Libro dedicado a las personas que desaparecen sin dejar rastro y a los familiares que no renuncian a encontrarlas.
Graziella Moreno (Barcelona, 1965) es licenciada en Derecho por la Universidad de Barcelona, trabaja en la Administración de Justicia desde 1991 y, en 2002, ingresó en la carrera judicial. Actualmente es jueza en un juzgado penal de Barcelona. Está casada y tiene dos hijos.
Publicó su primera novela en 2015, ‘Juegos de maldad’ (Grijalbo), que fue nominada a mejor novela negra publicada en 2015 en el Festival de Cubelles Noir 2016 y recibió una mención especial del jurado. Siguieron ‘El bosque de los inocentes’ (Grijalbo, 2016), ‘Flor seca’ (Alrevés, 2017) y ‘Querida Elsa’ (en formato digital en la plataforma Black and Noir, 2018).
Ha participado en antologías de relatos en catalán (‘Barcelona, viatge a la perifèria criminal’, Alrevés, 2017) y en castellano (‘Cartagena Negra, 2017’, y ‘Los Bárbaros’, 2018), y otros publicados en revistas digitales (‘Solo Novela Negra’, ‘Fiat Lux’). Colabora como articulista en la revista cultural ‘The Citizen’, así como en otras publicaciones. Fue miembra del jurado en el concurso de relatos de terror del programa ‘Negra y Criminal’de la cadena SER.
Ha presentado su última novela ‘Invisibles’ “dedicada a las personas que desaparecen sin dejar rastro y a las que no pierden la esperanza de encontrarlas”, explica la autora.
Los protagonistas Sara, Simón y Pablo recorren la ciudad en busca de respuestas a las inexplicables desapariciones de mujeres que nada tienen en común; ni la edad, ni la profesión, ni siquiera sus trayectorias vitales coinciden.
Sara, una policía expedientada, a la espera de conocer su sanción, encontrará en esta búsqueda un motivo para probarse a sí misma, pero ello conllevará consecuencias: descubrir una realidad terrible que se esconde a la vista de todos. Porque hay personas a las que nadie echa de menos, a las que nadie busca y que, allí donde estén, esperan ser encontradas… y hasta aquí podemos leer.
Cristina Manresa, comisaria de Mossos d’Esquadra, es la encargada de presentar el libro.“A mí me ha gustado por varias cosas. Es una historia muy buena con temas de actualidad. Tenemos a Sara, una sargento de los Mossos d’Esquadra que reflexiona de porqué se hizo policía y da sus explicaciones aderezadas con anécdotas vividas por ella.
Graziella Moreno es una de las escritoras que se documenta y habla con profesionales para ver si lo que escribe puede o no puede pasar. ‘Invisibles’ es una historia muy real con personajes que tienen mucha fuerza. Me encantan los libros con historias potentes y que se cierren, que no queden con finales abiertos.
La primera parte del libro presenta a los personajes. Todos han tenido una infancia complicada y difícil. Vemos que Sara ha querido ser policía por hechos que le han sucedido. Tiene muy buenos diálogos y un lenguaje común y normal”.
Según nos explica Graziella en el último año ha habido 4.500 denuncias de desaparición en Catalunya, 12 por día. “El 90% de los casos se resuelven en los primeros días o al mes. La mayoría son menores de edad. A día de hoy hay 300 casos abiertos”.
La autora está convencida de que la infancia es la etapa más importante de las personas.“Cuando este periodo no es bueno salen los problemas, que son los que les surgen a los protagonistas. Educar bien a los hijos es la responsabilidad más grande de los padres”.
“No se puede entender como son los personajes si no se sabe qué ha pasado en su infancia. Los protagonistas de mi historia son gente que conozco de verdad, gente de la calle como cualquiera de nosotros. Reflejo cosas que he vivido.
No creo en el destino, lo hacemos nosotros cada dia, si queremos, podemos decidir cambiar. Tampoco creo en las casualidades. Los escenarios reflejados son reales: la biblioteca ‘Jaume Balmes’, especializada en libros religiosos, mitología y antropología; el barrio de Gracia, la plaza del Sol, la comisaría de Sant Martí, el Paral·lel y la zona alta de Barcelona.
Hay un personaje que me gusta mucho: el Dr. Roca, algo psicópata, un tio muy raro, es como mi alter ego malvado. Hablo de la salud mental, un tema que no está bastante bien tratado en la sociedad. Faltan recursos y asistencia”.
Con respecto a los desaparecidos, Cristina Manresa, nos informa que el departamento de interior de los Mossos ha creado una oficina de desaparecidos donde un grupo de personas hace el seguimiento de los casos. Parece ser que es un sistema único en España donde desaparecen una media de 38 personas al día. “Aunque los implicados no lo perciban, todos los casos se tratan igual. Cuando no hay pistas no se puede continuar la investigación y el tiempo corre en contra. Recuerdo una frase que me dijo un familiar de un desaparecido: ‘Envidiamos la muerte porque significa poner punto final’.
Ahora ya no es como antes que se tenía que esperar 24 horas para denunciar una desaparición. Actualmente, se puede denunciar desde el minuto uno, desde el momento en que se sospecha que la persona no ha regresado a casa y no es normal. También se comparte la base de datos con todos los cuerpos policiales”.
La jueza comenta: “Se encuentran muchos restos que no sabemos de quien son porque no tenemos ADN con qué comparar. Hay mucha impotencia por parte de las fuerzas de seguridad. En la base de datos, a partir de 2010, hay 6.000 desaparecidos de los que no se sabe nada.
Hay personas desaparecidas voluntariamente que cuando las encontramos no quieren que se sepa su paradero. Así que podemos confirmar a los familiares que están vivas y nada más. Cuando la desaparición es involuntaria, siempre hay delitos detrás”.
La autora explica que empezó a escribir ‘Invisibles’ en 2010, hasta ahora ha publicado otras por delante. “La cogía, la retomaba, pero necesitaba escribir las anteriores para hacer ésta. Quería que quedara como ha quedado. Estoy contenta. La terminé en agosto del año pasado y pensaba ‘qué pena que se esté terminando’. Esta novela es para mí especial”.
Dejamos a la autora firmando libros y a Cristina Manresa comentando con amigos y asistentes. Nosotras terminamos nuestro gin tonic y salimos al frío invernal de la calle Londres de Barcelona. Hemos sentido un escalofrío al ver, en la primera esquina, una sombra con gabardina y sombrero de ala ancha.
