Bombo Ndir.
ESPECIAL POLÍTICAS DE GÉNERO
Presupuesto para políticas públicas, visibilización y reconocimiento de ciudadanía plena para las migradas, sin los componentes racistas, es lo que reclama la dirigente senegalesa.
Bombo N’Dir es una africana afincada en Cataluña desde hace muchos años, donde vive con su familia. Como activista feminista decolonial es habitual verla en actos públicos reivindicativos y deliberativos en los que busca que la presencia de las mujeres migradas sea algo habitual y valorado.
Habla con La Independent como presidenta de la Red de Migración, Género y Desarrollo, pero además es Presidenta de Associació de Dones Inmigrants Subsaharianes (ADIS) y Vice Presidenta de la Coordinadora de Asociaciones Senegalesas en Cataluña. Se presenta y ejerce como integradora social, mediadora intercultural y agente comunitaria de Salud, además de defensora de los derechos humanos de las mujeres.
¿Qué es y qué hace la organización a la que representas?
La Red de Migración, Género y Desarrollo agrupa a varias organizaciones de mujeres no nacidas en el Estado español, a mujeres de diversos orígenes. Buscamos hacer visible un rol que consideramos justo para las mujeres migrantes, por ello queremos estar presentes en las políticas públicas y hacer especial incidencia en la lucha contra el racismo y hacerlo, además, desde una perspectiva feminista y decolonial. Desde ese enfoque buscamos llegar a las instituciones, las organizaciones sociales y tener la relación con la ciudadanía en general.
¿Cuáles serían las medidas más importantes para aplicar una política de género desde las instituciones del sector público?
Hacer efectiva la Ley de Igualdad Efectiva entre Hombres y Mujeres y la Ley del derecho de las mujeres a vivir sin violencias machistas. Superar la brecha salarial y el paro de las mujeres y promover iniciativas que permitan el acceso de las mujeres al mercado laboral en sectores donde están poco representadas. Mejorar las condiciones laborales y garantía de derechos a las mujeres trabajadoras del hogar y las camareras de piso.
También garantizar el acceso a una vivienda digna a las mujeres en situación de exclusión: mujeres migradas, mujeres mayores, víctimas de violencia machista, mujeres jóvenes, mujeres LGTBI, mujeres gitanas, mujeres con diversidad funcional y mujeres monoparentales.
Es necesario dotar de mayores partidas presupuestarias a los programas dirigidos a erradicar la violencia machista. Invertir recursos económicos en políticas coeducativas para superar los estereotipos machistas, fortalecer el aprendizaje afectivo sexual y superar la segregación escolar. Promover políticas dirigidas a superar el acoso en los espacios urbanos y hacer de los mismos lugares seguros para las mujeres y niñas.
Bombo Ndir durante una entrevista, poco antes de la multitudinaria marcha del 8 de marzo de este año.
¿Qué es lo que hace falta que se haga desde las instituciones para aplicar políticas de género y, concretamente, que incluyan a las mujeres migradas?
Así como se dice que sin mujeres no hay revolución o cambio, nosotros decimos que en una sociedad diversa como esta sin las mujeres migradas no hay políticas de género.
Desde el aparato público, en general, no se dota de presupuesto suficiente para encarar el tema, eso como política de género en general; en lo que respecta a las mujeres migradas, se penaliza la ciudadanía que no tiene los papeles de residencia en regla y, este hecho, afecta especialmente a las mujeres que están en situación de violencia, ya que ellas temen denunciar su situación o buscar ayuda porque los mecanismos legales las pueden identificar como alguien sin papeles y recibir, por ello, sanciones o ingresar en un proceso de expulsión del país. Otro punto importante desde las políticas públicas hacia la atención específica de violencia que sufren las mujeres es que no se toma en cuenta el contexto cultural de las migrantes.
En resumen: promover que las mujeres migradas sean reconocidas como ciudadanas, sin ser condenas a vivir en el limbo jurídico como “sin papeles” y penalizadas en sus derechos; promover la participación política de las mujeres, sobre todo las mujeres migradas, que están invisibilizadas en los espacios de poder; y, finalmente, dar apoyo al asociacionismo de mujeres, dotar de recursos a las iniciativas de mujeres diversas, y aquellas que impulsan acciones de transformación con los movimientos de mujeres de sus países de origen.
¿En qué se evidencia esa diferencia, añadida al género, de ser migrante?
Hay muchos ejemplos. Uno de ellos está en las escuelas, que son lugares donde el racismo se constituye en una violencia más hacia las mujeres jóvenes y que el Estado no atiende. Las políticas públicas de segregación, basadas en niveles de ingresos económicos, en que se concentra población migrante en algunos barrios y escuelas, hace que se consolide la violencia contra las jóvenes.
También pasa con las mujeres profesionales migradas que no son tomadas en cuenta en sus capacidades y conocimiento porque no hay un reconocimiento de éstos, hay infravaloración o directamente anulación.
También se observa en los trabajos de cuidados. Las políticas en relación a los cuidados no reconocen que gran parte de los trabajos de cuidado están siendo tomados por mujeres migrantes, en condiciones de vulnerabilidad, a veces en situación de casi esclavitud y sin contratos.
Es el caso también de las llamadas “Kellys”, mujeres mucamas de hoteles, que muchas de ellas son migradas y que viven en indefensión, sin políticas que las respalden ni que tomen en cuenta esta realidad de diversidad y vulnerabilidad.
Además de reclamar, ¿qué es lo que no hacen o deberían hacer las organizaciones o representaciones de la sociedad, de la ciudadanía, para aportar a estas políticas?
Conocer bien las leyes y sus normas, hacer permanente observancia del cumplimiento del Estado de estas leyes, fortalecer redes de incidencia entre mujeres para exigir la garantía de protección y promoción de sus derechos humanos.
También es importante tener mayor presencia pública, con referentes representativas entre los movimientos de mujeres para incidir hacia las políticas. Ser interlocutoras de manera permanente con los poderes del Estado. Hacer vigilancia ciudadana para validar el impacto de las políticas.
Muchas gracias…
Quiero agregar una cosa más: Desde la Red de Migración Género y Desarrollo nos solidarizamos con las personas sin papeles y en situación de refugio que están encerradas en la antigua escuela Massana, en el barrio del Raval, en reclamo de una ciudadanía y para pedir la derogación de la Ley de Extranjería.
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