miércoles 24 abril 2024

miércoles 24 abril 2024

Mujeres migrantes también reivindicaron sus derechos

 

Sonia García

 

OPINIÓN

Casi de última hora decidí marchar con las Mujeres Migrantes en Barcelona. Vivo en Barcelona hace quince años, pero aún me identifico con “nosotras, las migrantas”, quienes padecemos racismo y discriminación.

 

A veces se me olvida que soy extranjera, aunque tenga nacionalidad española. Se encargan de recordármelo las mismas mujeres que trabajan en algunos almacenes, aunque reconozco que cada vez más me confunden con una turista recién llegada de México.

Me consuelo pensando que peor les va a las mujeres que realizan trabajos domésticos o sexuales, las que son lesbianas o transexuales. Por esta razón el 8 de marzo, muchas de ellas alzaron sus voces para denunciar y exigir la abolición de la Ley de extranjería, a la que consideran racista y criminal, se manifestaron para demandar que se eviten las redadas racistas, las deportaciones y las violencias que atraviesan a las desplazadas y solicitantes de asilo o refugio.

En un manifiesto previo, que hicieron llegar a los medios de comunicación, denunciaron la estrategia utilizada para convocar esta gran manifestación porque – según ellas – continúa atrapada en los marcos eurocéntricos blancos que, en sí mismos, imposibilitan construir la unidad de la que hablan, puesto que entienden la racialización como un problema secundario y la niegan e invisibilizan.

Al principio pensé que era exagerada esa posición, pero el jueves que marchamos tuve ocasión de comprobarlo. Existe un predominio natural y una falta de visibilidad de un problema que está en la génesis de nuestras sociedades. Íbamos en segundo término de las organizadoras de la impresionante e histórica marcha en Barcelona y parecía que no existíamos.

Ese grupo de mujeres también habían hecho un verdadero esfuerzo para abandonar ese día sus trabajos, con riesgo de que las despidieran, porque muchas de las asistentes a la manifestación no tienen derecho a huelga. Pero a muy pocas personas parecía importarles. Algunas nos quitaban del sitio, se ponían delante de nosotras, nos obstruían el paso. Nos volvían a menospreciar. Tuvimos que hacer grandes esfuerzos para que no fuera arrollada nuestra gran pancarta escrita en catalán que decía: “Dones migradas fem vaga” (Mujeres migradas hacemos huelga).

La huelga, afirmaron los medios, fue un hecho histórico por la gran participación de mujeres de diferentes partes del mundo pero en las noticias de los medios de comunicación, sobre las mujeres migrantes, no he visto comentarios. Supongo que vendrán después, cuando se reflexione sobre la jornada del jueves pasado.

Ese día experimenté que nos falta mucho por aprender. A todas, a nosotras, las migrantes y a las que son blancas y nacieron en este viejo continente que parece que se está despertando otra vez.

Las mujeres migradas cuestionaron-cuestionamos algo que vale la pena por lo menos repensar: la emancipación de las mujeres blancas a costa de las que provienen de otros países sobre todo del tercer mundo. Es necesario visibilizar que el sistema de cuidados está atravesado por el patriarcado, el racismo y la colonización, que es sostenido por mujeres migradas y empobrecidas.

Por eso es que en esta ocasión exigieron/mos la inclusión en el régimen general a las trabajadoras del hogar y el pleno reconocimiento de sus derechos y beneficios sociales. Ahí, en medio de tantas mujeres con rasgos diferentes, pero que han nacido en este país, quisieron resaltar la violencia sistémica que se hereda de generación en generación.

Duele vivir en esta sociedad que también está harta de que las migradas hablemos de racismo, sexismo y clasismo, pero cómo evitarlo. Como dice el comunicado de la Comissió de Dones Migrades: “que el discurso y la práctica política feminista sirva para la emancipación de todas las mujeres: negras, gitanas, latinas, refugiadas, desplazadas, indígenas, asiáticas, kurdas, árabes, musulmanas, del Este, trabajadoras sexuales, mujeres empobrecidas, lesbianas, transexuales, diversas funcionales, ancianas, niñas y blancas…”.

¡Juntas cambiaremos el mundo!!!

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Drina Ergueta

Drina Ergueta

Periodista y antropóloga. Comunicación y feminismo son sus temas predilectos desde hace más de una década. Articulista en medios bolivianos y portales feministas de España/México.
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