El Estado está en deuda con las mujeres. Los gobiernos federal, estatales y municipales siguen estando en deuda con nosotras
Sobre todo con las madres y las familias víctimas de feminicidio, dijo Inés Castro Apresa al iniciar el 28 de noviembre el Segundo Congreso Feminista en Chiapas, Mujeres, Poder y Política.
“El color de la piel sigue marcando las desigualdades entre las personas y si se es mujer, indígena y pobre, se está en las escalas sociales más bajas”
Con la presencia de mujeres de 16 estados del país, de todas las regiones de esta entidad y de cuatro países inició este encuentro, cuyo primer día culminó más de una hora después de lo previsto. “El Segundo Encuentro Feminista quiso ser modestamente regional, pero rebasó nuestras expectativas”, afirmó su coordinadora.
Castro Apresa, coordinadora del Encuentro, dijo que la marcha del pasado 19 de agosto fue un importante anuncio del hartazgo de las mujeres frente a la violencia que vivimos y la impunidad que enfrentamos.
Señaló que las jóvenes tomaron las calles, bajo manifestaciones de nuevo tipo y con la participación masiva de adolescentes, que emplearon las redes sociales para la denuncia y la convocatoria, lo que ha llevado a pensar en una “cuarta ola feminista”, quienes en América Latina construyen su propia manera de poner en marcha el “nosotras”, que ha sido un producto histórico.
Dijo que la referencia es 1969, cuando se definió por primera vez, con claridad y por las feministas, que lo personal es político, 50 años desde que las mujeres nos convertimos en nosotras, a través de nuestras luchas comunes, por problemáticas comunes.
Sin embargo, tras 50 años, las jóvenes también han empezado a construir herramientas novedosas para combatir las violencias que vivimos: el performance, el teatro, el arte, son algunas de esas herramientas.
No existimos las mujeres en general, añadió la investigadora, quien se refirió a las condiciones de vida de las mujeres de pueblos indígenas y afromexicanas. “El color de la piel sigue marcando las desigualdades entre las personas y si se es mujer, indígena y pobre, se está en las escalas sociales más bajas”. Agregó que en Chiapas las mujeres ganan (las elecciones), pero no gobiernan.
En la cámara de diputados, las mujeres representan 48.4 por ciento; en el Senado, 49. 2 por ciento; hay más mujeres secretarias que en ningún gobierno previo, lo que ha puesto a México en el cuarto lugar mundial por el número de mujeres en la cámara baja y en el primer lugar en el mundo por su presencia en el Senado, incluso por arriba de los países nórdicos que por mucho tiempo fueron el prototipo. De igual forma, dijo que este país ocupa el lugar 16 de 180, por el número de mujeres en cargos ministeriales.
Sin embargo, señaló que en América Latina solo ha habido 10 presidentas en 45 años y sostuvo que en México se requiere “ya una presidenta” y una gobernadora en Chiapas.
Luego planteó que, pese a todo, pareciera que avanzábamos a pasos firmes, sin embargo, hoy no hay una sola presidenta en la región. Si nos atenemos a las cifras de las mujeres en el poder legislativo y al avance de mujeres al frente de las presidencias municipales en México, podríamos preguntarnos: ¿la paridad en estos niveles llegó para quedarse? Y cuestionó la relación que guarda la violencia política de género con el poco avance de las mujeres, donde fuerzas conservadoras buscan otra vez frenarnos.
¿Qué nos falta en el escenario político?, preguntó y se respondió que más feministas en cargos de elección popular y toma de decisiones en todo el país, lo que hace sentido al Segundo Congreso Feminista en Chiapas.
Dijo que allí, junto a otras entidades hermanas, se lanzan miles de voces feministas contra la violencia de género y los feminicidios contra mujeres y niñas. Allí, como en otras entidades, están a favor de la destrucción del patriarcado. Y aseguró que este Segundo Congreso podría ser una piedra angular ante esta lucha emergente de todas las mujeres, escuchadas desde sus propias voces.
Al cierre de su discurso, Inés Castro Apresa preguntó: ¿Es posible la convivencia de los feminismos y las feministas entre nosotras y de nosotras con el pluralismo político partidario? Y aunque muchas respondieron que sí, ella aclaró que la respuesta o las respuestas las darán todas las mujeres.
“La mía se resume en la preservación de la autonomía de los feministas y las feministas junto a las mejores alianzas necesarias e impostergables”, de otra manera, afirmó, no habrá más feministas en cargos de elección popular.
Reconocimientos
Las organizadoras del Segundo Congreso Feminista en Chiapas reconocieron el trabajo y contribución de la vulcanóloga de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas Silvia Ramos; la consejera electoral Laura León Camacho, quien en el proceso electoral pasado defendió el principio de paridad junto con organizaciones como Repare.
A la escritora Socorro Trejo Sirvent, quien desde los años 90 recuperó el trabajo de las poetas y escritoras chiapanecas y a la abogada feminista Martha Figueroa Mier, directora del Colectivo de Mujeres de San Cristóbal de Las Casas, quien ha desarrollado 30 años de lucha en la defensa de los derechos humanos de las mujeres.
Figueroa Mier, quien por la mañana colocó una cruz rosa con la leyenda #JusticiaParaSol y una fotografía de María de Sol Cruz Jarquín, asesinada en Juchitán de Zaragoza, Oaxaca, hace casi año y medio, dijo que más que una defensora y una acompañante, las asesinadas son sus hijas, hermanas y compañeras.
Por eso, dijo, “traigo la memoria de Sol, a nuestra Solecita que seguirá viva mientras sigamos reclamando justicia para ella”.
Vamos a tirar al patriarcado, indicó, porque es lo mínimo de la justicia que le debemos a casi tres mil mujeres asesinadas, a más de 20.000 desaparecidas.
La única feminista no chiapaneca que fue reconocida es la periodista Soledad Jarquín Edgar, por sus más de 30 años de trabajo periodístico a favor de las mujeres. Luego periodista ofreció la conferencia Periodismo Feminista, avances y retos.
Fotos: SemMéxico.
