Para avanzar en la igualdad de género entre todas las poblaciones del planeta es necesario avanzar en la erradicación de la pobreza, la discriminación, la violencia y la pérdida de derechos en todos los aspectos de la vida. Esto significa, mejorar la condición y posición de las poblaciones más marginalizadas, sobre todo las mujeres y las niñas…
El 2015 tiene dos hitos importantes que son un punto de referencia para las agendas globales de igualdad de género. Se celebrará el vigésimo aniversario de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing y el decimoquinto aniversario de la Resolución 1325 del Consejo de Seguridad sobre Mujeres, Paz y Seguridad. La ONU revisará el progreso de la implementación de ambos programas este año.También, en septiembre, la Asamblea General aprobará una nueva agenda de desarrollo sostenible, para sustituir los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) que finalizan su periodo el 2015.Y desde luego, la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres serán fundamentales para el éxito de esta nueva agenda, tal como lo fueron en el avance de los ODM.
Para avanzar en la igualdad de género entre todas las poblaciones del planeta es necesario avanzar en la erradicación de la pobreza, la discriminación, la violencia y la pérdida de derechos en todos los aspectos de la vida. Esto significa, mejorar la condición y posición de las poblaciones más marginalizadas, sobre todo las mujeres y las niñas, en la educación, la salud, la nutrición, el acceso y control de los bienes económicos y los recursos, la oportunidad política y ausencia de coacción y violencia.
También es fundamental tener en cuenta que la desigualdad no sólo se da en el ámbito público, sino también en el ámbito privado como el hogar y las relaciones emocionales de pareja y entre la familia. Abordar de manera paralela tanto el ámbito público como privado es imperativo si se pretende superar las causas estructurales de la desigualdad de género.
Otra cuestión vital para el desarrollo es la autonomía sexual y reproductiva. Es decir, el asegurar que, sobre todo las mujeres, puedan decidir sobre su propio cuerpo. La agenda de igualdad de género en el desarrollo debería tomar en cuenta la promoción y protección de los derechos sexuales y derechos reproductivos, los cuales son los más vulnerados y olvidados entre todos los derechos humanos. Por tanto, las políticas de desarrollo deberían estar libres dogmas religiosos y conservadores.
Muchas voces
En el contexto actual, muchas voces de feministas y organizaciones de mujeres están llamando la atención de los gobiernos y los responsables de políticas de desarrollo para decirles que el avance en el empoderamiento de las mujeres y la igualdad de género es central para el desarrollo, los derechos humanos, la paz y la seguridad.
AWID (Asociación por los Derechos Humanos de las Mujeres en el Desarrollo) ha señalado que “la participación activa y significativa de las organizaciones de derechos de las mujeres y los defensores de la igualdad de género es crucial para asegurar que los derechos humanos, especialmente los derechos de las mujeres y la igualdad de género, se incluyan y avancen en el nuevo marco de desarrollo.
Además, la Coalición de Mujeres Post2015 (una red internacional que agrupa a activistas feministas, de derechos de las mujeres, de género en el desarrollo, a organizaciones de base y de justicia social) ha señalado que es necesario “abordar los factores estructurales que perpetúan la crisis, la desigualdad, la inseguridad y la violación de los derechos humanos. A raíz de la crisis financiera, que ha tenido un impacto desproporcionado y en particular en las mujeres, las feministas y otras organizaciones han propuesto transformar las respuestas políticas y repensar el modelo de desarrollo dominante para promover una mayor igualdad, equidad, seguridad y sostenibilidad. Con este fin, un marco post 2015 debe garantizar que las políticas macroeconómicas y el trabajo del sistema financiero internacional promuevan la igualdad de género, el empoderamiento de las mujeres y los derechos humanos de las mujeres”.
GADN (Red Género y Desarrollo – agrupa a 70 de las principales ONG de desarrollo inglesas y expertas en género), en base a su experiencia señala que “la manera más eficaz para lograr la igualdad de género es a través de un enfoque de “doble vía”, la combinación de un objetivo independiente con la incorporación de todo el marco más amplio. Un objetivo independiente sobre igualdad de género es vital debido que genera un compromiso político y recursos específicos dedicados a este objetivo.Los objetivos de todo el marco deben ser transformadores para que reflejen un cambio duradero en el poder y opciones que tienen las mujeres sobre su propia vida y hacer frente a las causas estructurales de la desigualdad.
Declaraciones y agendas
De otro lado, la Declaración Feminista para Post2015, firmada por más de 350 organizaciones en 143 países, exigió el cumplimiento de la igualdad de género y los derechos humanos de las mujeres a través de la agenda de desarrollo post 2015, y que los gobiernos prioricen el género, la economía social y justicia ecológica.
Esta declaración demanda “un cambio de paradigma del actual modelo económico neoliberal de desarrollo, que prioriza el beneficio sobre el pueblo, y agrava las desigualdades, la guerra y el conflicto, el militarismo, el patriarcado, la degradación ambiental y el cambio climático. En lugar de ello, hacemos un llamado a los modelos económicos y enfoques de desarrollo que están firmemente arraigados en los principios de los derechos humanos y la sostenibilidad ambiental, para abordar las desigualdades entre las personas y los Estados, y equilibrar las relaciones de poder para que el resultado se sustente en la justicia, la paz, la igualdad, la autonomía de los pueblos y la preservación del planeta”.
Si bien la Agenda para el Desarrollo Sostenible Post 2015, la revisión de la Plataforma de Beijing+20 y de la Resolución 1325 son una oportunidad para que el movimiento de mujeres haga énfasis hacia los estados y la comunidad internacional para promover la igualdad entre los géneros y el empoderamiento de las mujeres, todavía queda un camino desafiante, pues las guerras, las enfermedades, los conflictos armados, la violencia machista, la trata de mujeres, el racismo, el clasismo, las violaciones sexuales, la migración económica, el matrimonio infantil, la pobreza, la homofobia, el desempleo, la desigualdad de género y la injusticia basada en género, entre otros factores de opresión, continúan afectando la capacidad de niñas y mujeres para ejercer sus derechos y alcanzar su pleno potencial como ciudadanas en condiciones igualitarias en el desarrollo de sus respectivas comunidades.
Finalmente, no debemos olvidar que los estados tienen la obligación de garantizar los derechos humanos, de promover la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres, pero además, de hacer transparente la asignación de los recursos económicos empleados en acciones concretas, y rendir cuentas de los resultados y el impacto generado por las intervenciones de género en el desarrollo.