Per Montse Fernández Garrido*
Resulta difícil, por no decir imposible, no emocionarse, no sonreír, no disfrutar, no proponerse ser mejor persona, no soñar y no pensar en una sociedad mejor, leyendo Los colores de la nieve. Una historia de lirismo y verdad, publicada por Valparaíso Ediciones.
Es la primera novela, que no el primer libro, puesto que este autor ya cuenta con varios publicados, que van desde el ensayo a la biografía de su admirado Saramago. Se trata de un granadino ilustre, un hombre joven muy conocido, no sólo en su tierra, sino también allende los mares, Juan Pinilla, cantaor, músico, columnista, actor, ensayista, traductor e investigador. En definitiva, un artista brillante y polifacético. Un hombre culto, políglota, sensible, luchador por causas justas y muy amigo de sus amistades. Un joven que defiende, como hacemos desde el feminismo, la ética de los cuidados, aplicándosela él mismo en su trato con el emigrante, con su novia, con sus familiares y con sus amigos.

Tiene Pinilla diversos premios, sobre todo por su música: “Lámpara minera del Festival del Cante de las Minas 2007” (el mayor galardón español de cante jondo), y en 2014 fue nominado al Grammy Latino en categoría de Flamenco, junto a Fernando Valverde, por “Jugar con fuego”. También fue nombrado en 2016 Hijo Predilecto de la Provincia de Granada y en 2017 recibió el premio Periodismo y Comunicación de la FAC en Barcelona. Es un hombre que ha alternado estudios universitarios con colaboraciones en prensa escrita y giras por más de treinta países.
Cuando el Presidente de Uruguay, Pepe Mujica, anunció que estaba gravemente enfermo, fue a regalarle sus canciones y se fundieron en un abrazo de los que se dan los hombres tiernos y luchadores, revolucionarios.



Su primera novela está ambientada en su Granada natal, entre los siglos XX y XXI: Un joven negro llega en patera, y se acerca nadando a la costa granadina. Viene de un país africano muy lejano donde se conculcan los derechos humanos y el joven viene huyendo de ello. Se encuentra con una ciudad más conservadora de lo que él creía y pasa por muchos y difíciles problemas hasta encontrar a un universitario que le ayuda, en principio por unos días y hasta que pueda encontrar mejor cobijo. Acontecimientos inesperados y grandes sorpresas para las personas lectoras. Los protagonistas viven diversos dilemas y experiencias que jamás habían pensado tener.
El autor mezcla en su novela situaciones personales, familiares, y cuestiones sociales, esto es, lo íntimo y lo colectivo. Amistad, solidaridad, lucha por cambiar el mundo, para mejorarlo, y homenajes, a una profesora de literatura que ha sido una gran revolucionaria , duramente represaliada por la dictadura franquista, y a Domingo Malagón, el luchador madrileño, conocido como el “falsificador del PCE”, que en 1976 volvió a pisar tierra española, tras su exilio en Francia desde 1939: un viejo comunista, que ante la sublevación de los militares, se incorporó al Quinto Regimiento, siendo herido en noviembre de 1936. Pintor, que durante los años de dictadura franquista, siendo un gran virtuoso, preparaba con excelencia la documentación falsa para los luchadores que estaban en peligro. Él mismo dijo, al volver de su exilio, tras pasar por campos de concentración, que, de haberse dedicado solo a la pintura, hubiera podido ser un artista de éxito y reconocimiento, con el aplauso del público, pero que escogió luchar por sus ideales, con la mayor discreción posible.
Dice sobre esta novela un amigo granadino, también luchador como Pinilla, licenciado en historia y maestro de escuela ya jubilado: “Ha sido una gozada pasear con Wadima y Samo por tantos rincones de Granada y recordar mis años de estudiante en la ciudad y el tiempo de las faenas agrícolas y de ayuda a la familia. Juan dibuja con una fuerza magistral a sus personajes y los dos principales encarnan la ética, solidaridad, sensibilidad, sabiduría, sencillez, amistad, empatía. Y la lucha por una sociedad más justa…”. Porque también las descripciones de la ciudad de Granada son especialmente bellas y la historia de la relación amorosa y de pareja entre Samo y su novia muestra como debe ser el verdadero amor: una relación apasionada, junto al trato de igual a igual, sin deseos de propiedad, sino de colaboración mutua, de ideales y sueños compartidos …
Dice en la contraportada del libro, “cuando el futuro parecía deshecho, la esperanza rota, la solidaridad de un joven estudiante convierte el destino de todo un pueblo en una cuestión privada… ¿Estamos preparados para asumir la injusticia del mundo como algo que también nos pertenece?. Y Fernando Valverde Rodriguez (poeta, profesor universitario en EEUU) acaba diciendo: “Juan Pinilla ha levantado un monumento a la solidaridad y a la amistad. En este libro puede sentirse el frío de la nieve, puede tocarse el alma del viento, pero también es posible ver cómo las montañas cambian de color recordándonos que hay un mañana que podría ser diferente”.
Esta es una novela feminista, porque, como nosotras hacemos, reivindica la solidaridad, la empatía, la generosidad, el compromiso con las personas y con lo justo, también la ternura en el trato, la igualdad entre hombres y mujeres, y los cuidados, tan denostados por el patriarcado, pero tan imprescindible para la vida y la felicidad.
Me siento honrada y orgullosa de haber recibido este gran regalo de manos de un querido amigo granadino, la novela Los colores de la nieve, con una preciosa dedicatoria de su autor, al que espero conocer y abrazar algún día no muy lejano.
¡Compradla, leedla, regaladla, difundidla: os encantará y os lo agradecerán!.

*Montse Fernández Garrido es abogada defensora de mujeres y sus hijos. Feminista. Profesora del Master de Derecho de Familia e infancia (UB): Autora de la biografía de su familia, republicanos cruelmente represaliados: “Tres generaciones rebeldes. La historia del maquis Ollafría, contada por su nieta. Y la lucha por la libertad de las mujeres”, libro dedicado a su abuela y a su madre, heroínas silenciadas.