La directora del documental “Las damas azules” habla sobre su último trabajo y lo que lo motiva: mujeres peruanas movilizadas en defensa del agua y la vida contra las extracciones mineras.
El viernes 22 de enero se proyectó el documental “Las damas azules” en los cines Girona, de Barcelona. Dirigida por Bérengère Sarrazin y producida por Ingeniería sin Fronteras, “Las damas azules” expone la resistencia femenina contra la decisión del gobierno de Perú de dar luz verde a la explotación minera Conga, en Cajamarca. Una región donde ya hace veinte años que dura la lucha contra otra explotación minera, la de Yamacocha, la mina de oro a cielo abierto más grande de Latinoamérica. Los recursos hídricos de la región han quedado muy afectados por esta explotación.
Pero, como leemos en la sinopsis del documental, “ni los ataques ni el miedo han logrado detener a estas mujeres que, con convicción y esperanza, levantan la voz de la lucha para preservar la vida, la Pachamama y el agua”.
¿Quiénes son estas damas azules? ¿De dónde salen? ¿De dónde sacan la fuerza para combatir las explotaciones mineras en Cajamarca?
Las damas azules son mujeres Cajamarca, Celendín y Bambamarca, las tres regiones afectadas por el proyecto Conga. Básicamente son amas de casa, profesoras, profesoras jubiladas, artistas que levantaron la voz para decir que un cambio del modelo neoliberal que hay en estas regiones es posible y defender el derecho al agua, que es el derecho a la vida.
Han decidido utilizar la inteligencia y la esperanza para contestar a los golpes.
¿Qué se encontrarán quienes vean “Las damas azules”?
Con el documental he intentado enseñar un lado que exponen poco los medios de comunicación que tratan esta temática y que es el papel muy importante de las mujeres en esta lucha y el mensaje de esperanza que transmiten. Quedé muy impresionada porque las mujeres, que son las primeras afectadas, siguen creyendo que se pueden cambiar las cosas y continúan en pie cuando muchos no se han retirado pero dudan de este cambio.
Explicas en la web del documental que has querido hacer un trabajo positivo, un homenaje a esas luchadoras que no se han dejado vencer por el deseo de venganza y la fatalidad. Es un homenaje a la belleza de su grito, el grito de la esperanza…
Este grito de la esperanza toma diversas formas. A través del arte, de la formación personal y colectiva. Esto es muy valioso porque rompe la idea de que las mujeres deben entrar en una casita y seguir el camino de siempre. Deciden remover esto y que pueden cambiar de raíz las cosas y defender lo que son.
Has vivido muchos días en Cajamarca. Y has visto que el sistema patriarcal predomina. La lucha de estas damas azules no debe de ser nada fácil…
Es muy interesante porque es algo que está naciendo ahora, tanto a través de mujeres ya mayores como jóvenes. Tienen que cambiar muchas cosas en su casa, con sus hijos, hermanos, maridos,… Luchan contra una educación que les ha dicho que no pueden tener un papel en la esfera pública, política. Es un cambio sin precedentes.
Explicas también que el documental se ha hecho de forma participativa…
Viví dos meses allí. Ya conocía la asociación Grufides, que defiende los derechos humanos y ambientales. Cuando llegué, Mirtha Villanueva, directora de Grufides, que agrupa mujeres y organizaciones femeninas que se involucran en la lucha, me introdujo a ellas. Empezamos con Cajamarca, donde pude seguir los monitoreos que se hacían en el campo. Hicimos talleres de periodismo ciudadano para aprender cómo funcionan los medios de comunicación, sus pros y contras, como difundir un mensaje que sea correcto, justo, como expresarse.
Desde el principio, intenté conocer a las mujeres que venían a hablar, a participar, tanto delante como detrás de la cámara. Les expliqué que yo no quería influir en lo que dijeran, que quería que hablaran libremente. Las entrevistas funcionaban como una conversación entre nosotros, para que tuvieran confianza en que no modularía lo que decían. Que vieran el documental como una herramienta más para ellas.
¿Saldrán adelante las damas azules en este combate contra el gigante extractor?
Mucha gente pone en duda que puedan cambiar las cosas, pero las damas azules no están solas. Hay muchas personas, hombres, organizaciones que trabajan. En la región de Cajamarca están formando una red bastante potente pero este verano se declararon dos estados de emergencia en las regiones de Cuzco y Arequipa para controlar las protestas de la población contra proyectos mineros.
Las mujeres consideran que cada voz, cada acción es importante. Un paso es un paso. Aunque sea pequeño, el cambio es posible.
¿Qué mensaje quieres trasladar con “Las damas azules”?
Muchas de las damas azules era la primera vez que hablaban ante una cámara. Para ellas y para nosotras fue muy importante. Me decían a menudo que el hecho de que una persona extranjera se interesara por ellas y compartiera su lucha les hacía pensar que estaban en el buen camino. Por lo tanto, toda persona que se interese por esta temática es, para mí, una manera de fortalecer esta lucha y hacer que este cambio sea posible.
