A LA OPINIÓN PÚBLICA
Desde hace 12 años, en el país se observa una sistemática violación del Estado laico, cuyos efectos más graves ha vulnerado los derechos de las mujeres, principalmente en aquellas que sobreviven en la pobreza y en la desigualdad más aguda. En 17 entidades se han impuesto legislaciones dictadas por el Estado Vaticano en todo el mundo para negar los derechos sexuales y reproductivos, violentando la soberanía de los países y los compromisos de derechos humanos expresados en distintos tratados internacionales, como los de Cairo, Beijing y la CEDAW.
Chihuahua, Sonora, Baja California, Morelos, Colima, Puebla, Jalisco, Durango, Nayarit, Quintana Roo, Guanajuato, San Luis Potosí, Yucatán, Querétaro, Oaxaca, Chiapas y Tamaulipas han sido doblegados para obedecer normas y políticas que se traducen en la muerte, cárcel y vigilancia obstétrica de miles de mujeres, muchas de ellas indígenas y adolescentes, que son obligadas a la maternidad forzada; en otras 8 entidades pende la amenaza de aprobarse situaciones similares. Mientras los últimos datos censales dan cuenta del creciente fenómeno de embarazo adolescente, México no cumplirá la Meta del Milenio relativa a la reducción de la mortalidad materna en tres cuartas partes para el 2015 y acceso universal en salud reproductiva.
Lo anterior demuestra la claudicación del Estado mexicano, a través de los Poderes de la Unión para hacer cumplir las garantías constitucionales, ya que también las decisiones de la Suprema Corte de Justicia de la Nación han dejado en la ambivalencia la laicidad del Estado mexicano, cuando es una herencia histórica y un imperativo ético para el avance democrático.
Es evidente la intención de engañar cuando se trata de imponer en la reforma al artículo 24 Constitucional, un concepto como el de “libertad religiosa” para sustituir el término correcto de libertad de pensamiento, conciencia y de religión, que es el aplicado realmente en los tratados internacionales de derechos humanos, y cuyo significado y connotación son muy distintos al que le quiere dar la jerarquía católica. Por eso hacemos un llamado al Senado, para que se use el concepto correcto y no otro.
No aceptamos que nuestros derechos humanos y libertades personales sean negociados en lo obscuro y privado de una reunión del titular del Ejecutivo federal con el jefe del Estado Vaticano, que es el más antidemocrático, totalitario y letal del mundo.
Está claro que al señor Ratzinger le interesara destruir nuestra democracia y viene expresamente a entrometerse e intervenir en las decisiones políticas que sólo le corresponde tomar a la ciudadanía mexicana. Viene a imponer su agenda mortal contra las mujeres y quienes no cumplen con la sexualidad hegemónica, y a entronizar a la pederastia como un nuevo sacramento.
Denunciamos que el Estado mexicano está utilizando indebidamente los escasos recursos públicos para la visita del máximo exponente de las juventudes nazis, ahora jefe del Estado Vaticano, en detrimento de millones de mexicanas que viven en la más extrema pobreza, discriminación y violencia.
Por estas razones, no aceptamos que la información relativa a su visita sea reservada y nos unimos a todas las otras voces libres y sumamos a las movilizaciones que se han alzado por considerar su visita como
NO GRATA.
¡Alto a la criminalización de las mujeres por abortar!
¡Libertad inmediata a las mujeres presas por abortar!
¡Respeto del Estado laico!
¡Despenalización del aborto en todo el país!
PACTO NACIONAL POR LA VIDA, LA LIBERTAD Y LOS DERECHOS DE LAS MUJERES
Marzo 2012