Josefina Vázquez Mota, economista, de 51 años, educada por jesuitas, podría convertirse en la presidenta de la República Mexicana el próximo 1 de julio, fecha de las elecciones, luego de conseguir la candidatura del conservador Partido Acción Nacional (PAN) que gobierna la República desde el año 2000. La biografía política de Josefina Vázquez Mota, acredita esta posibilidad.
En los últimos 14 años, ha sido dos veces diputada y dos veces Secretaria de Estado (ministra de Desarrollo Social y de Educación) y ha remontado los obstáculos más visibles del machismo mexicano, sin importarle, a ella, ni el método, ni la ética, ni nada.
Se catapultó rápidamente y aunque la pretendieron marginar, siempre salió triunfante, según escribe el analista mexicano Raymundo Rivapalacio. Fue Coordinadora de la campaña electoral del actual presidente Felipe Calderón y, aunque fue desbancada, finalmente coordinó el proceso entre la fecha del triunfo de Calderón y su toma de posesión; fue nombrada entonces Secretaria de Educación desde cuya posición se enfrentó a una de las mujeres más poderosas de México, la maestra Elba Esther Gordillo, dirigente del Sindicato de maestros. Fue Coordinadora de su partido en el Parlamento y llegó a ser la coordinadora de todos los diputados. Puesto al que renunció para contender para la candidatura presidencial. Se enfrentó al ex Secretario (ministro) de Hacienda, y a un ex Secretario de Gobernación. Tuvo alrededor de 240.000 votos de la militancia del PAN, algo así como el 2% de la votación nacional de las personas con esa capacidad electoral.
Denisse Dresser, una politóloga de gran prestigio, recordó esta semana que la piel de Josefina Vázquez no se inmuta: ella fue la operadora para que el PAN participara en el cambio de la Ley de medios de comunicación, conocida como Ley Televisa, “sólo para ganar las elecciones en el 2006”, a pesar de que la crítica más aguda a esa Ley provenía de Javier Corral un legislador de su propio partido. Igual Josefina Vázquez no se detuvo nunca desde que percibió el poder.
Llegó o se la conoció cuando Vicente Fox fue elegido a la presidencia en el año 2000. Vázquez Mota, que venía del sector empresarial, fue nombrada por Fox Secretaria de Desarrollo Social, la dependencia pública que maneja uno de los presupuestos más abultados del país, dirigido oficialmente a combatir la pobreza y a apuntalar las iniciativas de la sociedad civil. Vázquez Mota consiguió hacer equilibrios, a veces muy difíciles, entre las asociaciones progresistas y conservadoras y, en complicidad con un grupo de diputados de su partido, en 2005, a un año de las elecciones, desvió poco más de 1.350 millones de pesos (unos 80 millones de euros) que estaban destinados a los pobres, especialmente a las y los indígenas, y a vivienda. Los aplicó a la campaña de Felipe Calderón, según documenta ampliamente el periodista José Reveles, en su libro Las Manos Sucias del PAN. Ello le valió la simpatía del gobierno actual; también desvió otros recursos directamente desde su Secretaría.
Hoy Josefina Vázquez Mota optó durante las primarias del PAN, por una campaña teñida de una imagen de madre protectora. Su slogan señala: “cuidaré a las familias mexicanas, como cuido a la mía”. Ella está casada hace más de 20 años con un empresario que fue su único novio. Tiene 3 hijas y escribió un famoso libro llamado: “Dios hazme viuda”, donde habla del tesón de las mujeres y su capacidad para manejar sus proyectos personales. Proyecta una personalidad y un modo de hablar y moverse, suave y cariñoso. Es católica y, antes de ir a depositar el domingo pasado un voto para sí misma, fue a misa, les informó a los periodistas. Como jefa, lo fue de conocidas feministas, es dura, directa, implacable y no se frena ante las dificultades. El presidente Felipe Calderón la quitó de la Secretaría de Educación, porque para las elecciones necesitan los votos del magisterio y Josefina Vázquez combatió a su dirigente, Elba Esther Gordillo durante 5 años. No era la candidata oficial del PAN, pero se impuso. Sin duda, es valiente y como esa clase de hombres, ella pacta con quien sea necesario, para mantener el poder.
Su primera declaración fue para afirmar que su principal contendiente, Enrique Peña Nieto, es el candidato de la corrupción y la injusticia. No mencionó al candidato de la izquierda. Dicen sus testaferros que ha visitado dos veces todas las capitales del país, que tiene un territorio de 2 millones de kilómetros. En varias entrevistas recientes, ha dicho que no favorece la agenda feminista, pero que la respeta. Maneja, lo que la doctora Marcela Lagarde señala como un “lenguaje bilingüe” que podría significar una contienda electoral sin precedentes. EL PAN, actual partido gobernante, nació en 1939 con el objetivo principal de detener el avance progresista que le imprimió al gobierno el general Lázaro Cárdenas -la época de la solidaridad para los Republicanos Españoles- y se convirtió en la oposición a los gobiernos surgidos de la Revolución Mexicana, durante 40 años hasta que, en 1989, consiguió sus primeros gobiernos federales (gobernaturas). La primera en Baja California, encabezada por Ernesto Ruffo. En ese gobierno local han surgido varios casos emblemáticos contra la posibilidad de interrumpir un embarazo por violación, a pesar de que la ley lo permitió desde 1929 en México y, de ahí, han surgido las más nefastas iniciativas contra los derechos de las mujeres.
El PAN en el poder ha representado en los últimos 11 años una tendencia conservadora, que en la práctica significó retrocesos para las mujeres: entre el año 2000 y 2006 con el presidente Vicente Fox disminuyeron los recursos para la anticoncepción; se privilegió al feto frente a la vida de la madre; se dieron privilegios a los cargos de la Iglesia Católica y se modificaron las leyes a favor del gran capital. En ese sexenio, se expandió el poder de la delincuencia organizada y el narcotráfico. En el sexenio que está por terminar, luego de que Felipe Calderón llegara al poder bajo sospecha de fraude, más de 50.000 personas han sido asesinadas, en una “guerra” contra el narcotráfico que no ha satisfecho a nadie. Y se han promovido cambios en la Constitución que atentan contra la tradición liberal del laicismo.
Ahora el Partido de Acción Nacional está en el segundo lugar de las preferencias electorales y la crítica al gobierno de Calderón, podría anunciar su derrota frente al antiguo partido de Estado, el Revolucionario Institucional (PRI). En los últimos 30 años, -11 del PAN y casi 20 con el gobierno del PRI, derrotado en el año 2000- las instituciones y creaciones emblemáticas de la Revolución Mexicana de 1910 han sido destruidas: el ejido, la cooperativa, el contrato colectivo de trabajo, el sindicato, la empresa pública, la organización del campesinado y la clase trabajadora. Lo que los socialdemócratas llaman el proyecto democrático y el neoliberal. Esos dos proyectos serán los disputados en julio próximo. Y es en ese escenario en el que una mujer, Josefina Vázquez Mota fue ungida elegida el domingo 5 de febrero como la candidata oficial del PAN a la presidencia de la República.
Imagen de Mujer
La candidatura de Vázquez Mota llamó la atención en México y en el extranjero, porque es la primera que podría tener reales posibilidades de triunfo. Es la quinta candidata mujer a la presidencia en los últimos 30 años y en su discurso usa su condición femenina como una estrategia. El feminismo superficial o mujerismo, como un día le llamo la feminista Marta Lamas, ha recibido con beneplácito esta candidatura, a pesar de que no garantiza el mantenimiento o el progreso de los derechos de las mujeres. Es además coherente con los modos y las prácticas políticas en México.
El PAN, a su vez, ha propuesto a otra mujer para contender por la jefatura de gobierno en el Distrito Federal, la capital del país, donde el socialdemócrata Partido de la Revolución Democrática (PRD), gobierna desde hace 15 años. Se trata de Isabel Miranda de Wallace, madre de un secuestrado, conocida por su enjundia para que se le haga Justicia, sin militancia política que la anteceda. Es decir el PAN ha elegido promoverse a través de las mujeres, como figuras esperanzadoras, luego de tres décadas de crisis económica, corrupción y violencia en México.
Mujeres y Política
El escenario donde se moverá la señora Vázquez Mota es interesante. La participación política de las mujeres ha sido limitada, reducida y con espacios acotados. Todavía no se logra acceder al 30 por ciento de participación a puestos de elección popular, que ONU Mujeres considera es hoy la meta deseada y urgente. Actualmente, las mexicanas de distintos partidos políticos sólo han conseguido incluirse en la legislatura federal, que está por terminar, con un 20,3% de senadoras y un 28,1% de diputadas, según la estadística del Instituto Nacional de Geografía, Informática y Estadística (INEGI). 2012 es un año fundamental: se renovará la Presidencia de la República, 15 gobernaturas federales y 14 Parlamentos locales –casi la mitad de los 32 estados federales- y 769 presidencias municipales o alcaldías. Es decir, 1.907 autoridades gubernamentales. Entre 1982 y 2012, 5 mujeres han sido aspirantes a la Presidencia y promovidas por sus partidos políticos. Josefina Vázquez es la quinta. La votación para sus antecesoras ha variado entre menos de 200.000 votos y poco más de un millón. La mayoría se acercó o rebasó el millón. De acuerdo con la excandidata presidencial Patricia Mercado, hoy líder visible de un proyecto llamado SUMA (de ONU Mujeres), la meta inmediata es rebasar el número de parlamentarias y alcaldesas, considerando que, entre más de 2.500 municipios, las mujeres elegidas no rebasan el 5%. Mercado fue candidata a la presidencia de la República en el año 2006, por un partido llamado Alternativa Socialdemócrata y consiguió un millón 300.000 votos. Dijo que la candidatura de Vázquez Mota va a cambiar la percepción pública de las mujeres en la política y se interpretó como que la apoyaba, pese a que Mercado ha luchado por el aborto legal desde hace 25 años.
En 1982 contendió por la Presidencia Rosario Ibarra de Piedra, fundadora de la Asociación Eureka, madres de desaparecidos durante lo que en México se llamó la “guerra sucia” o la represión gubernamental contra la militancia comunista y la guerrilla de los años setenta. De esa lucha hay todavía 500 desaparecidos. Hoy la señora Ibarra es Senadora de la República. Obtuvo oficialmente un millón de votos, aunque durante las discusiones electorales, se habló de 2 millones.
En 1994 dos mujeres contendieron por la presidencia: Marcela Lombardo, hija del legendario Vicente Lombardo Toledano, fundador de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), promovida por el Partido Popular Socialista ( ya desaparecido) y no llegó a los 200.000 votos y la física Cecilia Soto por el Partido del Trabajo (PT), hoy el principal promotor de la candidatura socialdemócrata que encabeza Andrés Manuel López Obrador – Amlo. Cecilia Soto consiguió poco más de 970.000 votos.
El proceso electoral
Las campañas electorales comienzan formalmente en abril, por tanto, la de este año dentro de un par de meses. Ya hay tres candidaturas únicas oficiales: Andrés Manuel López Obrador, por un frente de izquierda progresista, Enrique Peña Nieto, del antiguo partido de Estado, el Revolucionario Institucional (PRI) y Josefina Vásquez Mota por el conservador Partido Acción Nacional.
Integrantes de diversas redes feministas, como el Pacto Nacional por la Vida, la Libertad y los Derechos de las Mujeres, han expresado que ninguno de estas tres aspirantes garantiza el avance de los derechos de las mujeres. Porque en una larga campaña desde 2008 a la actualidad, algunos integrantes de los partidos de estas 3 candidaturas han votado a favor de darle capacidad jurídica a los fetos o no-nacidos, con lo que están militantemente en contra de la interrupción legal del embarazo.