Laura Pérez.
Las políticas feministas y LGTBI del Ayuntamiento de Barcelona fueron expuestas y un posterior debate dio paso a críticas y reconocimientos al trabajo realizado.
El título del encuentro ya indicaba que se trataría de un informe de gestión, en un contexto preelectoral: “Apuntes para un futuro democrático: Hacia la ciudad feminista: cuatro años haciendo camino”, suscrito con el logo de Barcelona en Común; sin embargo, la charla y el posterior debate resultaron ser de interés y muy plural por la participación de representantes de varias organizaciones sociales, donde no faltó algunos reproches críticos, así como también una valoración positiva al trabajo realizado y la autocrítica institucional.
La sesión abierta se llevó a cabo el martes 19 de febrero en el particular escenario del local de Freedonia, en El Raval, con la participación de la Regidora de Feminismos y LGTBI, Laura Pérez, que se centró en las políticas, y de la asesora de esta Regiduría del Ayuntamiento, Marta Cruells, quien hizo énfasis en aspectos más técnicos y puntuales; además de Adriana Sabaté en el papel de moderadora, ante un auditorio lleno, atento al diálogo y también participativo.
Entre las representaciones de las entidades y personas expertas en la materia, feminismos y LGTBI, se encontraban Cristina Garaizabal, activista y experta en enfoque pro derechos del trabajo sexual; Laura Macaya Andrés, directora de la casa de acogida Sirga de Surt; el representante de Crida LGTBI, Pau Canals; además de Héctor Adell de Stop Sida; de Clarissa Velocci de Genera; Rodrigo Araneda de Acathi; y Dolo Pulido de Ca la Dona.
Adriana Sabaté haciendo la presentación de la charla, al costado de Pérez y Cruells.
Asistentes muy atentos a la explicación.
Músculo y resistencias
Al comenzar su intervención, Laura Pérez dijo que quería compartir, en ese “espacio de confianza” con representantes de diversas organizaciones, no sólo lo avanzado en materia de política feminista y LGTBI en el Ayuntamiento, sino también los problemas surgidos y las diversas resistencias que existen al interior del aparato administrativo municipal.
Entre los avances, se refirió a la “creación de un músculo” funcionarial de personas comprometidas y conocedoras del tema, proceso de internalización y aprendizaje que en cuatro años dio lugar a que hoy el Ayuntamiento cuente con 98 expertas en distintas áreas; habló del Plan de Justicia, con más de mil intervenciones, y donde además se establece una diferenciación entre mujeres y LGTBI.
Si bien ese “músculo” puede resultar importante a la hora de establecer políticas, en los hechos y el día a día, las mujeres y personas LGTBI se topan con un funcionariado que a veces no está lo suficientemente preparado para atender temas de violencia, procesos migratorios o dificultades de una persona trans, fueron algunos de los puntos señalados por Garaizabal, Araneda y Adell, cada quien haciendo énfasis en el sector con el que trabaja.
Macaya, por ejemplo, explicó que cuando una mujer o LGTBI se haya en una situación muy difícil de violencia y acude a una oficina pública en busca de ayuda, la decisión que tome el funcionariado le afectará en su futuro, por lo que no es posible que hay personas atendiendo que no sepan tratar este tipo de casos.
Laura Pérez explicó que pese al avance en política feminista y LGTBI en el Ayuntamiento, persisten resistencias de personas que, ya sea por estar acostumbradas a una manera de trabajar o por ideología, resultan difíciles de vencer, lo que “nos crea frustraciones”; sin embargo, se trata de decisiones tomadas y que se aplican poco a poco, se hace todo el esfuerzo por generalizarlas y para lograrlo “nos hace falta más tiempo”, añadió.
La Regidora hizo énfasis en la transversalidad de las políticas feministas y LGTBI, proceso en el que se establecieron alianzas y también se encontraron muchas resistencias en distintos niveles y áreas.
Parte de la representación de las entidaes y personas expertas en Feminismos y LGTBI.
Política económica
Se ha buscado que el municipio de Barcelona tenga un presupuesto con visión de género, para lo que se ha ido revisando sus distintos apartados y se ha logrado analizar y modificar en un 42%; siendo, en general, el objetivo el de establecer políticas feministas muy consolidadas que sean difíciles de modificar posteriormente, aseguró Laura Pérez.
Marta Cruells explicó a su vez algunos aspectos de la política económica que desde el Ayuntamiento se ha buscado llevar a cabo, enfocada en lograr para las mujeres más ocupación y menos precariedad; respaldando y acompañándolas, además, a quienes se encuentran en los sectores masculinizados y buscando revertir esa situación.
Es el caso de la ciencia y las TICs, donde es evidente la segregación por género, por lo que se han centrado en trabajar en las escuelas, así como en otros espacios como Barcelona Activa, que llega a más barrios y abarca a más sectores, y con las empresas, ya no desde un punto de vista de trabajar con las mujeres directivas, que se hacía anteriormente, sino con otros niveles profesionales.
Pérez habló de la brecha salarial entre hombres y mujeres en el Ayuntamiento, aspecto en el que se ha trabajado en una “radiografía interna” para dar, además, ejemplo y exigir esta igualdad en las empresas proveedoras.
En el área de cuidados se ha buscado mejorar los presupuestos con la idea de hacerlos vinculados a los derechos, tanto de la persona que cuida sin retribución o con ella, que en muchos casos son mujeres migradas, como en las personas que las reciben.
Pérez y Cruells haciendo la explicación de las políticas del Ayuntamiento de Barcelona.
Sala plena.
Contra la violencia
Las representantes del Ayuntamiento dieron relevancia al trabajo realizado para enfrentar a la violencia machista y LGTBIfóbica al que ha ido destinado el grueso del presupuesto del mandato de Ada Colau, con 9,2 millones de euros en 2018, que representa un incremento del 95% de años anteriores.
Este presupuesto fue destinado principalmente a ampliar personal que trabaja en estas políticas; en vivienda, doblando el número de pisos destinados a personas en situación de supervivencia de la violencia; y en subvenciones, que en “una ciudad muy viva” como Barcelona no llegan a todos los sectores que las demandan.
Para quienes representaban a las distintas organizaciones sociales, el trabajo realizado nuevamente tiene el problema de la atención a quien sufre violencia. Macaya dijo que es imprescindible “deshospitalizar la violencia sexual”, que su atención no puede partir de ese espacio sino de uno más amplio y que tome en cuenta otros aspectos.
Desde el público, Montserrat García, de la organización Cepaim que trabaja con personas migradas, se refirió a la invisibilidad de las personas extranjeras y sin papeles que muchas veces sufren violencia y, salvo una atención puntual de emergencia, no tienen un lugar a donde acudir. La atención a personas migradas, especialmente mujeres y LGTBI, ha sido un punto de reclamo de parte de las organizaciones Acathi y Stop Sida, fundamentalmente.
Pérez anunció la creación de una mesa política que establecerá circuitos de actuación en los que se involucren diversas áreas para abordar el tema de la violencia, entre otros aspectos.
Cartel de invitación a la charla.
Políticas LGTBI
Cruells admitió que en cuanto a políticas LGTBI no se ha podido avanzar lo esperado, “hemos estado lentas” por una serie de factores adversos, “hubo programas que se quedaron un poco parados” y explicó que el contexto político fue un factor limitante.
Es precisamente en las políticas LGTBI donde se registraron las críticas más intensas. Araneda de Acathi afirmó que inclusive le resulta doloroso que se haya producido la desaparición de los pisos LGTBI para personas refugiadas o que sufren violencia intragénero. “No damos con un servicio que pueda dar respuesta a este fenómeno, pese a que es algo existente desde hace tiempo”, dijo.
La asesora de Regiduría señaló que lo importante es que se definió un modelo de criterios que se debe utilizar, que incluye aumentar personal, para tratar el tema tanto en el ámbito sanitario, como en otros programas que ofrezcan salidas, uno de ellos Barcelona Activa.
Pérez agregó que en todo este tiempo se buscaron alianzas, trabajar en base a ellas, y con pedagogía; sin embargo, es algo que toma tiempo y su solución no es de un día para el otro.
En cuando al trabajo sexual, dijo que en un contexto político difícil se hizo lo posible por defender los derechos y se revisó la normativa, la ordenanza de civismo, y especialmente se buscó escuchar a las mujeres en sus demandas.
Reconocimiento
Si bien hubo críticas, la mayoría de las entidades y personas expertas valoraron positivamente el trabajo realizado desde el Ayuntamiento, reconociendo que el hecho que se haya creado una Regiduría específica para tratar feminismo y LGTBI, que se haya incrementado el presupuesto y ampliado el número de personas que trabajan en la materia y que ésta se busque sea transversal y coordinada entre diversas áreas.
“Hay que reconocer que se hizo política institucional… el punto de la transversalización es muy importante, así como el poder interno de una Regiduría”, dijo Velocci que pidió, como forma de posible solución a temas pendientes, que a las entidades y personas expertas que trabajan en feminismo y LGTBI se las convoque “desde el inicio y no sólo como evaluadoras”.