jueves 07 noviembre 2024

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Las co-responsabilidades de la desinformación

Fuente periodística es todo aquel emisor de datos del que se sirven profesionales de los medios de comunicación para elaborar el discurso narrativo de su producto informativo. Es cualquier entidad, persona, hecho o documento que provee de información a el o la periodista para que tenga elementos suficientes para elaborar una noticia o cualquier otro género informativo. 

Es cierto. Los medios generalistas están deshaciéndose de su personal y si antes ya era difícil estar presentes en el momento en que se desarrollan los acontecimientos, ahora ya es casi un milagro tener reporteros a pie de calle, buscando y elaborando, desarrollando e investigando.

Eso ya es una quimera que corresponde con el periodismo de antaño. Lo de hoy es un “corta y pega” desde las fuentes más diversas: notas de prensa sin contrastar y de orígenes desconocidos, entrevistas en base a preguntas enviadas online con días (a veces semanas) de antelación y sin preguntar quien “realmente” da las respuestas, agencias de noticias que no hacen sino un eco sordo de las noticias internacionales y un “corre-que-te-pillo” de notas varias donde quienes cubren la noticia suelen ser personas mal pagadas, menospreciadas, buscando especialización sin lograrlo ante cascadas de acontecimientos, personas becarias maltratadas y vilipendiadas, etc. Hoy por hoy, existen noticias que con suerte han logrado ser entendidas por el personal.  

La mayoría de acontecimientos noticiosos no son previsibles y si antes sólo una casualidad podía hacer que el o la periodista fuese testigo presencial, hoy esta situación se ha convertido en una especie de milagro. Por lo mismo, en los medios de comunicación -sobretodo en la prensa escrita- se debe recurrir por fuerza a otras fuentes.

Efectivamente, con esta joya llamada Internet, las posibilidades de diversificar las fuentes de uno u otro tipo crecen de manera exponencial, pero así también, aumentan los peligros ante la selección y jerarquización de aquellas fuentes y su fiabilidad. ¿cómo se contrastan los datos y se asegura que son correctos para generar una información veraz?  

En estas últimas semanas han aparecido diversas situaciones más “molestas” de lo usual por decirlo de una manera fácil,con las que -como profesional de las comunicaciones- mi orgullo ha sido herido de las más diversas maneras.

Una de estas maneras es que la crisis ya no sólo se nota en los despidos de colegas, reducciones de jornada y/o salarios, etc., sino que se hace patente el decaimiento tanto de forma como de fondo de los contenidos de los medios generalistas, sobretodo, en prensa escrita, que es donde mejor se pueden ejemplificar errores y malas prácticas periodísticas, más por registro histórico que por comparación con otros medios. Un ejemplo claro es la utilización de titulares amarillistas como ganchos inescrupulosos para hacer llamativa una noticia: domingo 13 de enero El Periódico publica “La monja Forcades atribuye el cáncer de Chávez a su entrega política que ha puesto “en riesgo la vida biológica”. ¿cómo se ha de leer esto? Por supuesto, fui a leer la noticia y por suerte, el titular no era sino un pésimo anzuelo para adentrarnos en el contenido. Y esto me recordó también otras situaciones no muy lejanas en el tiempo y relacionadas entre si.

Hay dos maneras de abordar una noticia: la mala y la buena  

Desde los medios, a veces se utilizan informaciones que son realmente esperadas con ansia por ciertas poblaciones. Las relativas al VIH/sida son ejemplo claro de manipulación, ignorancia profesional y desinformación permanente.

A principios de este mes (ej: EUROPA PRESS – Jueves, 3 de Enero de 2013), se presentó “una vacuna frena la replicación del virus del sida de forma temporal”. La bajada del título decía “La terapia no cura totalmente, pero logra reducir en más de 3 veces la carga viral”. Según la noticia, “esta vacuna -capaz de controlar la replicación del virus de forma temporal- es una nueva estrategia que, aunque no supone una curación total, sí representa un paso más en la búsqueda de una solución definitiva para una enfermedad que afecta a entre 25 y 30 millones de personas en todo el mundo”. Hasta aqui, vamos bien.

La noticia se obtuvo a través de rueda de prensa. Josep Maria Gatell y Felipe García explicaron la investigación, que de las 24 personas infectadas por VIH el tratamiento fue efectivo en el 95% de los casos. Tan importante como el avance de esta vacuna es una parte que desgraciadamente está más casi al final, después de la explicación de cómo funciona la vacuna: Gatell, el director de la investigación, dice que la vacuna es INSUFICIENTE, pues la reducción del virus se produce durante cerca de un año (especialmente a partir de la semana 14), pero el virus vuelve a hacerse presente de forma paulatina. Por esto, el proyecto “no seguirá adelante, porque no cura”, pues lo ideal es lograr una carga retroviral indetectable. Eso si: la vacuna presentada es científicamente importante porque abre la puerta a estrategias más completas que las actuales.

Esta noticia también deja claro que la nueva vacuna representa un paso más en los resultados presentados en 2005 y 2010, aunque no se ha logrado la curación funcional que permitiría retirar los tratamientos antirretrovirales sin que el VIH vuelva a rebrotar. Es decir: en ningún caso se puede reemplazar el tratamiento antiretroviral por esta vacuna. Hasta aquí, todo claro.

A partir de esta nota y similares, surgen titulares como “Una vacuna experimental controla el VIH hasta un año” (el país, 2 de enero), “Investigadors catalans troben una vacuna terapèutica que s’acosta a la curació funcional de la sida. La vacuna evitaria que els malalts de VIH haguessin de seguir tractament antiretroviral tota la vida” (acn, 2 enero), o esta joya: “Una vacuna española contra el sida aparca los fármacos durante un año. Los investigadores confían en que, con otras inmunizaciones, pueda lograr evitar los antirretrovirales” (Granada Hoy, 8 enero).

A veces, de la rigurosidad de la labor periodística dependen muchas cosas, incluso la vida. Al olvidar señalar (en la mayoría de notas que hacen referencia a la noticia) que la prevención sigue siendo el único método conocido y eficaz para mantener a raya el VIH/sida en la población, y dar luces de artificio con la novedad de una vacuna experimental en la que no se seguirá investigando debido a que los resultados no son los deseados, aunque encaminen a la comunidad científica hacia nuevas investigaciones, es irresponsable y se atenta contra la salud y la vida de muchas personas.

Además, se olvidan situaciones de precariedad actual de muchas personas a las que ahora y mañana se les está negando el acceso a la salud: no se deben olvidar mensajes como que la detección es prevención y el que los tratamientos son una parte clave de la prevención. La rigurosidad va más allá de interpretar datos o de utilizar 3 o 4 conceptos que nos suenen “rigurosos” en términos científicos: la rigurosidad es saber leer entre lineas, dar a la población un análisis o los elementos para hacerlo: ¿que pasa con los ARV que hoy son genéricos y no diferentes para cada persona infectada con el VIH? o más aun: ¿que pasa, cuando desde una organización que nadie conoce se lanza la bomba informativa de que Catalunya es donde se producen el 61 % de los nuevos casos de contagio de VIH entre hombres homosexuales, siete puntos por encima de la media de España?

Esto, leído de manera parcial podría ser interpretado como “fracaso de los planes de prevención”, tal y como se lee en la nota publicada por EFE y tomada por medios como El Periódico de Catalunya. “Cataluña es el ejemplo arquetípico del fracaso de las políticas de prevención del VIH/SIDA tradicionales aplicadas por diferentes instituciones públicas y ONG durante los últimos años”, denunciaban desde Andalucía.

Pero la realidad es bastante distinta. Han tenido que salir las entidades catalanas a defenderse de la desinformación con todas sus letras. Incluso la misma Generalitat hace una respuesta contundente: no es que en Catalunya haya más contagios o más casos, sino que es donde más se detectan, porque hasta ahora, existen programas de prevención y detección que no existen en la mayoría de comunidades autónomas de la península.

El eco en los medios generalistas de estas notas “de prensa” delirantes y la no profundización en temáticas tan delicadas como la salud de las personas, hacen que personas como yo confiemos cada vez menos en los medios generalistas, porque se están llenando vacíos informativos con burbujas envenenadas, consciente o inconscientemente.

A quienes ejerzan el periodismo desde esos campos de batalla que son los medios masivos, un mensaje: vigilad. De ustedes dependen conciencias, pero también vidas.

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Fabiola Llanos

Ecofeminista. Periodista i comunicadora social xilena / catalana. Especialitzada en imatge, arts gràfiques, producció audiovisual, neurolingüística i drets de les dones. Vaig parir La Periòdica. Co fundadora de La Independent.
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