Per Leonor Sedó
eMagazine 39ymas.com
‘PintorAs’ surge de la necesidad de encontrar a las mujeres artistas, a la otra mitad de la historia del arte. Jamás podríamos haber imaginado que serían tantísimas y tan increíbles a nivel vital y artístico.
‘PintorAs’ (Editorial Paidós 2024), de Sara Rubayo y Ana Gállego, es el resultado de la búsqueda y ordenación cronológica de todas las mujeres que se dedicaron de manera profesional a la pintura a lo largo de la historia y de las que apenas habíamos oído hablar porque no se incluyeron en la Historia del Arte durante su construcción en los siglos XVIII y XIX.
El proyecto ‘PintorAs’ surge de la necesidad de encontrar a las mujeres artistas, a la otra mitad de la historia del arte, de dar más información al tópico de que las mujeres no pintaban, o de que han sido pocas y de poco talento. Jamás podríamos haber imaginado que serían tantísimas y tan increíbles a nivel vital y artístico.
El trabajo, recogido en dos volúmenes. ofrece un listado organizado de todas las biografías de pintoras desde que tenemos registros con el objetivo de que sean estudiadas, reconocidas e incluidas no solo en el ámbito académico sino en el imaginario cultural colectivo.
La premisa de Sara Rubayo siempre ha sido «todas dentro y ninguna fuera», por corta que fuese su biografía. Así, en ‘PintorAs’, descubrimos una obra viva y en constante crecimiento donde podremos darle el merecido reconocimiento a todas aquellas mujeres que han contribuido a nuestra cultura con su talento.
Algunas de las artistas visibilizadas en ‘PintorAs’
Marcía Severa de Cicico (116 a.C. – 27 a. C.)
«Artista multidisciplinar muy considerada en su época que, según nos cuenta Plinio el Viejo, Marcia destacó por su enorme habilidad artística, que le hizo vender su obra a precios mucho más altos que otros pintores. […]
Fue una pintora famosa sobre tabla y una grabadora sobre marfil, especializada en retratos femeninos y se dice que se mantuvo soltera y se mudó a la ciudad de Roma para poder llevar a cabo sus creaciones artísticas.
Realizaba obras propias en diferentes disciplinas artísticas como la escultura y la pintura, manejando con gran dominio la encáustica y el fresco.
De hecho, trabajaba con tanta velocidad que sus competidores masculinos, Sopolis y Dionysius, jamás llegaron a alcanzarla». p. 14.
Herrada de Landsberg (1130 – 25 de julio de 1195)
«En 1165, se encontraba en el Convento de Mont Sainte-Odile Abbey y allí comenzó a escribir en latín y alemán, y a ilustrar un compendio de todo el conocimiento de su época, desde la teología hasta la literatura, pasando por la filosofía o la música.
La obra contenía textos, poemas, canciones, partituras y 336 ilustraciones. Herrada tardó veinte años en realizar esta enciclopedia pictórica que se llamaría ‘Hortus deliciarum’ (‘El jardín de las delicias’), para que sirviera en términos pedagógicos a las jóvenes novatas del convento.
Además de eso, el ‘Hortus deliciarum’ sería la primera enciclopedia escrita e iluminada por una mujer, convirtiéndose en uno de los manuscritos iluminados más célebres de su época gracias a lo completa que es la obra y, en concreto, a la técnica tan imaginativa y extraña de sus ilustraciones». p. 22
Madelaine Françoise Basseporte (28 de abril de 1701 – 6 de septiembre de 1780)
«De niña se quedó huérfana de padre y su madre, viendo su gran habilidad para el dibujo, la alentó para que explotara su talento artístico.
A falta de museos, galerías y academias públicas donde aprender, cuando Madeleine tenía diez años se ganó la confianza de uno de los guardias del Hôtel de Soubise, hoy sede de los Archivos Nacionales de Francia, que le permitía entrar a primera hora para copiar las obras expuestas en su galería.
Más adelante obtuvo permiso para entrar en la galería del Palacio Real, donde continuó diariamente con la misma rutina hasta los dieciséis años. […]
Fue alumna de Claude Aubriet (1651-1742), el pintor botánico real a quien sucedió en 1735, convirtiéndose en la primera mujer en ocupar el cargo de pintora oficial en los jardines botánicos del rey en París.
Puesto que mantuvo hasta su muerte y que la obligaba a proporcionar doce pinturas al año a la Corona, la mayoría de las cuales se conservan en el Museo Nacional de Historia Natural de París.
Trabajando para la Corona, el rey Luis XV también le encargó que instruyera en la pintura de flores a las princesas, trabajo que desempeñó de 1735 a 1741″. pp. 15-16
Las autoras
Sara Rubayo, es Licenciada en Historia del Arte, con máster en coordinación de exposiciones. Cansada de los grises discursos académicos y del tono soporífero con el que se acostumbra a transmitir esta materia, decidió compartir con el resto del mundo su forma de entender la historia del arte.
En 2015 abrió su canal en YouTube donde acerca la Historia del Arte a personas de todas las edades de forma divertida, pero rigurosa y cuenta ya con más de 100.000 suscriptores.
Investiga, escribe, comunica, graba, edita y difunde contenido de calidad que va desde los grandes clásicos de la pintura hasta las últimas tendencias del arte.
Su labor divulgativa se centra también en Instagram y Twitter dónde comparte post, stories e hilos en torno al arte desde puntos de vista originales.
Pone especial atención al rescate de mujeres a las que la historia del arte había relegado a un segundo plano. El resultado es ‘PintorAs’, fruto de la búsqueda y ordenación cronológica de artistas mujeres.
Es profesora de Historia del Arte, realiza visitas guiadas a museos, asesora a artistas contemporáneos, y da charlas y participa en mesas redondas de universidades y centros culturales sobre la divulgación cultural en redes. Además, colabora habitualmente en distintos medios de comunicación.
Ana Gállego Palacios, nacida en la localidad pirenaica de Jaca, estudió Geografía e Historia en la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) y cursos específicos sobre la mujer en el arte, como ‘Historia del Arte a través de las mujeres artistas’, cursado en 2019 en la Universidad de Burgos.
Gállego, usa principalmente en su trabajos artísticos la pintura acrílica y en ocasiones, la técnica mixta de acrílico con óleo o pastel, texturas con arenas y polvo de mármol, en soportes variados como lienzos, tablas y papel.
Amante de la pintura y de la Historia del Arte, se une al proyecto impulsado por Sara Rubayo en 2018 y acepta con entusiasmo el apasionante reto de investigar con rigor a tantas mujeres pintoras desconocidas que han quedado orilladas de la historia.
‘PintorAs’, es una operación de rescate de pintoras, y Ana Gállego se une al proyecto movida por el convencimiento de que «el trabajo de tantas mujeres, sus vidas, sus creaciones… no podía quedar en el olvido».
«Con algunas de ellas —confiesa— me he emocionado al pensar en sus enormes esfuerzos para poder llevar a cabo su trabajo y su pasión y en la injusticia que la historia ha cometido con ellas».
«Fueron olvidadas, ocultadas, suplantadas y hasta desprestigiadas por el mero hecho de ser mujeres», se lamenta la co-autora.
Fuentes: Editorial Paidós, Editorial Planeta, sararubayo.com y mujeresartistasrurales.es
Origen de las imágenes: Portadas libros Sara Rubayo: sararubayo.com
y Ana Gállego: mujeresartistasrurales.es