Aura Lolita Chávez Ixcaquic, presidenta del Consejo de los Pueblos K’iche’, para la Defensa de la Vida, la Madre Naturaleza, la Tierra y el Territorio de Guatemala, presentó en Barcelona el libro Mujeres indígenas: cuerpos, territorios y vida en común, unas amplias reflexiones sobre la situación de las mujeres indígenas y los territorios comunitarios en su país.
El Consejo de los Pueblos K’iche’ presidido por Lolita Chávez, es una organización que agrupa a las comunidades indígenas K’iche’, que se organizan para proteger sus tierras, sus recursos y su territorio, ante las políticas neoliberales del Estado guatemalteco, que ha dado vía casi libre a las empresas transnacionales (ETN) para que se lleven sus recursos naturales y minerales, sin dejar regalías importantes en el país. Lolita Chávez es, además, una educadora maya k’iche’ que, como defensora de los Derechos de las Mujeres, explicó cómo lo abordan en sus comunidades.
Lolita Chávez y Lola Badenes, responsable de Género de ACSUR Catalunya
Reciprocidad y diálogo de saberes
La charla, realizada en la sede de la federación catalana de ONG, se organizó en semicírculo ‘porque me da mejor energía’ afirmó Lolita Chávez, que dijo sentirse “nerviosa al estar fuera de su territorio” pero también planteó la “reciprocidad”, que “significa que nos ayudemos mutuamente y aprenderemos” juntas y juntos, a través de un “diálogo de saberes”.
“Estamos en el tiempo de los pueblos y desafiando el sistema” y en concreto, a las empresas trasnacionales, por eso me llaman ‘la conflictiva o la bochinchera’, explicó Lolita Chavéz. Se refirió a su mirada sobre ‘la cosmovisión’ que, según indica también en el libro, es la amalgama de “pensamientos, prácticas y sentimientos” que forman parte de la propia “historia y herencia, que nos hace comprender el universo y relacionarnos con los territorios, tiempos y ambientes”, que, más que espacios físicos, son “elementos existenciales que dan vida a un pueblo y a la colectividad y nos vinculan con los ancestros y con nuestras abuelas y madres”. Estos lazos incluso “unen a personas, pese a no vivir en su lugar de origen”.
Abya Yala, el continente americano
Abya Yala –una zona de Panamá y Colombia antes de la llegada de Cristóbal Colón– era el nombre que identificaba al continente, según Lolita Chávez. Significa “tierra en plena madurez” y “las mujeres indígenas lo reconocemos y reivindicamos” como una forma de “descolonización del pensamiento”.
La educadora maya k’iche’ tuvo un recordatorio para el presidente Jacobo Arbenz, ahora cuando se cumplen los 60 años de su derrocamiento, en 1954, por un golpe de Estado militar (auspiciado por Washington, patrocinado por la bananera United Fruit Company y ejecutado por la CIA, la Agencia de Inteligencia estadounidense), por haber realizado en aquel continente la primera reforma agraria.
También se refirió a las “violaciones sexuales sistemáticas” contra las mujeres indígenas itxiles, uno de cuyos actores fue el actual presidente Otto Pérez Molina, (capitán durante 1982-83, que estaba a las órdenes del general Efraín Ríos Montt, condenado a 80 años por genocidio en 2013, en un juicio anulado, -por presiones de los poderes fácticos y empresariales de aquél país- que deberá repetirse el próximo mes de enero por otros Tribunales especiales).
Mesa redonda del debate. A la izquierda, la directora de la ACCD, Marta Macías
Múltiples opresiones y racismo
A partir de ahí, Lolita Chávez empezó a reivindicar “el feminismo desde adentro, que es el que genera cambios en el poder”. Denunció múltiples opresiones y racismo en Guatemala, y explicó alguna anécdota por la que se creó el apodo de ‘bruja’, pero también resumió su experiencia en las propias comunidades, donde también existen “imposiciones patriarcales” de sus compañeros.
Ahora nosotras “estamos conociendo la sexualidad como territorio de poder” por eso los hombres mayas nos llaman “mayas traidoras” y “nos violentan y nos violan” por nuestras acciones. Nosotras “desafiamos al sistema desde la sexualidad, con un sentido placentero; es el derecho a decidir sobre nuestro cuerpo. No es no, le decimos a nuestro compañero de cama; este es mi territorio, como la madre tierra” lo es a la comunidad.
“Vincular las luchas nos están dando fuerza, -continuó esta activista indígena- porque hemos descubierto que los hombres, las iglesias y los gobiernos tienen complicidades en la sexualidad” de las mujeres.
En el libro Mujeres indígenas: cuerpos, territorios y vida en común, que ha aparecido en la Colección ‘Feminista Siempre’ de ACSUR Catalunya, Lolita Chávez expone extensamente estas estructuras patriarcales, el racismo del estado guatemalteco y cómo han declarado territorios libres de las empresas transnacionales a sus comunidades, al propio tiempo que “queremos también que esos mismos territorios se declaren libres de violencia contra las mujeres”.
