!

Tampoco se consideraba el gobierno de Zelaya como revolucionario …
Lo que pasa es que nosotros sabemos que independientemente de donde venga Mel Zelaya, que no viene ni de un movimiento social ni de un movimiento de izquierda, hizo acciones que molestaron a la oligarquía y se salió de las prácticas tradicionales de los políticos. Fue causa de inconformidad de las transnacionales porque no dio ninguna concesión minera. En Honduras, antes de la administración de Zelaya, ya se había entregado el 30% del territorio nacional a las mineras. ¡El 30% del país! La incorporación de Honduras a Petrocaribe significó pérdidas millonarias a Texaco, Esso y Schell, que también se confabularon en el golpe de Estado. Mel Zelaya anunció que el aeropuerto de Palmerola, que es una base militar estadounidense en Honduras, la más grande de la región, sería convertida en una aeropuerto civil. ¿Como esto no incomodaría EEUU? El otro tema fue que aumentó el salario mínimo sin preguntar a los empresarios. Por primera vez un presidente no les consultaba a los empresarios. Otro motivo fue la incorporación al ALBA. La llegada de Chávez, de Evo Morales, de Correa.
También estaba muy molesto el sector fundamentalista religioso porque el legislativo había impulsado una ley de prohibición de las píldoras anticonceptivas del día siguiente y Mel Zelaya vetó la ley. Cuando entró Roberto Micheletti con el golpe de Estado la aprobaron otra vez. Y continúa vigente hasta hoy.

¿Cómo es la cotidianidad de la vida de las mujeres en el panorama que está describiendo?
Nosotras, las mujeres, estamos triplemente orpimidas: por ser mujeres, si es pobre aún más, y si es indígena y negra más aún. Ante esta realidad nos enfrentamos. En nuestro proceso de formación política y sociocomunitaria, hemos desarrollado metodologías con enfoque de género pero también hemos propiciado un debate más profundo sobre el sistema patriarcal. Todo este debate llevó nuestra organización a definirse como una organización no sólo anticapitalista y antirracista sino también antipatriarcal. Porque entendemos que todas estas son formas de dominación, de opresión y de violencia que no se pueden desligar una de la otra. Y no podemos decir: primero echamos el capitalismo y dentro de 500 años ya veremos el tema del racismo y el patriarcado. No, porque para nosotras la situación de la realidad de las mujeres se vive en todas estas dimensiones, en todas estas formas de dominación.

¿Cómo es el feminismo indígena?
No somos intelectuales ni académicas. Esta construcción la hemos hecho desde nuestras comunidades, desde nuestras palabras. Nos reconocemos como seres humanos que tenemos derechos, no sólo a la vida sino también sexuales, reproductivos. Pero también en la tierra, la territorialidad, en las culturas, espiritualidades y la vida comunitaria como pueblos indígenas. Avanzar en esta cosmovisión que está basada en la vida, en una relación bastante profunda con la tierra, el agua y el maíz y con una memoria histórica de resistencia donde las mujeres entregaron enormes batallas de una manera increíble que hasta hoy es invisibilizada. Tenemos la cosmovisión lenca. Basada en esta cosmovisión y bajo estos conceptos de la lucha, no lo tomamos como una moda, ni nadie nos lo trajo de Europa, ya que es una realidad de nuestras comunidades. La violencia contra las mujeres, la violencia intrafamiliar en todos los espacios, la violencia sexual emocional, la discriminación en todos los espacios. Lo reconocemos como poder para someter a las mujeres desde las camas, las casas, las calles, las iglesias, en las mismas organizaciones, en los sistemas educativos, en la salud, ¡en todas partes!

Y esta violencia, ¿se intensifica con el golpe de Estado?
Claro! Las mujeres somos mayoría en las calles en la Resistencia y hay un ensañamiento de parte de las fuerzas represivas militares contra los cuerpos, las vidas de las mujeres. No es la misma realidad como son tratadas las compañeras detenidas que cuando se ha detenido a un hombre. Lo sabemos en carne propia. Al sur del país, en el Paraíso, se vivió no como estado de sitio sino como campos de concentración. Inmediatamente después del golpe de Estado, compañeras indígenas ancianas cuando fueron capturadas y llevadas a los centros militares y policiales, les decían que los registrarían la vagina porque ahí tenían las armas. ¡Y esto sigue! ¿Cómo se dirigen los interrogatorios … El feminicidio en Honduras ha crecido porque ha crecido la militarización, el ejército es una de las estructuras más tremendas para someter a las mujeres.

El feminismo ha tenido un rol protagónico en la Resistencia. ¿Como se dio este fenómeno?
Como organizaciones que luchamos contra el patriarcado, de mujeres y feministas, el estar en la resistencia ha sido un aprendizaje para nosotras. Y ha significado que también desaprendamos muchas cosas. Por ejemplo, que nuestras posiciones políticas diferentes dentro del feminismo no son iguales, son diversas. No somos uniformes. Pero hemos conseguido conformar una fuerza dentro de la Resistencia, pues hemos tenido capacidad de hacer un debate fuerte, cuestionador, autocrítico, profundamente revolucionario desde las perspectivas de nuestras luchas antipatriarcales. Y las compañeras feministas han dado un aporte importante porque han sido reconocidas en la lucha en las calles. Y esto es importante. Desde la consigna: “ni golpes de Estado ni golpes a las mujeres”, se desafió abiertamente a los sectores clericales y golpistas; se nombró al cardenal no sólo como golpista sino como representante de un poder que oprime a las mujeres. Las propias mujeres que tienen su opción de fe cristiana participaron de ello, se vieron en la necesidad de desaprobar a todos. Incluso han sido expulsadas de las Iglesias. Mujeres cristianas que estaban en el rincón de su casa, de su cocina o únicamente de su trabajo, salieron por miles a las calles a luchar.

Las organizaciones feministas han tenido que abrir y compartir toda esta diversidad, nos hemos posicionado ante todas estas expresiones machistas patriarcales misóginas que incluso se dan en las organizaciones que se dicen progresistas, de izquierdas, revolucionarias. Sabemos que aquí se mueve la base, porque aunque sea de izquierdas o de derechas tiene que ver con el tema del poder. Con este debate conseguimos que en los orígenes del Frente Nacional de Resistencia Popular, cuyos principios están vigentes, se definiera como un movimiento social y político que lucha contra el capitalismo, contra el racismo y contra el patriarcado. Haber conseguido esto para nosotras es algo de lo que me emociono. Ahora, del debate escrito, a la práctica, es otra cosa. Seguimos cuestionando una dirección llena de hombres, que es el reflejo de lo que ocurre internamente en las organizaciones. Hay un largo camino por recorrer, desafíos y retos. Y para nosotras, las mujeres que somos dirigentes de organizaciones, ha sido bien duro.

¿Como comienza el feminismo en Honduras?
Es un proceso reciente, aunque la lucha de las mujeres siempre ha existido. A mediados del siglo pasado ya había luchas que planteaban los derechos sexuales, reproductivos, el derecho al voto. También hay una inspiración en la lucha de las mujeres en Honduras contra la ocupación de EEUU. Es muy fuerte la inspiración de la lucha de las mujeres de los años 20. Una maestra fue una de las líderes en la lucha contra los marines estadounidenses que llegaban a Honduras. Hoy la lucha contra el servicio militar obligatorio, por ejemplo, lo lideran las mujeres, las madres y los jóvenes, con huelgas de hambre, movilizaciones, plebiscitos populares …

¿Se puede decir que con el golpe de Estado ha habido un salto de conciencia de las mujeres y los hombres hacia lo que es la opresión patriarcal?
Sí, ha habido un crecimiento. Hemos abierto nuestra mente, nuestros debates, nuestra capacidad de crítica, de aceptar, del respeto. Desmontar muchas de todas estas estructuras impuestas, culturales, sociales… Por ejemplo, ver la expresión de la comunidad gay, travesti y lésbica marchar dentro de la Resistencia, con toda la expresión de sus diferentes identidades, hacer sus planteamientos, cuestionar la diligencia máxima del Frente en este tema, y ??hacer que caminen juntos en las grandes manifestaciones. Es un gran éxito. ¡Porque los compañeros son machos! ¡Y caminar junto a un travesti! Esto lo ve la población y la hace reflexionar.

¿Qué evaluación hace sobre la propuesta de realización de elecciones como salida a la crisis política de Honduras?
Como COPINH, en el tema del acuerdo de Cartagena, de la reincorporación de Honduras a la OEA, de la participación en este momento por la vía electoral, hemos estado en desacuerdo. No descartamos la vía electoral. Habrá un momento en que deberá haber esta batalla. Pero en este momento, sólo porque haya vuelto Mel Zelaya y que se reconozca un brazo electoral del Frente Nacional de Resistencia no quiere decir que la continuidad del golpismo ya esté concluida. Porque hay un tema principal actual: la violación de derechos humanos. El tema de la impunidad absoluta. No hay castigo a los responsables del golpe de Estado ni a los asesinos, y sigue creciendo esta situación. Con la propuesta electoral ya hay candidaturas que se definieron. Xiomara Castro, la mujer de Mel Zelaya, es la candidata. El desafío que tenemos es: ¿a qué prácticas políticas apostamos? ¿Serán las mismas o apostamos a transformar en los hechos, no en el discurso? ¿Apostamos por un proceso refundacional por esta vía o reformas? El pueblo hondureño no quiere reformas, quiere procesos profundos para con el 70% de la gente en la miseria …

Quizá esta opción es comprensible ante el nivel de violencia por el miedo a la represión, dirigentes y cuadros políticos que han sido asesinados
¿Quien no tiene miedo? Yo en eso discrepo, porque en el Bajo Aguán han matado 50 compañeros y la lucha aquí no se detiene. La lucha contra las represas. En estos dos años hemos parado 14 megaproyectos hidroeléctricos. Hemos sacado más de 30 industrias. La presión de las transnacionales mineras es grande y no les hemos dejado entrar. Es decir, no se puede decir que porque a un pueblo le están matando deja de luchar. En Centroamérica está probado: con la intensidad de la represión es cuando los pueblos más levantan. La gente, al enfrentarse a esta situación, sabe que la pueden matar. Y si no lucha también. ¿Qué tiene que perder? Tiene su vida, su cuerpo, pero sabe en la situación que están sus hijos, sus hijas. Lo que ha bajado la intensidad del FNRP fueron los acuerdos de Cartagena, la introducción de Honduras en la OEA y concentrarse sólo en el proceso electoral.

¿Perspectivas de la Resistencia ahora?
Una es seguir con todas las luchas enfrentando todos los procesos de dominación, de militarización de represión. Seguir defendiendo derechos humanos, territorios, bienes comunes, bienes naturales, servicios públicos. Este escenario lo seguiremos teniendo. Además, construir la propuesta refundacional. Dentro de la batalla electoral, no ser absorbidos por el bipartidismo. No me refiero a los dos partidos sino a estas prácticas políticas conservadoras corruptas de demagogia y engaños al pueblo

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