Un documental sobre la situación actual del fútbol femenino ha hecho estallar los medios de comunicación que hasta ese momento estaban ciegos ante una situación insostenible en el ámbito del deporte femenino. ¿Cómo es posible que las jugadoras que juegan en la máxima categoría de fútbol, en la Superliga femenina, no estén catalogadas como profesionales? ¿Por qué no tienen la misma consideración que la liga masculina si al final todos los equipos disputan los partidos en sus máximas categorías correspondientes?
Si desde un primer momento no tienen los mismos derechos, no es posible iniciar ninguna “batalla” por la igualdad. Está claro que en primer lugar es necesario tener claros los objetivos para poder presentarse ante la Federación y reclamar unos derechos. Así pues, es importante que el fútbol femenino tenga visibilidad, que no sólo se tenga la imagen de veintidós mujeres mostrando pierna y dando balonazos a la pelota sin ninguna idea. Hay que hacer ver a la sociedad que estas chicas son igual de profesionales que el resto de sus compañeros masculinos.
María José López, presidenta tanto de la Asociación de Clubes Femeninos de Fútbol 11 como del equipo de fútbol femenino de Cáceres, comentaba que en ningún caso se pretende que la lucha por estos derechos deba convertirse en un acto de feminismo. De hecho, entre las propuestas que se trataron en el primer congreso celebrado en Madrid, una fue la creación de un sindicato de jugadoras con el fin de apoyar a todas estas entusiastas del deporte rey, aunque parezca que sólo es rey para los hombres.
Esta presidenta que lucha por subir el tímido 2 % de licencias del fútbol femenino, apadrinó el eslogan Lo mejor del fútbol. Y es que no se puede hablar de la normalización del fútbol cuando la sociedad no lo ve así. Hoy en día, si el deporte lo practica una mujer parece que no aspire a nada más que a un nivel amateur, y debemos hacer frente a esta idea. Debemos luchar por la igualdad y la discriminación en todos los ámbitos, debemos conseguir que nuestras deportistas tengan los mismos derechos que sus colegas masculinos.
Y para que se pueda dar el primer paso, es necesario que el Presidente del Comité Nacional de Fútbol Femenino, Vicente Temprado, esté abierto a las nuevas propuestas que le llegan, como por ejemplo, de la misma María José López. Pero si por otro lado, cuando la Presidenta de la Asociación y del Club de Fútbol de Cáceres, pide reunirse con el Presidente de la Federación Española de Fútbol, Ángel María Villar, y este hombre le dice que no puede ir recibiendo a todo el mundo porque tiene una agenda muy apretada, no se va a ningún sitio. Imagino que esta respuesta no es la que le dará a cualquier otro presidente de un club de fútbol masculino.
