lunes 01 julio 2024

lunes 01 julio 2024

India es el cuarto país del mundo más peligroso para las mujeres

@Juan Alonso

 Montse Ortiz – © Juan Alonso

La India, con casi 1.200 millones de habitantes, a pesar de sus elevadas cifras macroeconómicas que la definen como país emergente y de crecimiento imparable, es también el país que ocupa el cuarto lugar en el mundo de peligrosidad para las mujeres.

Conviven en su territorio la inequidad, la injusticia, la violencia, la exclusión, el machismo y el patriarcado que impactan de la manera más cruenta la vida y los cuerpos de las mujeres.

La Independent dialogó con Montse Ortiz, Coordinadora de Sensibilización de la Fundación Vicente Ferrer, organización que está presente en este país hace más de 40 años, cuya zona de intervención se ubica en la India rural, al Sudeste en el estado de Andra Pradesh.

Ortiz  nos comenta que “en la India las mujeres sufren múltiples discriminaciones, por ser mujer, por la casta, por tener algún tipo de discapacidad o por su condición de salud. Hay una alta incidencia de mujeres afectadas por el VIH, contagiadas por sus maridos. Ellas viven con la estigmatización y la culpabilización de la enfermedad. Además, al ser viudas también son discriminadas, pues se considera que la mujer no es un ser completo si no está al lado de un hombre. Por tanto, las mujeres son un colectivo extremadamente susceptible de entrar en redes de trata y prostitución, sobre todo las más jóvenes con hijos e hijas pequeños, porque no encuentran otra escapatoria.”

“La mayoría de mujeres con las que trabajamos son Dálits, uno de los colectivos más discriminados en la India, incluso se ubican fuera del sistema de castas indio. Si eres mujer y dálit eres doblemente discriminada. Por ello, gran parte del trabajo de la Fundación Vicente Ferrer es promover la autonomía económica y el empoderamiento de las mujeres como estrategia para romper con el círculo de las violencias y las desigualdades de Género”, agrega Ortiz. 

 @Nagappa

 © Nagappa

Aunque las mujeres indias han hecho enormes progresos en las últimas décadas, sobre todo implicándose activamente en el sector productivo de su país, su participación en la fuerza de trabajo (mejora de salarios, condiciones dignas y formación profesional) continúa siendo muy inferior a la de los hombres. Para las mujeres indias su género significa peligro, y evidencian mayor vulnerabilidad de ser violentadas.

Montse Ortiz señala tres desafíos importantes que tienen que afrontar las mujeres indias, sobre todo las niñas. El primero es “el aborto selectivo que significa la discriminación hacia las niñas antes de nacer. A pesar de estar prohibido, se sigue practicando. Según los últimos datos del censo de 2011 en la India, hay 7.1 millones menos de niñas que de niños. De otro lado, el infanticidio de niñas es una realidad cotidiana. Una vez nacidas les dan menos atención y cuidados, y tienen limitado acceso a la salud en relación con los niños.”

El segundo desafío tiene que ver con la educación. “De los 130 millones de niños y niñas de 6 a 11 años que no van a la escuela, el 60% son niñas, porque aun se piensa que las mujeres tienen poco valor en el desarrollo de sus comunidades”, enfatiza Montse Ortiz. 

@Juan Alonso

 © Juan Alonso

Y el tercer desafío son los matrimonios y embarazos precoces. “En la India las niñas son casadas muy jóvenes. Sobre todo en las zonas rurales,donde a partir de la primera menstruación ya se pueden casar. La edad media es de 15 años. Muchas familias las casan con hombres mucho más mayores, a través de matrimonios acordados. Esta realidad genera el abandono escolar, estancamiento de su desarrollo personal, problemas de salud mental y física y embarazos tempranos. Según UNICEF, existe un 56% de casos de matrimonio precoz en la India rural y un 29% en el área urbana. El 68% de las mujeres Indias son madres por primera vez entre los 15 y 19 años”, reflexiona Ortiz.

Ortiz afirma que “el sistema patriarcal en la India se fundamenta en prácticas culturales y tradiciones religiosas que pretenden controlar, someter y colocar a las mujeres en situación de permanente discriminación y de invisibilidad dentro de la sociedad. Por ejemplo, la dote es una de las principales causas de discriminación y violencia hacia las mujeres. Con la dote se arraiga la visión en las comunidades de que las niñas son una carga económica para las familias.”

“La dote es una transacción monetaria que hace la familia de la niña al futuro marido, es un pago hacia la futura familia para que se haga cargo de la mujer. Siendo así, la mujer es vista como un bien que pasa de una familia a otra, es sólo un sujeto pasivo. Y aunque la dote está prohibida por la legislación India, se sigue practicando sin control y se camufla de distintas formas: a través de regalos, que dependiendo del nivel adquisitivo, pueden ir de tierras o propiedades a joyas o equipos tecnológicos, habiendo familias que se endeudan para dar la dote. Esta realidad está directamente vinculada con el alto índice de suicidios y feminicidios de las mujeres”, aclara Ortiz.

“Por ejemplo, si un marido siente que no ha recibido la dote que ha pactado, puede matar a la mujer para casarse con otra y recibir otra dote. Así, los feminicidios se camuflan en cifras de suicidios. Es una forma de presión y violencia que existe para cobrar más dinero por la dote”, alerta Ortiz.

Siendo este un problema estructural le preguntamos cuál es el camino para erradicar las violencias contra las mujeres y las desigualdades de género en la India. “Por un lado es imprescindible una legistlación contundente. Si bien es cierto que existen normativas que protegen los derechos humanos de las niñas a nivel nacional e internacional, éstas no se implementan. Hay que impulsar campañas de sensibilización y de educación, promovidas tanto desde el gobierno como de la sociedad civil organizada, y asumir las demandas de colectivos de mujeres que están luchando por erradicar la violencia de género en India.”

“Desde la Fundación Vicente Ferrer incidimos en las comunidades con acciones de sensibilización dirigidas hacia la niñez, a las mujeres y hombres jóvenes y a las personas adultas. Se trabaja con grupos mixtos a través de acciones de educación popular (teatro, dinámicas participativas, etc.) para promover la igualdad entre hombres y mujeres, y que las familias y comunidades asuman lo importante que es, por ejemplo, que las niñas vayan a la escuela”, nos dice Montse Ortiz.

La integrante de la Fundación Vicente Ferrer nos explica que trabajan procesos de empoderamiento con las mujeres, lo que está contribuyendo a superar la situación de inequidad y violencia, tanto para las mujeres como para las niñas. Por ejemplo, han promovido la organización de los Sanghams, que son espacios colectivos de mujeres donde comparten sus problemas, necesidades y se organizan para priorizar sus intereses estratégicos. Este espacio les permite salir del ámbito privado y de su invisibilización en el espacio público. 

@Juan Alonso

 © Juan Alonso

“Los Sanghams son un espacio de sororidad, de sinergia y reconocimiento, donde las mujeres fortalecen su rol como sujetas de derecho, a nivel individual y colectivo. Además, contribuyen a que los hombres tomen conciencia de que las mujeres tienen que organizarse y que son un beneficio para su propia comunidad. Cuando las mujeres están organizadas las comunidades se benefician pues su tejido social fortalece para asumir con mayor capacidad la reivindicación de sus derechos ante los organismos competentes”, enfatiza Ortiz. 

@Juan Alonso

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Además, según nos explica, “los Sanghams tienen un doble impacto: el empoderamiento personal y el empoderamiento económico, pues en este espacio las mujeres tienen la posibilidad de acceder a microcréditos, que les permite llevar a cabo emprendimientos e iniciativas productivas que fortalecen su independencia económica. Así ganan en autoestima y en fuentes de ingreso que contribuyen a la economía familiar, incluso se convierten en la única fuente de ingreso, revalorizando su posición dentro de la familia.”

Otra de las apuestas para el empoderamiento de las mujeres, nos explica Montse, ha sido el promover en ellas el acceso y control de la vivienda. “Apostamos a que las mujeres tengan la propiedad de la tierra y una vivienda. Para ello toda propiedad que se construye va a nombre de las mujeres, de este modo su rol se revaloriza y toma otra dimensión, pues empiezan a ocupar un espacio y un rol diferentes entre sus familias.”

“Las campañas para parar los matrimonios infantiles también es una acción que se promueve desde la Fundación Vicente Ferrer. Hasta el momento, se han parado 85 matrimonios infantiles en este último año”, agrega Montse. 

@Adam

 © Adam

“India es un país de contrastes”, afirma Montse. “Es imprescindible, pese a esta realidad, evitar quedarse con una visión negativa del país, porque hay muchísimas mujeres indias que están luchando por una sociedad más igualitaria y más justa. Es un país de muchas desigualdades, donde puedes ver gente muy rica y la miseria más absoluta, donde más del 50% de la población vive bajo el umbral de pobreza, pero aun así creemos firmemente que la transformación es posible”, concluye. 

@Adam

© Adam

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