Una mujer moderna, pero con ideas cavernarias.
Hace algunos años, mirando un debate politico en la tv, observè una mujer que argumentaba con una seguridad arrebatadora, frente a sus adversarios.
Una mujer de grandes ojos azules, vestida de colores pastel, un mix de feminidad tranquilizadora y masculinidad agresiva. Una mujer moderna, pero con ideas cavernarias. Esta tìa se los come a todos, pensè. Dicho y hecho.
Ahora, esta mujer, Giorgia Meloni, una romana de 45 anos, que se formò polìticamente desde la adolescencia en una agrupaciòn post fascista, Alianza Nacional, está a punto de presidir el gobierno de Italia, por primera vez, en un partido de extrema derecha, Fratelli di Italia (FdI). El feminismo tiembla, frente a la posibilidad de perder derechos adquiridos con tanto esfuerzo. Tiembla, con razòn, frente algunas de sus ideas màs barbaras, como hacer cementerios de fetos, sin avisar las mujeres, o el bloque naval contra las personas migrantes, a quienes se niega el derecho internacional a pedir asilo, (sin ninguna piedad para las muertes en el Mediterraneo en millares, y decenas de niñas y niños inocentes). Segùn ella, la gran fertilidad de las mujeres “extranjeras” en Italia es un desastre para la “pureza de nuestra nación” (que ni en el paleolìtico fue pura, pues toda la historia humana, es una historia de migraciones). Pero tenemos que preguntarnos por què Meloni tiene tanto èxito.
Una primera observaciòn. En cuestiòn de cifras, el cuadro polìtico salido de las elecciones no es muy diferente al anterior. En la coaliciòn ganadora de centro derecha, Meloni ha simplemente arrebatado votos a Matteo Salvini, (por su chabacanerìa y errores) y a un patètico ex Cavaliere Berlusconi, (que, condenado por fraude fiscal, todavìa pretende ser garante de la legalidad), resultando una verdadera lider. En cambio el centro izquierda (PD, M5S, Terzo polo y otros partidos màs pequenos), a pesar de tener en conjunto un nùmero superior de votos, no ha formado una coaliciòn, y ha perdido. Error garrafal. Si se consideran tambièn las abstenciones, llegadas casi al 40% del electorado, han votado a Meloni “solo”1 sobre 6 italianos e italianas (1 sobre 3 se han abstenido), pero la actual ley electoral premia fuertemente la coaliciòn ganadora, hacièndole dominar la Càmara. Un verdadero regalo. Las mujeres han votado Meloni un poco menos que los hombres. Una mujer premier? No a toda costa, opinan muchas.
Es largo el listado de problemas que el nuevo gobierno deberà enfrentar en Italia, ùnico paìs en la OCSE donde se han reducido en los ùltimos 30 años las retribuciones medias anuales, mientras en Francia han crecido del 34,1; una Italia donde las mujeres tienen todavia sueldos inferiores a los de los hombres, sufren violencia y feminicidio, y donde màs de 2 millones de jòvenes ni estudian ni trabajan, desanimados/as. “No sé por quièn abstenerme”, dice en una viñeta el còmico Altan. La juventud màs talentuosa se va.
El alto percentaje de abstenciòn demuestra còmo el mundo polìtico se halla alejado del mundo real. Desde hace 30 anos, los gobiernos de centro derecha o centro izquierda, que se han alternado, no han logrado parar el lento declive del Belo paesse. Abrazando el liberismo y la globalizaciòn, han precarizado el trabajo y privatizado industrias y autopistas, destinando al declive dos sectores una vez dignos o brillantes, como sanidad y educaciòn. Ahora hay un vergonzoso porcentaje de analfabetos funcionales, o sea que pueden entender solo textos muy breves: son el 28% de la poblaciòn entre los 16 y 65 anos, segun datos OCSE del 2019, uno de los datos màs altos de Europa, a la par de España. Un factor que obviamente influye negativamente en el progreso tecnològico, social y polìtico del paìs. A ello se agregan viejos males como el familismo, la escasa meritocracia, la elevada evasiòn fiscal, la insuficiente manutenciòn del territorio, la infiltraciòn de pràcticas mafiosas hasta en el Norte de Italia.
El electorado responde poniendo confianza en una lider, la estrella del momento, que promete milagros, como hicieron Berlusconi, Renzi o Grillo- Di Maio, Salvini, pero puede exaltarla y despuès hundirla, por varios motivos. Mientras tanto los partidos, aun perdiendo millones de votos entre una elecciòn y otra, siguen en su autoreferencialidad, festejando o creando gobiernos con sus acèrrimos enemigos, o volvièndose acèrrimos enemigos de sus colegas, sin verse atisbos de autocrìtica. Ahora la estrella es Meloni.
“Sì, lo intentamos tambièn con ella”, admite la mitad de los habitantes de un pueblecito toscano, Santa Anna di Stazzema, que la votaron a pesar de que tengan el recuerdo de una terrible masacre nazifascista de 500 personas refugiadas allì en 1944. “Pues da esperanza”, dicen unos. “Es tosta”, dicen otros. O sea “fuerte”, en romanesco. “Es tenaz y preparada, estudia mucho”, afirma Arianna Meloni, su hermana y aliada incondicional. En constante lucha de poder con su aliado Salvini, el macho destronizado.
‘¿Cuàles son las raìces de su èxito? Se pregunta Lea Melandri, una reconocida feminista que desde los años ’70 ha impulsado los grupos de “autoconciencia” para las mujeres, y la experiencia cultural de las “150 horas” para las que no tenian estudios.
Una mujer-madre dominante, es algo que los hombres conocen desde sus familias, reflexiona Melandri. Existe tambièn en la familia de Meloni, donde la madre, abandonada por el padre, criò a las 2 hijas escribiendo 140 novelas del corazòn. Sin embargo es una figura que no pone en peligro a los hombres y es aceptada, pues no cuestiona el patriarcado, y usa sus mètodos en la escalada al poder.
Segùn Melandri, los grupos feministas, que reconocieron como “polìtico lo personal” (sexualidad, cura de la familia) no fueron complementarios a la cultura marxista del momento, enfocada en la “lucha de clases”, sino crìticos o antagonistas. “No sorprende que haya en el poder màs mujeres de derecha, pues las derechas han sabido amalgamar bien la violencia del poder con la demagogìa, cuando hablan de defensa de la familia y naciòn”, concluye Melandri. Meloni ahora busca el rol de “madre de la naciòn”, valorando màs la maternidad, hasta desempolvar un slogan promovido por Mazzini, padre del Resorgimento italiano, en 1860, el famoso “Dios, patria y familia”, que debía unir la poblaciòn de la penìnsula. En 2022, el lema cae en una Italia donde las iglesias están cada vez màs vacìas, las bodas y la natalidad disminuyen constantemente, y la “patria” es un concepto nebuloso, superado por el regionalismo. Donde LGBTQIA+ luchan para que se reconozcan sus plenos derechos, y 800.000 escolares nacidos en Italia de padres extranjeros esperan todavìa la ciudadanìa.
En este cuadro, Meloni y el FdI quieren cambiar la Constituciòn, no solo apostando a un presidencialismo (como existe en otros paìses), sino poco a poco cambiando los principios fundacionales que rigen la sociedad, nacida como republicana y progresista de los escombros del nazifascismo. Esto es lo que da escalofrìo. Puede sonar obsoleto, para ellos, hablar de tasaciòn progresiva y justicia social, de igualdad entre hombres y mujeres, de libertad de creencias y religiones. Y tachan el pàrrafo que declama “La Repùblica repudia la guerra como medio para solucionar conflictos”, declaràndose atlantistas sin chistar. (El NYT bendice).Ya no se apela, ni retòricamente, a la honestidad, al contrario, en partidos donde se aceptan indagados y condenados, el objetivo es regresar a la inmunidad parlamentaria y reducir el rol de los magistrados, (Orban ensena). Se acuna una nueva palabra clave, eficientar, preparando unas medidas que traduzco en el lenguaje pop usado a veces por Meloni: No a la Renta de Ciudadanìa, los pobres deben aceptar el primer trabajo que se les ofrezca. A los jòvenes, un año menos de escuela y de frente a trabajar. Dònde, còmo…(ver arriba). 3 euros a la hora? Magnifico! Y fuera los pobres que duermen en las plazas, ya! Es más decoroso que de desaparezcan. Y “paz fiscal” de una vez, basta con pagar tantos impuestos al estado, es un robo. Mejor robar, con la “flax tax”, (un porcentaje igual por pagar, cualquier sea tu renta) directamente a los pobres, esperando sean bastante ignorantes para no darse cuenta…. Ah, y que las mujeres tengan el derecho de no abortar, y sean apoyadas para hacer màs hijos (y salvar la menguante especie itàlica).
El problema del clima? no recibido.
Pero una cosa es gritar slogans en campaña y otra gobernar. Veremos como las presiones internas y externas podràn moldear estos infelices planes. A los 3 dìas de las elecciones, el movimiento feminista “Non una di meno”, ha organizado manifestaciones en ciudades como Milano, Roma, Palermo, Napoli y Torino, para defender el derecho al aborto libre y seguro, ahora obstaculizado por una alta objeciòn de conciencia y el declino de los consultorios previstos por la ley. Es solo el comienzo.